Pagan por ver 90 minutos de tiempo reglamentado, aceptando que, lógicamente, el balón no puede jugarse todo el rato, pues en todos los partidos hay interrupciones inevitables y fútbol no es baloncesto. Pero lo cierto es que, en las grandes ligas europeas, los espectadores ven cada año un poco menos de fútbol en cada encuentro. Concretamente, en estos momentos, solo ven el 55% del tiempo teórico de juego. Y el porcentaje parece ir en descenso.
El problema es generalizado. De las ocho grandes ligas europeas, la escocesa es la que se lleva la palma en cuanto a tiempo perdido: en esta temporada, apenas se juega realmente algo más del 52% del tiempo teórico. Por el contrario, la holandesa y la francesa son las competiciones en las que menos tiempo se pierde: se juega en ellas algo más del 59% y del 57%, respectivamente.
Las restantes están en un pañuelo: entre el 54% y el 55%. En la española, el porcentaje llega solo al 54,5%, pero le cabe el honor de ser la segunda liga europea, tras la portuguesa, en la que los árbitros conceden más tiempo añadido: 8,4 minutos por término medio en cada partido.
El tema es lo suficientemente relevante como para que la IFAB (el organismo integrado por la FIFA y las cuatro federaciones del Reino Unido que se ocupa de definir y, en su caso, modificar las reglas del fútbol) vaya a examinarlo en la reunión que mantendrá dentro de pocos días.
Muchas causas… y algunas premeditadas
Celebraciones de goles, lesiones, sustituciones, intervenciones del VAR, instrucciones antes del lanzamiento de los penaltis…, aparte de las interrupciones normales cuando el balón sale del terreno de juego, o hay que sacar un córner, o ejecutar una falta… Todos ellos son lances del juego que forman parte de las pérdidas de tiempo que pueden considerarse como “naturales” en un partido. Cualquier espectador las entenderá siempre como inevitables y aceptables.
El problema es que se producen también muchas otras que no son “naturales” y sí frecuentemente voluntarias: demoras excesivas en varios de los lances de juego antes expuestos, lesiones fingidas, salidas del campo a cámara lenta, discusiones con el árbitro, tardanzas excesivas de los porteros para el poner el balón en juego una vez que lo atrapan… Un reciente reportaje de Skysports sobre las pérdidas tiempo asegura que, en un partido de la Premier League, el portero de uno de los dos equipos tardó más de 15 segundos en pasar el balón tras blocarlo —el máximo tolerado es de 6— media docena de veces y sin ser amonestado.
En efecto, como pone de relieve el reportaje, el tema preocupa mucho en la Premier League y ha generado un fuerte debate en el que han intervenido entrenadores de varios equipos.
Los datos significativos de la Premier League
No es para menos. En la liga inglesa, a la que se suele reconocer tradicionalmente un elevado grado de fair play, se juega menos del 56% del tiempo reglamentado; y la tendencia va caramente a peor, pues el porcentaje viene cayendo casi de manera continua desde hace diez años.
De acuerdo con la investigación llevada a cabo por Skysports, el tiempo añadido por los colegiados ingleses, aunque se ha incrementado a lo largo del periodo, está manifiestamente por debajo del tiempo perdido. De hecho, el medio ha identificado hasta 23 partidos esta temporada en los que se jugó menos de la mitad de lo reglamentado. Y ello, a pesar de que los árbitros están extremando el rigor a la hora de tratar de cortar tales excesos. En lo que va de temporada, han mostrado 0,23 tarjetas de media por partido como consecuencia de pérdidas de tiempo, un 27% más que en el conjunto de la temporada anterior.
El récord (negativo) de tiempo perdido en lo que va de temporada ha sido en un Crystal Palace-Leeds: el balón estuvo en juego solo el 43% del tiempo, a pesar de que se concedieron más de 10 minutos de añadido; y, en términos absolutos, el “líder” (nuevamente negativo) fue un Aston Villa-Brentford: solo se jugaron 43 minutos y 26 segundos.
Aston Villa, Leeds, Brentford… Los ejemplos no parecen ser casuales. Porque los datos disponibles reflejan claramente que, aunque el problema es generalizado, no apunta por igual a todos los equipos.
Leeds, Newcastle, Brentford y Aston Villa son los cuatro equipos de la Premier en cuyos partidos se juega menos tiempo real: los porcentajes van de menos de un 52% a poco más del 54%. Y la distancia respecto de los cuatro equipos en cuyos partidos se juega más tiempo es francamente considerable: son Manchester City, Leicester, Tottenham y Liverpool. Todos por encima del 58%; y el primero, por encima del 62%.
De hecho, el Villa de Unai Emery concentra el mayor número de tarjetas por pérdidas de tiempo: nada menos que 8 en lo que va de temporada, casi una cada dos partidos. Le sigue el Newcastle, con 5. Por el contrario, tres de los cuatro equipos que pierden menos tiempo no han recibido ninguna tarjeta por este motivo; y el cuarto, el United, solo una.
Catar 2022: una experiencia con resultados positivos
En una decisión que generó no poca controversia, Pier Luigi Collina, presidente del Comité de Arbitraje de la FIFA, animó a los árbitros del reciente Mundial de Catar a que aplicaran con más exactitud y “generosidad” los minutos añadidos en cada encuentro para compensar las pérdidas de todo tipo. Esto llevó a que el tiempo suplementario concedido por los colegiados superara los 10 minutos de media por partido.
Como queda dicho, la recomendación y sus efectos generaron críticas por el excesivo e imprevisible tiempo que era finalmente añadido. Sin embargo, los datos parecen sugerir que Collina no estaba precisamente errado: según fue avanzando el torneo, y los jugadores y entrenadores comprobaron que las pérdidas voluntarias eran cada vez más compensadas al final del encuentro, el tiempo de juego fue incrementándose de manera extraordinariamente clara, pasando de poco más del 55% de media al principio del campeonato, a más de un 59% al final. Paralelamente, cada vez fue necesario añadir menos tiempo suplementario por partido.
El partido en el que se jugó más fue el España-Japón: nada menos que un 70%.
O sea, que igual Collina tenía razón. Y es que, aunque todo el mundo se muestra muy de acuerdo en que el creciente tiempo perdido es un grave problema, a veces por la boca muere el pez. Hace poco, tras un Arsenal-Newcastle en el que se jugó solo el 52% del tiempo, Eddie Howe —entrenador de los urracas, uno de los equipos de la Premier que pierde más tiempo, como antes se ha señalado— declaró: “Estoy totalmente a favor de que la gente que va a al partido obtenga valor por el dinero que paga y vea que se juega el balón… (Sin embargo) tú tienes que ser inteligente y poseer la necesaria sabiduría callejera para encontrar la manera de conseguir un resultado positivo para tu equipo”. A buen entendedor….