Las actividades deportivas, tanto en el ámbito profesional como en el aficionado, se han convertido, con el paso de los años, en una auténtica industria que genera importantes beneficios económicos.
Recientes estudios han puesto de manifiesto que, en nuestro país, supone un 3,3% del Producto Interior Bruto (PIB), alcanza unos ingresos que sobrepasan los 39.000 millones de euros y da empleo a más de 400.000 trabajadores.
Además, y dejando al margen su trascendencia económica, la actividad física supone un importante factor para el bienestar social, pues repercute de forma directa en la salud y, por consiguiente, en la calidad de vida de las personas que la practican.
Irrupción de las nuevas tecnologías digitales en el deporte
Por supuesto, sería absurdo que un sector de tanta relevancia socioeconómica fuera ajeno a los avances tecnológicos. La aparición de nuevas tecnologías, como el Big Data, la Inteligencia Artificial, la Realidad Virtual o el Metaverso, han supuesto una transformación radical en la forma de abordar no solo la actividad física en sí, si no en todo el entorno que le rodea. Volviendo a datos económicos, se prevé que, para el año 2026, el volumen de negocio generado a escala mundial por la aplicación de tecnologías digitales al deporte supere los 40.000 millones de dólares.
En el Mundial de Catar 2022, la aplicación de estas tecnologías ha supuesto un cambio radical en la forma de analizar los datos que en él se generan y de implementarlos en todos los aspectos que rodean la competición.
En la sala VAR, por ejemplo, la información que suministran doce cámaras que siguen los movimientos de los jugadores es integrada y analizada por un sistema de inteligencia artificial. Este sistema permite determinar la posición de un jugador, al milímetro, en menos de un segundo.
A su vez, los sistemas de Big Data e Inteligencia Artificial pueden monitorizar hasta la forma en la que los espectadores, tanto en el campo como en sus domicilios, siguen los partidos. Son capaces de valorar en tiempo real las respuestas de los aficionados, mediante el análisis de los comentarios que estos hacen en redes sociales; o conocer sus gustos para mejorar su experiencia.
Por otro lado, esas tecnologías logran aportar información sobre aspectos tales como la probabilidad de que un jugador marque un gol en una jugada concreta, su actividad durante el encuentro en términos de distancia recorrida, pases completados, etc.
Aportaciones del Biga Data a la salud de los deportistas
En el ámbito de la medicina del deporte, estas tecnologías son muy relevantes y están haciendo ya importantes aportaciones a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las lesiones; al análisis del rendimiento de los deportistas; a la programación de sus entrenamientos; a la definición de pautas para la mejora de su técnica, y a la valoración y estudio de la calidad de su sueño, entre otras aplicaciones.
Según datos del Ministerio de Cultura y Deporte, alrededor de 4 millones de deportistas españoles federados recurren a la medicina deportiva con fines de asesoramiento, prevención o tratamiento. Por lo tanto, ante un número tan elevado de potenciales beneficiarios, es obligatorio mantenerse al día de todas estas soluciones tecnológicas innovadoras que contribuyen sustancialmente a la mejora de la salud y la seguridad de esos deportistas.
En la actualidad, se cuenta ya con elementos que proporcionan grandes ventajas a la hora de proteger la salud y mejorar las capacidades de los deportistas mediante su aplicación, individualizando las pautas según los requisitos de cada sujeto.
Los dispositivos médicos “vestibles” o wearables, en los que se implementan microsensores, generan decenas de miles de datos (sobre velocidad, aceleraciones, frecuencia cardiaca, saturación de oxígeno, etc.) durante la actividad deportiva. Estos datos, analizados mediante Big Data, permiten cuantificar las cargas de trabajo de cada entrenamiento o partido y así medir el grado de desgaste y fatiga que el deportista está soportando.
A su vez, utilizados fuera de la actividad deportiva, facilitan datos sobre la recuperación, el descanso e, incluso, datos metabólicos (por ejemplo, sobre el nivel de glucemia) que facilitan el diseño de pautas de alimentación adecuadas a cada deportista.
Las posibilidades de la Realidad Virtual y la Realidad Aumentada
Por su parte, los dispositivos de Realidad Virtual y Realidad Aumentada permiten, mediante la interacción con un entorno simulado multisensorial, la realización de actividades propias de cada disciplina deportiva con el objetivo de facilitar la reincorporación de un deportista tras una lesión o conseguir su mejora en determinadas aptitudes, ya que es posible recibir feed back en tiempo real sobre su rendimiento.
La combinación de Realidad Virtual con la captura de movimientos en tres dimensiones permite analizar con precisión la posición de un pie en situación estática y dinámica, así como su relación con otras articulaciones y estructuras del cuerpo (por ejemplo, la rodilla, la cadera o la columna). Esto hace posible “reentrenar” la marcha en tiempo real, optimizar la rehabilitación de lesiones e, incluso, conseguir que los pacientes puedan completar sus ejercicios de fisioterapia en sus propios domicilios con un preparador virtual.
En cuanto al Metaverso, su desarrollo podría facilitar, entre en otros usos relacionados con la medicina deportiva, la creación de entornos inmersivos donde realizar evaluaciones de riesgos para la salud de los deportistas utilizando los datos recopilados de la actividad real con el fin de definir medidas para prevenir lesiones, programar las cargas de entrenamiento , etc.
Así pues, existe un enorme abanico de oportunidades por explorar en relación con este tipo de tecnologías, lo que requerirá, sin duda, un elevado nivel de inversión en los próximos años. Estos avances no beneficiarán solo a los deportistas, sino también a cualquier persona que necesite tratamiento y rehabilitación después de una lesión, al margen de cuál sea su edad.