Después de la montaña rusa de emociones con final agridulce que fue Robinho en el Real Madrid, a los del Santiago Bernabéu se les escapó Neymar. Como si fuese una especie de redención por sus dos últimos fracasos en el siempre productivo mercado brasileño, desde las oficinas del club blanco se propusieron no dejar pasar ni un talento más que saliese de allí.
En 2015, para el segundo año de Carlo Ancelotti al frente, llegó el hombre que pasaría sin pena ni gloria por el club y, aun así, cambiaría el paradigma. Lucas Silva fue la primera joya brasileña en llegar en la segunda etapa de Florentino Pérez al frente del Real Madrid, dando el pistoletazo de salida a una estrategia que ha dado muchas alegrías en la Castellana.
🇧🇷 El próximo gran centrocampista brasileño era él
Cuando el Real Madrid le fichó en el mercado de invierno de la temporada 2014/2015, los 13 millones que pagaron al Cruzeiro parecían una ganga. Lucas Silva llegaba al Real Madrid siendo una de las grandes estrellas del fútbol brasileño. Ganó dos Brasileiraos seguidos, erigiéndose como el próximo gran centrocampista brasileño. En el Santiago Bernabéu, cerca de Kroos y Modric, tenía una oportunidad de oro para demostrar esa grandeza que se le intuía. Para un equipo con semejantes interiores, un jugador con ese pie y esa inteligencia táctica debía ser una bendición como pivote.
No fue así, evidentemente. Si no, no estaría en este serial de artículos. Jugó solamente cinco partidos de titular, intentando descifrar Carlo Ancelotti como sacarle partido a su fichaje. Ya fuese en un doble pivote o como único centrocampista, no funcionó. Perdió una oportunidad de oro de ser el pivote de un equipo que ganaría tres Champions seguidas, pues Casemiro se encontraba en el Oporto por aquel entonces. Es más, cuando se marchó cedido al Olympique de Marsella, fue cuando arrancó esa segunda época de oro del Real Madrid. Casualmente, en su única temporada en la capital española, el Barça ganó el triplete. Mal augurio para el futuro de Lucas Silva en el conjunto blanco.
🤕 Lucas Silva casi deja el fútbol por problemas cardíacos
La cesión al cuadro del sur de Francia tampoco dio resultado, por lo que el Real Madrid se planteó volver a cederle. El destino sería el Sporting de Portugal, un equipo que parecía hecho a su medida. En una liga de menor exigencia como la portuguesa, en Lisboa y sin barreras lingüísticas, su último tren en el fútbol europeo le estaba esperando. Todo se torció cuando, en el reconocimiento médico, se le detectaron unos problemas cardíacos. Eran lo suficientemente graves como para plantearse la retirada. Fue un jarro de agua fría demasiado grande para el joven centrocampista brasileño.
Tras un tiempo de parón en el que vio que no se le iba el gusanillo por jugar al fútbol, decidió regresar. Siempre vigilado por su equipo médico, era el momento de volver a vestirse de corto. Y qué mejor lugar hay para hacerlo que en casa. Lucas Silva se fue cedido al Cruzeiro, dónde recuperó la sonrisa que había perdido en Europa. Consiguió negociar con el Real Madrid la rescisión de su contrato, llamando a su puerta el Gremio. Habían ganado hace poco la Copa Libertadores, y estaban armando una plantilla de nivel para repetir la hazaña. Todo se torció demasiado rápido, encontrando un nuevo revés en su carrera deportiva. A finales de 2021, descendió a la Serie B brasileña con el histórico equipo de Porto Alegre. Tenía 28 años por aquel entonces.
🥇 Fue un pionero para el Real Madrid
Ahora, dos años después, parece que ha vuelto a remontar el vuelo. Cumplió la treintena hace unos meses, llegando a esa edad en la que los centrocampistas alcanzan su madurez futbolística. Seguramente, más de uno pensó que los cumpliría en el Real Madrid, siendo uno de esos medios mandones que ven el juego desde arriba. Igualmente, tampoco se puede decir que saliese mal. Sigue jugando en el Gremio y esos problemas cardíacos que fastidiaron su pase al Sporting de Portugal no resultaron ser tan graves. Quizás no era lo que había soñado el bueno de Lucas Silva cuando volaba hacia Madrid, pero sí puede decir que está vivo y que es futbolista profesional. Es mucho más de lo que ha conseguido una de esas estrellas precoces que desaparecen a los pocos meses de brillar.
Pese a que el Real Madrid podía tener miedo de repetir el experimento de fichar jóvenes promesas brasileñas, Vinícius Júnior y Rodrygo Goes llegaron unos años después de Lucas Silva. A la vista está que no les ha salido mal esto de mantener la estrategia, por mucho que no diese resultado al principio. Desde entonces, el único que parece seguir los pasos de Lucas Silva en cuanto a un bajo rendimiento pese a su potencial es Reinier Jesús, que no ha acabado de demostrar su nivel en sus cesiones en Girona y Dortmund. Igualmente, por dos borrones no hay que tirar todo al suelo. No hay más que ver que, en un año, va a llegar el prometedor Endrick a la Castellana. En sus manos (o en sus pies, más bien) está la oportunidad de ser como Vinícius o como Lucas Silva.
¿Puedes acordarte de todos ellos? Revisa la lista completa de Qué fue de.