La historia de Carlo Ancelotti como uno de los entrenadores más longevos y ganadores de la historia tiene mucho pasado. Antes de volver a tocar el cielo con el Real Madrid y convertirse en el técnico con más Copas de Europa de la historia —cinco en el banquillo, siete si sumamos las que alzó como jugador— y de alcanzar su estatus actual, el italiano trazó un larguísimo recorrido que le llevó a conformarse en lo que hoy conocemos. Y Zinedine Zidane, que fue primero su segundo entrenador, y después su sucesor, tuvo una parte importantísima de culpa… aunque no por su etapa juntos en el banquillo del Santiago Bernabéu, sino por las vivencias que compartieron en Turín, como miembros de la Juventus.
🪄 Primero, Baggio; luego, Zidane
Antes de llegar a Zidane, Ancelotti, que suma cinco Ligas de Campeones, reconoció en una entrevista a The Times que se equivocó al no fichar a Baggio cuando tuvo la oportunidad en 1997. La leyenda italiana estaba a punto de dejar el Milán, pero Ancelotti decidió no incorporarle al Parma. “Tenía un sistema que aprendí en el Milan de Arrigo Sacchi, el 1-4-4-2. Y por eso no quise a Roberto Baggio en el Parma, porque él quería jugar de ’10’. Yo dije: ‘No, yo no juego con número 10’. En ese momento, él era uno de los mejores jugadores del mundo y me negué a reclutarle; yo solo quería jugar con dos delanteros”, explicó el entrenador del Real Madrid.
Después, aterrizó en Turín, donde Carlo ganaría dos Scudettos. También una etapa que el mismo técnico reconoce como muy nutritivas en aprendizajes y experiencias adquiridas. Era el año 1999. Y allí coincidió con Zinedine Zidane. Ancelotti aprendió entonces de ‘Zizou’ que estaba equivocado sobre Baggio. “Hoy diría: ‘Baggio, ven al Parma y ya arreglaremos la situación’. En cambio, le dije: ‘Escucha, Roberto, no hay espacio para ti’, y se fue al Bolonia. Fue un error enorme”, expone.
“Traté de cambiar mi idea cuando llegué a la Juventus. Tenía disponible a Zidane, que jugaba como ’10’. ¿Debería hacerle jugar por la derecha o situarle en la izquierda? Imposible. No podía moverle. Zidane era el jugador más importante del equipo y tenía que jugar en su sitio, de mediapunta, de ’10’. Era yo quien tenía que adaptarme. A partir de entonces, siempre tuve en cuenta las características de los jugadores para construir el sistema.”
👨🏻🏫 ¿Cuál es el estilo Ancelotti?
Sin embargo, Zidane a veces irritaba a Ancelotti, especialmente en una ocasión puntual. “Hubo una vez en la Juventus que Zidane llegó tarde, cuando ya estábamos todos en el autobús listos para irnos”, recordó Ancelotti. “Dije al conductor: ‘No esperamos más; vámonos’, pero él tenía miedo y no se movía. Entonces, Paolo Montero bajó del autobús para hablar conmigo. Le dije que debíamos irnos, pero él respondió: ‘No lo entiendes, sin ‘Zizou’, no vamos a ninguna parte’. Así que esperamos”, confiesa ‘Carletto’ sobre una anécdota que resume su buena mano y flexibilidad para gestionar los egos.
Ancelotti reiteró que sus equipos no tienen una sola identidad y que ajusta los sistemas y tácticas según las cualidades de sus jugadores y los oponentes. “Tener solo una identidad para tu equipo es un límite”, dijo. Y lo concreta con un ejemplo preciso de la edición de la Champions 2021/2022: “Jugamos un partido contra el Shakhtar Donetsk. Un fantástico equipo entrenado por Roberto De Zerbi. Lo que hacía con los laterales y los jugadores que ocupaban las diferentes posiciones era realmente bueno. Pero les dije a mis jugadores: ‘Quieren que presionéis. No presionéis. Si presionáis, pasarán el balón alrededor de vosotros. No presionéis, y os darán el balón’. No presionamos, y ganamos 5-0”, detalla. “No hay estilo para mí. No hay estilo Ancelotti. Mi estilo no se reconoce, porque cambio”.
“No hay estilo Ancelotti”
“El punto clave es que tengo mucha pasión, pero no estoy obsesionado”, continuó. “No estoy obsesionado con mi trabajo. Nunca lo estuve; ni con el fútbol. Me gustaba mucho, como jugador, como entrenador, pero no me vuelvo loco. Estoy calmado. Es extraño porque antes del partido suelo estar muy nervioso. Las dos o tres horas antes realmente no me siento bien. Tengo el corazón acelerado y empiezo a pensar en negativo: ‘¿Qué vamos a hacer si marcan?’ Tampoco puedo dormir”, narra. “Entonces, inmediatamente cuando el árbitro pita… calma. Empieza el partido y se va el miedo. El miedo es antes. Una vez empieza, soy optimista, todo irá bien. Es bastante extraño, pero mi ritmo cardíaco pasa de 120 a 90. Ya vaya bien o mal, siempre tengo el control sobre mí mismo. Todo porque no estoy obsesionado”, concluye Ancelotti, una figura que ha pasado toda una vida ligado al fútbol, primero sobre el verde y después en el banquillo, y ha podido aprender detalles y matices que, de algunos de los jugadores más grandes de la historia, con el tiempo se han convertido en pilares fundamentales de su carácter y naturaleza como técnico.