MBAPPÉ REAL MADRID
⚽ Real Madrid

El nuevo (y bendito) problema de Ancelotti en el Real Madrid

El choque por la Supercopa de Europa entre el Real Madrid y la Atalanta ayudó para resolver varias dudas. Ninguna de ellas ha tenido una respuesta sorprendente o definitiva, pues el partido fue según el guion establecido. Ganó el talento, y nadie tiene más a su disposición que los blancos. Con sus cuatro mejores futbolistas de ataque en el campo, el Real Madrid decidió cuándo y cómo quería llevarse su sexta Supercopa. Poco pudo hacer la Atalanta. No obstante, hubo varios momentos de zozobra. Sin Kroos y con poco kilometraje en las piernas, se abrió la puerta hacia un posible talón de Aquiles merengue: ya no juegan a lo mismo.

Las Supercopas de Europa del Real Madrid: del gol de Roberto Carlos a la despedida de Casemiro

​🧩​ La vuelta al 1-4-3-3 con el talento como copiloto

Ancelotti, para el primer test oficial de la temporada, no tuvo ninguna duda. Del 1-4-4-2 en rombo del año anterior pasó a una especie de 1-4-3-3. O, al menos, a nivel de dibujo fue así. Con la retirada de Kroos, el italiano sacrificó una pieza en el medio para dar entrada a Mbappé. Simple y lógica apuesta por el talento, pero que tiene un significado mayor. Cambiar al alemán por el francés supone cambiar radicalmente a lo que se juega, y ante la Atalanta se notó. Durante una primera mitad plomiza, al Real Madrid le costó salir. Los merengues levantaban la cabeza y no encontraban a Kroos. Su salida más fácil ya fue. Les faltaba su mejor centrocampista y tenían un delantero más, por lo que comenzaron a jugar directo. Entre la calidad de unos y la velocidad de otros, debía funcionar.

El problema estuvo en que, a 14 de agosto, las piernas no responden tan bien. Vinícius y Mbappé no lograban imponerse por su físico, lo que impidió que el Real Madrid se estirase tanto como le gustaría. Esto, sumado a la presión al hombre de la Atalanta, hizo que el recuerdo de Kroos estuviese aún más presente. Igualmente, fue una trampa del subconsciente por añorar lo que se tenía. Aquel Real Madrid ya no existe, pues el que empezó en Varsovia es otro. Si es mejor o peor solo lo dirá el tiempo, pero lo que está claro es que la forma de progresar ha cambiado. La precisión alemana ha dejado paso a la confianza ciega en el talento. De este cambio de paradigma surgieron los movimientos de sus centrocampistas y delanteros. Como Tchouaméni como el futbolista con un mayor rigor posicional, todos se movieron por todas partes. No hay más que recordar lo que hizo Rodrygo Goes, que se dejó ver por la base para ayudar en la salida de balón.

REAL MADRID MBAPPÉ

El Real Madrid tuvo un comienzo lento, pero su ingente cantidad de talento se acabó imponiendo.

🛣️​ El Real Madrid no tiene nada que temer con sus atajos

Tras esa primera parte de tanteo y ritmo plomizo, llegaron los atajos. Solo los mejores pueden saltarse pasos a la hora de construir juego, y el Real Madrid los tiene. Lo del primer asalto solo fue eso, un preludio en el que se establecieron las reglas del juego. Porque sí, porque son tan buenos que son capaces de cambiar el statu quo. El primero en dar un paso al frente fue Jude Bellingham, que se volvió omnipresente. Allá donde no había nadie, aparecía él. El inglés fue el primer atajo que encontró el Real Madrid para acercarse al título. Luego, el resto. Y es que, aunque no estuviesen en plenitud por la fecha, les sobró con su talento.

Ancelotti, tras la Supercopa, es consciente de que ya no puede jugar a lo mismo. Antes, con darle las llaves a Kroos, tenía todo casi hecho. Él ordenaba, hacía y deshacía. Pero este nuevo Real Madrid ya es del talento, de la mente colmena que crean sus mejores futbolistas. Supone cambiar el paradigma que ha reinado durante una década. Es el fin de los jerarcas de las tres Champions seguidas para dar paso a algo diferente, de ahí que dé miedo saltar al vacío. La cosa es que, realmente, debería pesar más la ilusión de lo que puede ser. Así de grande es lo que ha construido el Real Madrid, capaz de afrontar con esperanza el ocaso de la generación más brillante de su historia. Es un problema, sí, pero uno que se recibe con los brazos abiertos en la oficina de Carlo Ancelotti. A base de atajos, hasta el sufrimiento se disfruta en el Real Madrid.

Ir al contenido