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💰​ Economía

Spotify rentabiliza su megacontrato con el Barcelona… a medias

Ha transcurrido casi un año desde que la junta directiva del Barcelona dio luz verde al acuerdo con Spotify. Un contrato mayúsculo por el que la plataforma multimedia se comprometió a pagar más de 400 millones de euros a cambio de aparecer en la indumentaria del equipo azulgrana —tanto masculino como femenino— durante cuatro años y de dar nombre al estadio. Una apuesta arriesgada que ha rentabilizado a nivel de marca, pero no económico. 

Spotify ha entrado de lleno en el top 10 de marcas más asociadas al Barcelona, según el último barómetro de patrocinio deportivo elaborado por SPS Consulting. La aplicación, en tiempo récord, se ha ubicado solo por detrás Nike, principal sponsor del conjunto presidido por Joan Laporta. Es la marca que más crece en este ranking, y ocupa el segundo escalón del podio tanto entre los aficionados al fútbol como entre aquellos que no siguen el deporte rey.

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El gran damnificado es Rakuten. El que fue main global partner del Barcelona ha sufrido las consecuencias de su ruptura en muy poco tiempo, algo que no siempre sucede en el mundo del deporte, donde a veces una inversión a corto plazo da frutos a la larga —como el caso de Fernando Alonso y Renault, marca a la que todavía se le asocia—. Qatar Airways, Unicef, Beko o Adidas son otras de las compañías a las que más se asocia con el equipo blaugrana.

El problema para Spotify es que la imagen del Barcelona en estos momentos no es la mejor a la que asociarse. El caso Negreira, desvelado por el diario El Mundo, ha confirmado que el club realizó pagos al exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA). La Fiscalía denunciará al club y el Consejo Superior de Deportes (CSD) también se personará contra el equipo de Xavi, según confirmaron el pasado lunes. Una buena noticia que en tan poco tiempo haya creado semejante asociación, aunque no tan beneficiosa si este escándalo empaña el rostro del Barcelona . De momento, el último fin de semana muchos aficionados protestaron —cada uno a su manera— por el posible trato de favor arbitral al líder.

Las cuentas no le salen a Spotify

A nivel económico Spotify vivió un 2022 nefasto, como el de muchas otras tecnológicas. La plataforma de música en streaming multiplicó por 13 las pérdidas cosechadas un año antes, hasta los 430 millones de euros. Ni el aumento de ingresos —un 18% en el tercer trimestre de 2022—, ni la hazaña de superar la barrera de los 200 millones de usuarios de pago han servido para contrarrestar esta situación.

La compañía echa la culpa al crecimiento de los gastos, fruto de los mayores costes del personal por el aumento de la plantilla, a la inversión en publicidad y al cambio de divisos. Una situación compleja que forzó a la empresa a reducir un 6% de su plantilla —unas 8.600 personas en todo el mundo— hace unos meses.

Spotify pierde dinero, pero en solo 12 meses es la segunda marca más asociada a uno de los clubes más importantes del mundo. Lo malo para la plataforma es que la convulsa situación del caso Negreira hace que eso no sea un consuelo suficiente para contrarrestar el mal bagaje económico.

 

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