MUNIAIN LEYENDA ATHLETIC CLUB
Primera división

Muniain, el talento que llegó como un niño y se fue como una leyenda de San Mamés

El día que nunca iba a llegar ha tenido lugar. Dos semanas después de ganar la deseada Copa para el Athletic, Iker Muniain ha anunciado su marcha del club de su vida a final de temporada. Por decisión propia y tras cumplir su sueño de sacar la gabarra, el navarro ha decidido que es el momento de decir adiós. Con ello, el fútbol español entra en el tramo final de una era que se ha extendido a lo largo de dos décadas en San Mamés. Por su parte, los leones se despiden del que es, actualmente, el último romántico que ha salido de Lezama.

⚽​ Iker Muniain, citado con una historia que le esquivaba

Hace dos décadas, Iker Muniain llegó a Bilbao con 12 años. Muchas grandes canteras se interesaron en su talento, pero él decidió escuchar a su corazón. Si dejaba su Pamplona natal, solo lo hacía por cumplir su sueño. Él, que había crecido escuchando las historias del Athletic campeón que sacaba la gabarra por el Río Nervión, quería vivir aquello en primera persona. Cada gol, cada regate y cada pase que dio en Lezama apuntaba al mismo objetivo. Quería ser uno de los más grandes del club de sus amores, y Joaquín Caparrós, entrenador de los leones por aquel entonces, no dudó en corresponderle. Solo tardo cuatro años en llegar a debutar con el primer equipo. Aquel tanto en la fase previa de Europa League ante el Young Boys le puso como el segundo goleador más joven de la historia del Athletic. Había nacido algo especial.

Los récords de precocidad fueron cayendo a los pies de Iker Muniain. Con ello, no tardaron en llegar las ofertas. Otra vez más, grandes clubes se interesaron en él; otra vez más, eligió al Athletic. No tardó en convertirse el pilar sobre el que construir las esperanzas de sacar otra vez la gabarra. Junto a Marcelo Bielsa, estuvieron cerca de conseguirlo. Perdieron dos finales en 2012, y las imágenes de Muniain llorando aún escuecen en San Mamés. Era la demostración de que solo era un niño que se había obligado a crecer a marchas forzadas para cumplir el sueño de toda una ciudad, y que ni así pudo lograrlo. Una puñalada dolía menos.

ATHLETIC CLUB MUNIAIN

Las imágenes de Muniain tras perder contra el Atlético de Madrid en la final de la Europa League de 2012 sigue doliendo en San Mamés.

Tras semejante tropiezo, a Muniain le tocó volver a empezar. No podía hacer otra cosa después de lo que había pasado. Pudo hacerlo lejos de San Mamés, pero eso hubiese supuesto huir y traicionar al niño que llegó a Bilbao. A cada año que pasaba, encontró la forma de volverse a ilusionar. Entendió que, con o sin gabarra, a él lo que le gustaba era el Athletic. Los fracasos solamente eran piedra en un camino que recorría con los colores que tenía en su corazón, y eso era más que suficiente. Defendió a los leones por Europa y por España, en los buenos y en los malos momentos. Hasta volvió a perder dos finales en un año, lo que apuntaba a que su travesía en San Mamés sería la de un rey sin corona.

🏆 La gabarra, el sueño y el gran final de una leyenda

Muniain, por su parte, seguía con el gusanillo de lograr aquello que le movía en su infancia. Aquel gol en Old Trafford, las noches de Copa en Bilbao, la comunión con la grada… Todos esos momentos no podían quedarse como algo que pudo ser y no fue. Pese a que perdió la titularidad, rápidamente entendió su rol en Valverde. Como el segundo futbolista con más partidos en la historia del Athletic, él debía ser el líder del vestuario que lograría la 25º. En la Cartuja, el escenario que tantos dolores de cabeza le dio, el karma le dio su premio. Ante el Mallorca, en los penaltis, ganaron la Copa. Muniain supo dar un paso atrás para que el resto lo diese hacia delante. La gabarra salió por el Río Nervión, tal y como estaba escrito. Por fin, tras tantas lágrimas y frustración, había cumplido su sueño y el de los suyos.

Solo han pasado 18 días desde el 6 de abril en el que tocó el cielo. Con la sensación de haber cumplido, Iker Muniain ha decidido que es momento de decir adiós. «Has sido lo mejor de mi vida, pero ahora, mi amor, ha llegado el momento de separarnos», reza la canción que acompaña al capitán en el vídeo de su despedida. Sabe que, dentro de la crueldad del fútbol, este es el mejor momento para marcharse de su Athletic. La Copa del Rey de 2024, la que llegó 40 años después, siempre estará ligada a su nombre. Para el Iker de 12 años que llegó a Bilbao no hay título más grande, y el Muniain de 32 debe corresponderle. Se merecía un final feliz con el club de sus amores, y el mundo fútbol, atento al próximo paso que dé, solo puede aplaudir el final de algo que siempre fue especial.

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