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¿Los eSports son realmente un deporte?

La pregunta del titular no pretende ser ni capciosa ni retórica. Simplemente, trata de llamar la atención sobre el debate que afecta a unas actividades que se están extendiendo de manera exponencial y que, aunque sus promotores, participantes y seguidores consideran que los eSports son un deporte, lo cierto es que, al menos legalmente, en España aún no lo son.

Precisemos el concepto, porque, aunque es intuitivamente muy claro, no es ningún cajón de sastre. El término de eSports o deportes electrónicos se aplica a las competiciones de videojuegos que cuentan con ligas, equipos, jugadores, publishers, organizadores, broadcasters, patrocinadores y espectadores, sean profesionales o amateurs, y cuyos encuentros se pueden seguir tanto en forma presencial como online.

Los eSports también se escriben en femenino

A título de ejemplo, juegos muy populares que cuentan con ligas son League of Legends, Fortnite, FIFA, Call of Duty, Rainbow Six, Siege, Dota 2, Gears of War o Hearthstone, entre otros.

A favor de su consideración como deporte

Los defensores de que son un deporte esgrimen diversos hechos para demostrarlo. Por ejemplo, el dato de que, según la Asociación Española de Videojuegos, España cuenta ya de facto con cuatro ligas profesionales en las que los equipos están obligados a tener a sus jugadores bajo contrato y salario: Superliga Orange de League of Legends, Superliga Orange de CSGO, Superliga Orange de Clash Royale y R6 Spain Nationals de Rainbow Six Siege.

A ello hay que añadir la existencia de torneos internacionales de primer nivel, en número también significativo, como los que se celebrarán en el marco del Dreamhack Valencia el próximo mes de diciembre.

Por otro lado, para ser considerado como eSport, no basta con que un videojuego reclame serlo de manera unilateral. Debe cumplir ciertos criterios, como estar diseñado para que dos o más jugadores se enfrenten entre sí, contar con una liga organizada, establecer reglas claras para todos los competidores y disponer de una audiencia lo suficientemente grande como para despertar el interés de los medios.

eSports

Súmese a lo anterior que el Comité Olímpico Internacional (COI) ha creado una comisión específica (la eSports Commission) para popularizar la práctica de los deportes electrónicos e incorporar a sus promotores, jugadores y seguidores al movimiento olímpico. De hecho, en la inauguración de la 141ª sesión del COI celebrada en Bombay hace unos días, su presidente, Thomas Bach, ha solicitado a esa Comisión que estudie la posibilidad de crear unos Juegos Olímpicos de eSports.

Por ello, aunque admiten que se trata de un debate abierto, no faltan reconocidos especialistas en derecho deportivo, como Feliciano Casanova, que defienden que los eSports cumplen todos los requisitos para ser reconocidos como una auténtica modalidad deportiva, así como para constituir una Federación consagrada específicamente a ellos.

En contra de su consideración como deporte

Claro, que tampoco faltan muy respetados expertos del ámbito jurídico-deportivo, como Javier Rodríguez Ten, que sostienen que los eSport no encajan en el concepto técnico-deportivo de deporte. Entre otros argumentos de diverso tipo, subrayan que no se ajustan a los requisitos legales que se exigen para reconocer una nueva modalidad deportiva.

En efecto, lo cierto es que los eSports no tienen actualmente la consideración legal de deporte en España y, por lo tanto, no se les puede aplicar la nueva Ley de Deporte vigente desde el 1 de enero de este año.

De hecho, aunque los derechos laborales de sus jugadores profesionales no están totalmente desprotegidos, puesto que la mayoría de estos forman parte de un equipo o son trabajadores autónomos, se hallan amparados bajo el régimen laboral común, es decir, fuera de Régimen Especial de los Deportistas Profesionales.

Recuerdan los defensores de esta línea de argumentación que, aunque hace tres años se creó una Federación Española de Jugadores de Videojuegos y E-sports (FEJUVES), es significativo que sus Estatutos sigan sin contar con la aprobación del Consejo Superior de Deportes (CSD).

Además, añaden que en España no existe una regulación específica que sea capaz de responder a un amplio número de problemas que afectan a los eSports, como es el dopaje, la propiedad intelectual o las apuestas, entre otros; y advierten de que los constantes cambios y avances tecnológicos que se aplican a los eSports hacen mucho más difícil la creación de un marco jurídico suficientemente estable para ellos que no se vea constantemente cuestionado por el desarrollo e implementación de estos cambios.

Los eSports, un debate abierto

En cualquier caso, como se deriva todo lo expuesto, el debate se halla muy lejos de estar cerrado. Y, para que le lector cuente con más elementos para intervenir en él, se reproducen a continuación dos importantes definiciones acerca de lo que es deporte.

La Carta Europea del Deporte, en su artículo 2, entiende por deporte “todo tipo de actividades físicas que, mediante una participación, organizada o de otro tipo, tengan por finalidad la expresión la mejora de la condición física y psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales o el logro de resultados en competiciones de todos los niveles”.

Por su parte, la Ley del Deporte antes mencionada recoge en su Artículo 44 que ”se entiende por modalidad deportiva toda forma de práctica de actividad físico-deportiva con características estructurales propias, que tenga tradición, reconocimiento y reglamentación autonómica y nacional. (…) El reconocimiento de las modalidades y especialidades deportivas de ámbito estatal lo realiza el Consejo Superior de Deportes en los términos previstos en esta Ley y en sus disposiciones de desarrollo, a instancia de los interesados que practiquen u organicen las mismas o, tratándose de especialidades, de las federaciones deportivas españolas”.

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