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El Liverpool (casi) no se vende y el Manchester United (sí) hace cosas raras

El americano John W. Henry, cabeza visible de Fenway Sports Group (FSG), el conglomerado de inversiones deportivas que es propietario del Liverpool —y de los Red Sox de Boston, y de los Penguins de Pittsburg, y del RFK Racing que compite en la NASCAR…— ha decidido que el club de Anfield Road ya no está en venta. Una decisión que seguramente habrá adoptado con relativa facilidad, toda vez que parece ser que nadie quiere comprarlo. Al menos, en las condiciones fijadas por Henry… sea estas las que sean.

FSG anunció el pasado mes de noviembre que estaba «explorando la posibilidad de la venta» del club. Mira por dónde, fue en los mismos días en los que los Glazer, propietarios del Manchester United, anunciaron algo parecido respecto de los red devils.

Sin embargo, no ha trascendido desde entonces que Henry haya recibido ninguna propuesta remotamente clara o firme para poder vender el club. Bien por el elevado valor que se le atribuye a este —unos 3.700 millones de libras, es decir, más de 10 veces más de lo que pagaron los de FSG cuando lo compraron allá por 2010—, bien porque, en realidad, Henry nunca ha estado dispuesto a vender la totalidad del club, sino solo una participación minoritaria y sin perder el control del equipo, lo cierto es que no ha logrado ningún avance real.

Misteriosas palabras del dueño del Liverpool

En cualquier caso, el directivo americano está siendo todo menos claro. Compruébelo el lector sobre la base de sus últimas declaraciones a los medios americanos: «¿Estaremos en Inglaterra para siempre? No. ¿Venderemos el Liverpool? No. ¿Estamos hablando con inversores sobre el LFC? Sí. ¿Pasará algo? Creo que sí”.

Tampoco es que el presidente de FSG, Thomas Charles Werner, hubiera sido cristalino cuando anunció el propósito de vender el club el pasado mes de noviembre: “Estamos explorando una venta, pero no hay urgencia, no hay un marco de tiempo para nosotros. Y, por lo que a mí respecta, todo sigue igual. Uno de los resultados podría ser nuestra continuidad como administradores durante bastante tiempo».

O sea, que todo sigue igual… sea lo que sea lo que sigue igual.

Dos decisiones extrañas

Eso sí, tampoco es que el otro gran club de elástica roja que al parecer está en venta en Inglaterra muestre excesiva claridad sobre sus intenciones reales.

Los dueños del Manchester dicen que quieren vender. Sin embargo, justo cuando acababa el plazo que se habían fijado para recibir ofertas, han tomado dos decisiones que encajan mal con el comportamiento que se puede atribuir a quien está buscando una puerta de salida: contratan un nuevo director de operaciones y suben el precio de las localidades.

La primera medida fue anunciada exactamente el mismo día en el que vencía el plazo de recepción de ofertas. Fue el nombramiento de David Harrison, exdirector de Operaciones de Fútbol del Everton, para ocupar el mismo cargo en Old Trafford. Sustituye así a Alan Dawson, que dejó ese puesto el pasado mes de julio tras haberlo desempeñado durante once años.

La segunda se hizo pública tres días después. Los Glazer decidieron seguir la estela del Arsenal y subieron los precios de las localidades en un 5%.

El porcentaje puede parecer relativamente bajo y, al fin y al cabo, los precios de Old Trafford estaban congelados desde hace once años. Sin embargo, se aplica tras una espectacular subida de las acciones del club en la Bolsa, en medio del intento por venderlo por 6.000 millones de libras, con crecientes remuneraciones por derechos televisivos y con unos ingresos de cerca de 600 millones de libras en 2022, los terceros más elevados de los 18 clubes de la Premier…

¿Quieren vender realmente?

Suficientes circunstancias como para que los aficionados del club hayan incendiado las redes sociales, recordando, por ejemplo, que “las reparaciones del tejado y los vestíbulos del estadio también llevan once años congeladas» y que esa decisión “no parece confirmar precisamente que los Glazer estén vendiendo”.

Algo en lo que abunda un histórico del club, Gary Neville, quien sospecha que todo esto es “una gran farsa que los Glazer están ejecutando para que sus hermanos y hermanas salgan del club, y la pareja que quiere quedarse —Joel y Avram— se quede».

Una farsa que no hará precisamente felices a los seguidores del Manchester. Estos, como los del Liverpool respecto de John Henry y los de los New York Knicks respecto de James Dolan, lo que quieren es que los odiados dueños se vayan de una vez, del todo y para siempre.

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