El encuentro entre el Sheffield Wednesday y el Southampton que abrirá el próximo viernes, día 4 de agosto, la primera jornada de la English League Championship (la segunda división del fútbol inglés) incorporará una interesante novedad. Si se producen goles, el árbitro descontará el tiempo que se gaste en su celebración.
No ocurrirá sólo en la segunda división. A partir del partido inaugural de la presente temporada en la Premier League —un Burnley frente al Manchester City, que arrancará en la noche del viernes siguiente—, los colegiados de la primera división harán lo mismo.
Además, añadirán al juego el tiempo que se pierda en los lanzamientos de penaltis, desde que la pena máxima sea decretada, así como en la resolución de las tarjetas rojas, desde que el jugador es amonestado hasta que salga del terreno de juego.
⏱️ Las pérdidas de tiempo: un mal endémico y
creciente
No serán estas las únicas medidas que adoptará el fútbol inglés para tratar de reducir las pérdidas deliberadas de tiempo. Por ejemplo, los árbitros procurarán que los jugadores real o supuestamente lesionados reciban atención médica de manera inmediata fuera del campo y amonestarán a los que rechacen asistencia sanitaria cuando sospechen que ellos o sus compañeros están ralentizando intencionadamente con ello la reanudación del juego.
Asimismo, serán más estrictos en las amonestaciones a los jugadores que pierdan tiempo por no respetar la distancia reglamentaria en los lanzamientos de faltas.
Estas nuevas normas, que han sido aprobadas por el International Football Association Board (IFAB), entidad que agrupa a las cuatro federaciones británicas de fútbol, y por la Professional Game Match Officials Limited (PGMOL), el organismo responsable del arbitraje en el fútbol inglés, trata de atajar un problema endémico que afecta cada vez más a las competiciones de las islas (y no solo a ellas, desde luego): la dramática disminución del tiempo real de juego.
Se estima que en la Premier League solo se compite realmente una media de 54 minutos y 49 segundos por partido. Y a la altura del mes de enero del presente año, se habían alcanzado dos inquietantes hitos: en un Crystal Palace-Leeds solo se jugó un 43% del tiempo reglamentado, a pesar de que se decretaron diez minutos de alargue; y en un Aston Vila- Brentford, el balón estuvo rodando poco más de 43 minutos.
👎 Malos comportamientos: también endémicos y
crecientes
No serán estas las únicas novedades en materia de arbitraje que se abordarán en Inglaterra durante la presente temporada. Otra que va a aplicarse pone el foco en una cuestión que allí preocupa mucho: el aumento de los incidentes graves por el mal comportamiento de espectadores, entrenadores y jugadores.
Ciertamente, es una preocupación que dice mucho respecto de la sensibilidad de los responsables del fútbol inglés, pues seguramente, dentro de las principales ligas europeas, es el país en el que se produce un menor número de estos sucesos. Sin embargo, la Football Association (la Federación inglesa de fútbol) está muy inquieta, porque la cantidad va en aumento.
En la temporada pasada, hasta 13 equipos —Manchester United, Liverpool, Tottenham, Everton…— fueron denunciados por el comportamiento agresivo de sus seguidores, incluidos cánticos particularmente deleznables que hacían referencia a los 97 seguidores del Liverpool que murieron en la catástrofe del estadio de Hillsborough o al accidente aéreo de Múnich que diezmó al Manchester United. Sin embargo, en 2021-22 no hubo que registrar ninguna denuncia de este tipo.
Otros 17 equipos lo fueron por protestas masivas de sus jugadores contra los colegiados, en tanto que el año anterior solo se habían producido seis casos. A su vez, el número de denuncias por mala conducta de los equipos en las áreas técnicas pasó de una a once entre las dos temporadas. Y las cuatro primeras divisiones del fútbol inglés sumaron en 2022-23 un total de 547 tarjetas por protestas contra los “trencillas”, 70 más que en 2021-22.
Por ello, la FA va a poner en marcha una campaña contra los abusos a los árbitros por parte de jugadores y entrenadores, una medida que cuenta con el respaldo expreso de la Premier League y de la PGMOL.
Si la campaña no tiene éxito, quizá no esté lejos el día en el que la FA implante en las competiciones profesionales de Inglaterra una medida que ya está en vigor en el fútbol aficionado: los equipos pueden ser sancionados con la pérdida de puntos si se comportan de manera agresiva con los árbitros.