A lo largo de la historia se ha rendido homenaje a los mejores deportistas como símbolo de respeto y reconocimiento a las trayectorias de éxitos. Sin embargo, hay estrellas que se han quedado olvidadas por el camino, a pesar de tener talentos dignos de admiración. Por ejemplo, Ora Washington, en la década de 1930, no tenía suficiente con brillar en un deporte… así que lo hacía en dos.
🫣 Ora, una campeona invisible
Ora Washington fue una referente y lideró la categoría femenina de la Asociación Estadounidense de Tenis (ATA). A lo largo de su carrera, ganó 12 títulos consecutivos de dobles femeninos entre 1929 y 1940, incluidos ocho de los nueve títulos individuales nacionales de la ATA entre 1929 y 1937, además de tres campeonatos de dobles mixtos.
Además de dominar por completo el arte de la raqueta, Ora también era capaz de hacer maravillas con el balón naranja. En la cancha de baloncesto empezó en 1930, en los Germantown Hornets de la YWCA. Su paso por el equipo fue un éxito, pues solo perdieron un partido en todo el campeonato nacional de mujeres negras. Posteriormente, Ora estuvo al frente de las Philadelphia Tribune Girls, de las que fue la máxima anotadora y entrenadora. Con ellas, consiguió once campeonatos mundiales de mujeres de color consecutivos.
A pesar de sus logros en ambos deportes, los medios generalistas no se hicieron eco de sus logros y sus triunfos solo se reflejaron en la prensa negra, como en el periódico The New York Age.
😔 Reconocimiento merecido, pero tarde
Ora no se jubiló definitivamente hasta 1949. Dejó el tenis después de ganar su octavo título nacional femenino de la ATA, años después de jugar su último partido de baloncesto en 1942. Una vez retirada, su vinculación con el deporte no cesó, pues se dedicó a entrenar en canchas públicas en Germantown (Pensilvania).
Ora fue deportista de élite hasta los 50 años de edad, lo que hizo que desde la administración del presidente Franklin D. Roosevelt se plantearan cambios para que el tenis fuera más accesible en las comunidades negras. Financiaron proyectos del New Deal para que se construyeran canchas de tenis públicas en vecindarios urbanos de todo el país.
Muchas veces, a los grandes de la historia se les da el reconocimiento que merecen demasiado tarde. El primer elogio internacional que recibió fue tras su muerte, en 1971. Ora forma parte del Salón de la Fama de los Atletas Negros desde 1976; del Salón de la Fama del Deporte de la Universidad de Temple desde 1986; del Salón de la Fama del Tenis Negro y Femenino desde 2009; y del Salón de la Fama del Baloncesto Femenino Naismith Memorial desde 2018.
Ora Washington dominó dos deportes durante casi dos décadas y fue, probablemente, la primera estrella negra en los deportes femeninos de los Estados Unidos. Sembró los inicios de un largo camino que hoy en día pueden disfrutar leyendas del deporte como Serena Williams o Simone Biles en sus respectivas disciplinas.