Los años pares, ascenso. Los impares, descenso. A grandes rasgos, así se podría resumir el último lustro de Míchel Sánchez, a caballo entre héroe de los ascensos de Rayo Vallecano, Huesca y Girona, y los descensos de los dos primeros. Todo ello, bajo un estilo divertido para el espectador, que cada vez ha sido más eficaz hasta construir su mejor obra en Montilivi. Con esa receta ha llegado a sacar de quicio a los hegemónicos de la liga española y a sentarse en su mesa esta temporada, la mejor de su historia.
😌 En el Rayo empezó todo
El club al que más ligado ha estado Míchel a lo largo de su carrera es claramente el Rayo Vallecano. Con el que debutó como futbolista profesional, en el que colgó las botas, se inició como entrenador en la cantera y logró su primer gran éxito: un ascenso a la primera división de España en 2018. Fue en su segundo curso al frente del equipo del sur de Madrid, el primero completo, y lo consiguió por la vía directa, como líder de la categoría de plata. Cambio importante respecto a la anterior campaña, en la que el Rayo terminó en media tabla.
Peor le fue cuando pisó la élite del fútbol español. Destituido en la jornada 28, con el Rayo penúltimo, a seis puntos de la permanencia. En Copa del Rey apenas superó una ronda. Su sustituto fue Pepe Mel, que tampoco pudo salvar de la quema a una afición vallecana que, aun así, le guarda mucho cariño a Míchel por los servicios prestados. Y viceversa. No sería raro que se volvieran a encontrar en unos años.
Míchel "Me he ido dos veces. Me fui como jugador en contra de mi voluntad y me voy como entrenador en contra de mi voluntad y un rayista nunca se rinde. Puede que haya una tercera".
— Rayo Vallecano (@RayoVallecano) March 19, 2019
😏 Corroboró en Huesca que es un buen ascensor
Su segunda etapa al frente de un banquillo fue similar. A los pocos meses de salir del Rayo, el Huesca llamó a su puerta con la intención de que comenzase la 2019/2020, en la que el club aragonés terminaría por ganar la liga y ascender a primera división. Allí, Míchel solo avanzó otra ronda copera y fue despedido tras concluir prácticamente la primera vuelta como colista de la liga.
12 puntos en 18 jornadas era un balance demasiado pobre como para apostar por un entrenador cuya propuesta fue más atractiva que eficaz. Además, faltó poco para que ‘Pacheta’, que le sucedió en el cargo, salvase a un equipo que parecía desahuciado cuando lo cogió. Al término de la temporada, se repitió mucho la frase de «si ‘Pacheta’ hubiera llegado antes a Huesca, lo habría salvado». Fútbol ficción, en cualquier caso.
💪 A la tercera fue a la vencida para Míchel
Tras Huesca, Girona. Más de lo mismo. Unos meses en el paro, hasta que la entidad catalana confió en él para buscar el segundo ascenso de su historia. Míchel, experto en esas lides, no defraudó y, de nuevo, en su primer año consiguió que Montilivi se ganase el derecho a recibir a los equipos punteros del fútbol español. La diferencia reside en que aquí no lo hizo como campeón de la segunda división, sino como sexto clasificado, la última plaza que da acceso a un playoff en el que superó a Eibar y Tenerife. Eso sí, en Copa del Rey, asignatura pendiente para él, mejoró sus prestaciones y llevó al Girona hasta los octavos de final.
Es verdad que, con tal plantilla, avalado por el City Group, se podía intuir que el Girona no iba a sufrir demasiado por mantener la categoría. En todo caso, los objetivos no los logran las plantillas, sino los jugadores (y entrenadores). Que puede parecer lo mismo, pero no lo es. Míchel y su Girona, esta vez, sí han estado a la altura. En la 2022/2023 no solo sellaron pronto la permanencia, con 41 puntos a falta de siete jornadas, sino que se quedaron a cuatro puntos de Europa y cerca de igualar el récord de puntos en la historia del club, que se mantuvo en las 51 unidades que sumaron los entonces comandados por Pablo Machín en la 2017/2018.
Si por algo se recuerda esa primera temporada del Girona de Míchel en Primera, es por su estilo de fútbol fresco, camaleónico y por cómo hizo sufrir a los equipos del top 3. Obtuvo su recompensa al contraataque en el Girona 4-2 Real Madrid, en el que el ‘Taty’ Castellanos salió a hombros, también empató en el Bernabéu (1-1) y al Barça le puso contra el espejo de dos formas diferentes. En el partido de enero, en Montilivi (0-1), con un fútbol de tú a tú durante muchos tramos y con la capacidad para generar muchas ocasiones. Pero, también, con una estrategia de mínimos en el Camp Nou (0-0), en abril. Contra el Atlético perdió ambos partidos, pero Oblak tuvo que aparecer como héroe del 2-1 del Metropolitano y en territorio gerundense, ganaron los colchoneros con un gol de Morata en el descuento.
🤵 Fútbol de salón
Los equipos españoles venían avisados y el Girona ha obtenido en la 2023/2024 los resultados que se quedaron en el tintero el pasado curso. Ante el Barcelona, dos victorias por 2-4 y 4-2, en un par de partidos paradigmáticos del torrente ofensivo tan difícil de contener con el que cuentan. Frente al Atlético de Madrid, otro triunfo épico por 4-3, gracias a un gol de Iván Martín en el descuento, antes de caer 3-1 en su visita al Metropolitano. La única mancha llegó contra el Real Madrid, que le endosó un contundente 7-0 de global entre ambos encuentros.
Así se ha cocinado el sueño del Girona, uno que ha pulverizado sus propios registros, con 74 puntos en 34 jornadas. Suficientes para certificar su primera clasificación europea, a lo grande, porque debutarán en la Champions League. Una buena manera de evidenciar que estamos ante un fenómeno paranormal, el de un conjunto cada vez más ambicioso, que miró a los ojos de todos sus oponentes y prefirió pedir perdón a solicitar el permiso. Efectivo e irreverente a partes iguales. Y, si lo bueno es, además, entretenido, mejor que mejor.