Los jugadores de las primeras líneas ofensivas y defensivas de los equipos de fútbol americano de la liga canadiense, así como los linebackers y los running backs, tendrán que llevar en su casco la llamada guardian cap (gorra guardián) durante las sesiones de entrenamiento y otras prácticas de contacto que se realicen en la temporada regular, a fin de reducir el riesgo de lesiones derivadas de traumatismos craneales.
Los jugadores de las demás posiciones de los equipos podrán usarla también, aunque no estarán obligados a hacerlo.
La guardian cap es una especie de protección acolchada que, a modo de cubierta, se coloca en el exterior del casco de los jugadores. Diversos estudios han demostrado que, cuando se lleva puesta, la gravedad de los impactos se reduce en al menos un 10% en el caso del jugador que así se protege; y en no menos de un 20% cuando la llevan los dos jugadores que chocan sus cabezas.
Randy Ambroise, comisionado de la Canadian Football League (CFL), ha justificado la adopción de estas y otras nuevas medidas preventivas recordando que «nuestros jugadores son los mejores embajadores de nuestro deporte, tanto dentro como fuera del campo. Por ello, debemos seguir explorando nuevos equipos, nuevas tecnologías y nuevas prácticas a fin de garantizar que estén física y emocionalmente capacitados para tener carreras largas y exitosas».
Ha añadido también que, «a medida que los deportistas evolucionen a través de una mejor nutrición, mejores regímenes de entrenamiento y una comprensión más clara del cuerpo humano, también lo hará nuestro deporte. La CFL tiene que asumir la necesidad de esta evolución y trabajar con los jugadores para crear un entorno deportivo no solo emocionante y competitivo, sino también seguro«.
Otras medidas de salud y prevención
El uso de la guardian cap no será la única novedad en materia de seguridad y salud que aplique la CFL de cara a la próxima temporada. Otra será que los clubes tendrán que disponer de tiendas plegables en las zonas de banquillo para poder realizar evaluaciones o exámenes médicos, en caso necesario, de manera más eficaz y respetando mejor la privacidad a los jugadores.
Además, se celebrarán reuniones médicas antes de los partidos, en las que participarán no solo los miembros de los equipos médicos, sino también el personal de seguridad y de los departamentos encargados del funcionamiento de las instalaciones en las que se desarrollen los encuentros.
De esta forma, si se produce una urgencia médica, todos los miembros de los equipos que han de intervenir para solucionarla estarán bien alineados para acelerar la atención a las personas afectadas.
A ello hay que añadir que el personal de los clubes ya se ha reunido para completar cursos adicionales de desarrollo profesional avanzado sobre respuestas médicas urgentes y formación en gestión de situaciones de emergencia, con recursos limitados, durante viajes en avión.
Asimismo, el personal que trabaja con los jugadores en cuestiones relativas a rendimiento físico deberá poseer a partir de ahora el certificado de especialista en esa materia que concede la Asociación Nacional de Fuerza y Acondicionamiento (NSCA por sus siglas en inglés).
Por último, hay que sumar a todo lo anterior que la CFL está participando en diversas investigaciones científicas que desarrollan o van a iniciar varias universidades sobre uso eficaz de equipos y tecnologías en la prevención y rehabilitación de lesiones, vigilancia de lesiones y optimización del rendimiento.