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La negligencia de Pogacar enaltece un Giro de Italia sentenciado

Una de las acepciones de la Real Academia Española (RAE) para negligencia es «descuido, falta de cuidado». Un término, por tanto, que puede asociarse a lo que hasta este momento ha hecho Tadej Pogacar en el Giro de Italia. No porque no piense en el Tour de Francia, seguro que el esloveno no se ha exigido aún al 100% —ni falta que le hace—, sino porque se empeña en hacer de una etapa cualquiera algo único, cuando no tiene necesidad alguna. Es capaz de transformar un Giro de Italia sin historia… en histórico.

Un Giro de Italia… ¿sentenciado?

Solo ha transcurrido un tercio de la carrera y Pogacar ya posee una brecha de 2:40 minutos respecto a Daniel Felipe Martínez, segundo clasificado. En los últimos diez años nadie llegó al primer descanso con una ventaja tan clara. Ni Contador (2015), ni Quintana (2017), ni Bernal (2021), ni Evenepoul (2024), nadie. Con esta brecha lo lógico sería vislumbrar una carrera descafeinada, pero nada más lejos de la realidad: el esloveno hace bonito cada momento para enaltecer una competición cuyo guion estaba escrito de antemano.

Pogacar

 

Sobre el papel no existe ninguna alternativa a Pogacar. Le han faltado rivales de entidad, aunque quizá ninguno hubiese estado capacitado para hacerle sombra, porque lo del esloveno empieza a rayar el surrealismo. En 19 días sobre la bicicleta en 2024 suma 9 victorias. Una absoluta barbaridad, que responde a su ansia de victoria. Le da igual que haya montaña o que el final sea en llano: él se inmiscuye en la pugna como un sprinter más. La sensación es que su ventaja irá a más con el transcurso de las etapas.

 

Pogacar, un agitador nato

Es cierto que con el ganador sabido todo lo demás puede carecer de interés. Eso es difícil de negar. No se puede decir que la Fórmula 1 es interesante si obviamos el dominio de Red Bull, por ejemplo. Sin embargo, la realidad es que la primera semana ha estado movidita.

Ya el primer día en Turín Pogacar sorprendió a todos con un ataque, en lo que fue un aviso al resto. Ese día no ganó, Jonathan Narváez le arrebató el privilegio. El esloveno se vengó días después en un sprint que regaló a Kooij cuando el colombiano parecía el mejor preparado para repetir victoria. A eso hay que sumarle la fuga en Lucca y la contrarreloj, entre otros episodios.

Induráin, el espejo de Pogacar: las claves para ganar Giro y Tour

Todo, con la mira puesta en el Tour de Francia. Porque, como Induráin, el esloveno afronta en 2024 el reto de hacer un doblete que históricamente ha resultado muy complejo. Para optar a ello —y pese a que la participación de Vingegaard está en duda—, necesita guardar fuerzas. «Tenemos que ir con los pies en el suelo», ha señalado recientemente Matxin, su director, como recoge el diario MARCA.

Por el momento, Pogacar es incapaz de estarse quieto. Es un agitador. Es su estilo. Y es capaz de ejecutar y sobresaltar al pelotón sin ni siquiera dar todo encima de la bicicleta. Él en sí mismo es un regalo para el Giro de Italia. Mejor saber que va a ganar el esloveno, que vislumbrar una batalla sin su presencia.

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