⚽ Primera división

Donosti y la fórmula de la eterna juventud: ¿cuánto durará David Silva?

No por mucho madrugar amanece más temprano. Y no por muchos jóvenes que haya, los imprescindibles van a dejar de ser los veteranos. La experiencia es sabiduría, poso competitivo, confianza. Si no, que se lo digan a David Silva, idolatrado como el que más por sus compañeros, que precisamente unos tuercebotas no son. Aunque a decir verdad, en este momento de la temporada, en el que la Real Sociedad va con el plato pequeño, las marchas al mínimo y la presión al máximo, nadie le da a Imanol Alguacil la tranquilidad del canario.

La temporada 2022/2023 se le está haciendo larga a los de San Sebastián. Por suerte, al Betis también le ha venido un mes de borrascas acentuadas, mientras que el Villarreal sigue abonado a las nubes y claros. La Real Sociedad, más buena que bonita ahora mismo, vive de las rentas y compite a base de uno de los mayores intangibles de Alguacil: presionar alto, ensuciar las posesiones del rival y hacer que, anímicamente, se desespere y se crea peor de lo que es.

🧞‍♂️ El entrenador sobre el campo

Para esto, la inteligencia de piezas como David Silva, que saben latín en cuanto a posicionamiento y que roban balones por doquier sin desfondarse, tiene mucho que ver. A lo Bernardo Silva, que igual hasta es primo lejano suyo de verdad. Imanol Alguacil es un técnico que exprime a sus jugadores en lo físico y les obliga a hacer grandes esfuerzos. Si no estás en forma, se te verá el cartón. Ahora bien, una cosa es eso y otra que el físico sea la base de su juego. Frío, frío.

Para atacar, en un fútbol líquido y bastante espontáneo en campo contrario, con intercambio de posiciones y asociación corta, más vale tirar pocos desmarques buenos que muchos malos. ¿El más creativo para conseguir recibir, aunque vaya trotando, y para saber a quién habilitar después? David, ‘El Mago’. Lo logra, incluso, por dentro, entre líneas, donde más le duele al adversario. Porque su técnica y control del entorno hacen que necesite menos tiempo y espacio que el resto.

David Silva Real Sociedad

Para recuperar la posesión, más sabe el diablo por viejo que por diablo. Los Cristian Portu de la vida, perros de presa, siempre que lo aderecen con un fútbol versátil en otras facetas, serán bienvenidos en el barco de Imanol. En todo caso, lo que el estratega busca es presionar a través de incitar al oponente a dar pasos en falso. Es muy meticuloso y adaptable al contrario. Para orientar sus salidas hacia donde a él le interese, para tapar líneas de pase y, en caso de no interceptar, ahí sí, morder y meter el pie. Otra especialidad de la casa del de Arguineguín.

🧙‍♂️ ‘Tamariz Silva’ te hará disfrutar

Siendo vecino de Valerón es complicado que no se te caiga la elegancia. Lo estético es otro factor que ensalza la figura de David Silva. No sabemos si el secreto está en el agua que mana de sus montañas o en la sal marina que llega a sus playas, pero algo tiene. Probablemente, fuera de suposiciones sin fundamento, la cultura del fútbol allí explique muchas cosas. Como la clase del ’21’.

Esto, en la Real Sociedad de noviembre o en la del curso pasado, era la guinda del pastel. El equipo fluía y él se adornaba. Sin embargo, ahora ha pasado a ser el azúcar de la tarta. «No Silva, no party«. Sin su creatividad y su fantasía, a los de Anoeta les cuesta el doble crear peligro. No nos engañemos, porque el problema ya no es tanto de acierto, sino de pegada. Un pequeño gran matiz. No es tanto el materializar ocasiones, sino disponer de ellas. De ahí que el diseño de las presiones le quite el sueño a Imanol. Es su dos en uno. Y, David Silva, su tres en uno: el que inventa, el que destruye y el que surfea cuando las aguas vienen revueltas.

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