Economía

Escándalo en la propiedad del Milan: ¿de quién es el club?

El pasado martes, día 12, la Guardia di Finanza italiana (un cuerpo especial de policía, de naturaleza militar y dependiente de los Ministerios de Economía y de Interio, o sea que pocas bromas) irrumpió en la sede del Milan y de varios domicilios particulares de personas ligadas al entramado empresarial del club para incautarse de abundante documentación.

El motivo de la sospecha es que las operaciones de compraventa que se han producido en la entidad durante los últimos años son irregulares, por decirlo suavemente. ¿Los riesgos para el club rossonero? Cuantiosas multas económicas, expulsión de las competiciones internacionales, descenso de categoría, salida del mercado bursátil… Lo dicho, pocas bromas.

🙆 Una enrevesada historia

Como suele suceder en estos casos, el asunto es complejo y su simplificación conduce a sesgos y excesos. Pero puede intentarse. En abril de 2017, el grupo financiero Fininvest de la familia Berlusconi, propietaria del Milan desde treinta años antes, vendió el 99,9% del capital del club a Rossoneri Sport Investment Luxembourg, una empresa creada expresamente para tal fin por el multimillonario chino Li Yonghon.

Mejor dicho, por el supuesto multimillonario chino, pues este ciudadano no sólo era públicamente un desconocido hasta ese momento, sino que el imperio minero del que alardeaba en Italia no apareció finalmente documentado en parte alguna. Quizá por ello el proceso de compra fue particularmente turbulento y sólo se hizo posible finalmente, tras meses de tiras y aflojas, gracias al préstamo de 380 millones de euros que el supuesto magnate chino recibió de Elliott Management, uno de los hedge funds más importantes del mundo.

Pero hete aquí que, sorpresa, sorpresa, Li Yonghon se encontró con problemas para devolver el préstamo. Por ello, en su condición de acreedor, Elliot Management se hizo con el control formal y efectivo del Milan desde el año siguiente, hasta que, en agosto de 2022, se lo vendió a Redbird Capital Partners, otro grupo de inversión estadounidense, por unos 1.100 millones de euros.

🤨 Señales muy raras

Vale, un lío, pero ¿por qué hay sospechas? Pues porque hay cosas que no encajan o que encajan francamente mal. Para empezar, y nuevamente simplificando porque la cifra de venta fue manifiestamente disparatada, pues los expertos consideran que, en aquel momento, el club valía como mucho unos 640 millones de euros, es decir, poco más de la mitad. Y, para más inri, esa espectacular cifra de venta equivalía nada menos que a 4,5 veces los ingresos anuales del club.

Milan UEL

El Milan podría recibir varias sanciones, incluida su expulsión de las competiciones europeas.

Más raro aún: para que la operación fuera viable, Elliot Management prestó más de 500 millones de euros a Rebird. Sí, no es un error: el vendedor le prestó al comprador la mitad de la cantidad fijada para la venta a fin de que este último pudiera asumirla.

Más datos extraños: al revés de lo que lógicamente pasó tras la compra de Elliot Management a Li Yonghon, que dio lugar a un cambio radical en la composición del Consejo de Administración del club, Rebird ha mantenido prácticamente intacta, en lo esencial, la cúpula directiva del Milan. De hecho, el presidente sigue siendo el mismo, Paolo Scaroni; y el CEO es ahora Giorgio Furlani, que trabaja en Rebird, pero que hasta que se produjo la operación de compraventa lo hacía casualmente… en Elliot Management.

Y, de remate grave, parece haber también indicios de que los agentes implicados han presentado documentación contradictoria o incompleta sobre la estructura societaria del club a la UEFA, a la Federación italiana del fútbol, al regulador estadounidense del mercado de valores (SEC) y al propio Consejo de Administración de la entidad.

🧑‍⚖️ Graves consecuencias jurídicas y económicas para el Milan

Si todas estas sospechas se hicieran realidad, ¿cuál sería la conclusión? Seguro que el lector ya lo ha adivinado: que la venta a Rebird por parte de Elliot Management fue un simulacro y que este último sigue controlando y gestionando el club de manera real y efectiva.

¿Y por qué simular la operación? Pues porque, aparte de las posibles razones ingeniería financiera, Elliot Management es también propietario de facto del Lille francés —por cierto, a través asimismo de un préstamo al propietario formal—, un club inscrito en las competiciones europeas. Esto supondría una grave violación de la normativa de la UEFA, pues esta no permite que un mismo agente disponga del control o influencia decisoria de forma simultánea sobre varios clubes inscritos en sus competiciones, por obvio conflicto de interés.

El auge de la multipropiedad en el fútbol

El asunto, por consiguiente, puede resultar muy grave desde el punto de vista jurídico y desde el punto de vista económico. En declaraciones exclusivas al medio italiano Calciomercato, Angelo Cascella, un experto en derecho deportivo y antiguo juez del tribunal internacional de arbitraje (el famoso TAS), ha apuntado que el Milan, quizá paradójicamente, debería de temer menos a las consecuencias de la posible aplicación del artículo 5 de los Estatutos de la UEFA (relativo a la multipropiedad) y mucho más al artículo 4 (sobre procedimientos de admisión) si es que presentó documentación falsa o incompleta a la UEFA y a la Federación Italiana.

En este segundo tema, el organismo europeo lo tiene más claro y es particularmente tajante a la hora de aplicar sanciones. En cuanto a las consecuencias económicas, estamos hablando de un club que cotiza en Bolsa, y los mercados de valores suelen ser muy sensibles a los escándalos. Se puede especular con que la situación de este embrollo pudiera ser una nueva venta del club, pero, como advierte Cascella, sería a precios mucho más bajos que los que se han barajado en el pasado; y, además, ¿quién querría comprar un equipo histórico que podría no jugar próximamente las competiciones europeas?

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