Estaba claro que, dada la confección de plantilla del Real Madrid, los intereses de Carlo Ancelotti y Eduardo Camavinga iban a chocar en algún momento del curso. Y no ha hecho falta esperar más allá del mes de octubre para comprobar que el italiano necesita a su comodín táctico más como lateral que como interior o como mediocentro.
😌 Su nivel aumenta en el lateral
El canterano del Stade Rennes ha dejado caer en más de una ocasión su predilección por actuar en el centro del campo, a diferencia de lo que sucedió la mayor parte de la segunda vuelta de la temporada 2022/2023. No obstante, los hechos indican que Camavinga es a día de hoy un mayor seguro competitivo en el lateral, gracias a que desde ahí ve el fútbol de cara, mientras que desde la sala de máquinas lo hace muchas veces de espaldas.
Camavinga cuenta con un físico que le permite girarse y romper líneas, pero también presenta unas irregularidades técnicas y un notable crecimiento en el posicionamiento y la toma de decisiones que marcarán la diferencia entre mantenerse como un buen agitador de partidos o convertirse en un director de orquesta.
Eduardo Camavinga ha demostrado sobradamente que en el caos hay pocos centrocampistas que se desenvuelvan mejor que él. La improvisación la trae de serie y tiene una facilidad para inventar superior a la media. De ahí que fuese un recurso excepcional como revulsivo en la última Champions League que ganó el Real Madrid. Contexto muy diferente al que se ha encontrado como titular en este arranque de temporada; tanto en partidos cerrados contra rivales que esperan replegados, como frente a otros que presionen en campo contrario.
Ahí, Camavinga es capaz de desatascar partidos, pero también de provocar que el Real Madrid se vuelva mucho más desordenado. Con la posesión y en la presión, que sigue como asignatura pendiente para un equipo que mejora con su defensa en bloque… en la que Eduardo luce menos y resta más.
😬 Ancelotti le necesita ahí
Cuantitativamente, el rombo (1-4-4-2) que se sacó de la manga Ancelotti parecía contribuir claramente a su asentamiento como centrocampista. Sobre todo, como interior de recorrido, que es una de las ventajas del rombo; pero también como la alternativa a Kroos para sustituir a Tchouaméni como ancla.
En el árbol de Navidad (1-4-3-2-1) también empleado puntualmente por Carlo, que no deja de ser un rombo con matices como la inclusión de cinco centrocampistas, Camavinga se postulaba como un fijo para la medular. La llegada de Fran García, además, hizo que el lateral izquierdo contase con numerosas alternativas, al sumar a esa ecuación a Ferland Mendy, David Alaba y Nacho Fernández en casos de emergencia.
Fran García y el ¿’overbooking’? en el lateral del Real Madrid
Sin embargo, el 1-4-3-3, que por la flexibilidad posicional del Real Madrid no parece tan diferente a los esquemas mencionados anteriormente, pone claramente a Camavinga como un potencial lateral izquierdo que aumente sus minutos y prestaciones. El buen momento de Joselu y la recuperación de Vinícius Jr. de su lesión alertan de un más que posible regreso a las bases de la segunda etapa de Ancelotti en la capital de España.
Sea como fuere, Camavinga está llamado a ser importante como lateral este curso. Porque su energía para abarcar muchos metros, repetir esfuerzos a gran velocidad, presionar hacia delante y desbordar en situaciones de uno contra uno le convierten en la pieza ideal para el lateral del rombo. Es un superdotado para morder a su par, interceptar balones o realizar coberturas por inercia. Lo cual no quita que, en un 1-4-3-3 más clásico y posicional, también pueda sumar como otro lateral correoso en los duelos defensivos, que luzca con sus conducciones por dentro y su capacidad para retroalimentar a ‘Vini’ mejor que Fran García. Por las zonas que pisa y, sobre todo, por compartir un lenguaje futbolístico común con la estrella del plantel.
🤷♂️ El coste de oportunidad marca el camino
Que Kroos y Modrić no han comenzado la temporada con todos los minutos que cabría esperar es tan cierto como que a lo largo de la temporada se convertirán en dos llaves maestras para Ancelotti. Esta es larga y los veteranos deben perder minutos respecto a la 2022/2023, por mucho que pidan, abiertamente en el caso del croata, lo contrario para coger ritmo de competición. Otro gallo cantará en los días señalados en rojo, porque la guardia pretoriana del estratega italiano sigue compuesta por los dos viejos rockeros, hasta que se demuestre lo contrario.
Y entonces, la decisión más fácil de tomar para un entrenador que siempre apostó por aglutinar el máximo talento posible sobre el verde, le llevará a renunciar más fácilmente a Fran o a Ferland, que a Toni y Luka.