La Dirección General de Tráfico (DGT) es el organismo responsable de la regulación y el control del tráfico en España. Entre sus herramientas más importantes se encuentran los radares de velocidad, dispositivos que han evolucionado con la tecnología hasta convertirse en un elemento esencial para reducir los accidentes y fomentar una conducción responsable.
Lejos de emplear un único modelo, la DGT cuenta con diversos tipos de radares, cada uno con funciones y tecnologías adaptadas a las características de la vía o del entorno. Desde el MOTO Club MAPFRE explican cómo trabaja cada uno de ellos y qué márgenes de error aplica la DGT a la hora de sancionar.
Márgenes de error: ¿a qué velocidad real multan?
Antes de conocer los tipos de radares, conviene tener claros los márgenes de tolerancia que aplica la DGT.
Radares fijos y de tramo: Se aplica la llamada “regla del 5”. En carreteras con límite de hasta 100 km/h, la sanción se impone al superar en 5 km/h el límite. En vías con límites superiores, el margen es del 5%. Por ejemplo, en un tramo de 120 km/h, el radar multará a partir de 126 km/h.
Radares móviles, Veloláser y Pegasus: Funcionan con la “regla del 7”. En límites de hasta 100 km/h, la infracción se produce al superar en 7 km/h la velocidad máxima; por encima de ese límite, se aplica un 7%. Así, en una vía de 120 km/h, la sanción se genera a partir de 128 km/h.
Radares fijos de la DGT: vigilancia permanente
Son los más conocidos y visibles. Se instalan de forma permanente en puntos con alta siniestralidad, curvas peligrosas, túneles o accesos urbanos. Funcionan mediante sensores o tecnología Doppler que detectan el exceso de velocidad y fotografían el vehículo infractor, enviando la imagen a los sistemas de la DGT.
Además de sancionar, cumplen una labor preventiva, ya que su presencia —generalmente señalizada— disuade a muchos conductores de exceder los límites.
Radares móviles de la DGT: flexibilidad y efecto sorpresa
Estos radares pueden ir montados en vehículos patrulla o sobre trípodes, lo que permite cambiar su ubicación con facilidad. Su carácter itinerante les da un alto poder disuasorio, al no saber el conductor dónde se encuentran.
Pueden funcionar tanto con el coche detenido como en movimiento, cubriendo así amplias zonas y adaptándose a las necesidades de vigilancia de cada operación.
Radares de tramo: control inteligente
El radar de tramo no mide la velocidad en un solo punto, sino que calcula la velocidad media entre dos cámaras situadas a varios kilómetros de distancia. Si el vehículo ha tardado menos tiempo del permitido, se considera que ha superado la velocidad media.
Este sistema evita los frenazos bruscos al llegar a un radar fijo y fomenta una conducción más constante y segura, especialmente en túneles, zonas montañosas o tramos en obras.
Veloláser: la nueva generación portátil
Los veloláser representan la última innovación tecnológica de la DGT. Son radares láseres compactos y portátiles, capaces de colocarse sobre guardarraíles, señales, motocicletas o vehículos estacionados. Difíciles de detectar, permiten a los agentes operar a distancia mediante una tablet, controlando los excesos de velocidad en tiempo real.
Radares de semáforo: seguridad urbana
Conocidos también como radares “foto-rojo”, estos dispositivos están diseñados para detectar a los vehículos que cruzan un semáforo en rojo. Capturan la matrícula y el momento exacto de la infracción, y en algunos casos también controlan la velocidad de aproximación al cruce, lo que ayuda a evitar maniobras arriesgadas.
Son habituales en zonas escolares o de tráfico intenso, donde el respeto a la señalización es clave.
Pegasus: el radar que vuela
El sistema Pegasus está instalado en helicópteros de la DGT y permite controlar la velocidad desde el aire. Equipado con cámaras de alta resolución y sensores avanzados, no solo mide la velocidad, sino que también detecta infracciones como el uso del móvil, adelantamientos indebidos o la falta de cinturón de seguridad.
Su gran alcance lo convierte en una herramienta ideal para vigilar desplazamientos masivos, especialmente en operaciones especiales o periodos vacacionales.
Drones y otras tecnologías de control
La DGT también recurre a drones para reforzar la vigilancia en carretera. Aunque no miden velocidad, graban conductas peligrosas como distracciones, adelantamientos indebidos o uso del móvil. Desde 2019, las imágenes captadas por estos dispositivos pueden derivar en sanción directa.
Otros sistemas complementarios incluyen:
Cámaras de cinturón y móvil, dotadas de inteligencia artificial para detectar infracciones automáticamente.
Lectores de matrículas (OCR), que verifican en tiempo real si un vehículo tiene ITV o seguro en vigor.
Hoy, la red de radares de la DGT conforma un sistema de vigilancia integral que combina tecnología, movilidad y análisis inteligente para mejorar la seguridad vial en toda España.






