En clave futbolera, el 2024 no está siendo un buen año para Merseyside. Mientras que en Anfield se lamentan por el amargo final de una era, al otro lado de Stanley Park tampoco están para tirar cohetes. Es más: solo el desempeño deportivo, su gran lunar en los últimos años, ha sostenido a un Everton ahogado en los despachos. Para desgracia de los toffees, sus problemas con el Fair Play Financiero son lo de menos. Casi 9 meses después de anunciarse la adquisición del 94% del club por parte de 777 Partners, todo está paralizado; y, para más inri, no dejan de salir causas judiciales en contra de la empresa estadounidense. Los inversores minoritarios, cansados de este impasse, se han puesto en pie de guerra ante una compra a la que no se atisba el final.
❌ La Premier League está en contra de la venta, pero no la paraliza
La unión de los inversores minoritarios del Everton es, solamente, el último capítulo de una adquisición tortuosa. Cuando Farhd Moshiri, dueño del 94% del club, anunció el acuerdo con 777 Partners, se encendió la luz al final del túnel. Después de tantos años sin rumbo, en Goodison Park veían como todo podía cambiar. Craso error, pues no tardaron en salir los primeros rumores acerca de la falta de liquidez de los estadounidenses para hacerse con el Everton. La Premier League no se demoró en entrar a investigar lo que estaba sucediendo, y pronto vieron atisbos de que la rumorología iba por el buen camino. Por cada vez que les pedían ciertas garantías, los representantes de 777 Partners huían hacia delante.
Por mucho que Moshiri tratase de convencer a la Premier League de que el Everton iba a estar en buenas manos, más de un toffee empezó a temerse lo peor. Esta vez sí que llevarían razón. Impagos, vínculos turbios con negocios ilegales, estafas… Cada información nueva que salía de 777 Partners era peor que la anterior. Ante la indecisión de la liga para paralizar la venta, los 1500 accionistas que poseen el 6% del Everton los que pusieron el grito en el cielo. “A falta de que la Premier League tome una decisión oportuna, insistimos en que la junta directiva del Everton, y Farhad Moshiri en particular, detengan este proceso dañino ahora y reconozcan que 777 Partners no son en este momento los posibles propietarios aptos y adecuados del Everton Football. Club (…). Exigimos una decisión y la exigimos ahora”, reza su comunicado.
De momento, solo están definidos los bandos del conflicto. En lo que la Premier League se decide a actuar, la afición del Everton se ha rebelado ante la directiva. Entre medias, como no podía ser de otra manera, están los jugadores. Ellos, que viven tan expectantes como el resto de actores en este conflicto, son los únicos que provocan algo positivo en esta guerra abierta. Pese a la sanción de 10 puntos que sufrieron, van a salvar al club de un descenso que hubiese sido catastrófico. Han garantizado la supervivencia del Everton en el corto plazo, y, visto lo visto, es más que suficiente para una afición que lleva demasiado tiempo sufriendo. Lo que suceda en el medio y largo plazo, por desgracia, no lo sabe nadie.