Caroline Weir futbolista
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Inquietud por la creciente carga de trabajo que soportan las futbolistas

La centrocampista escocesa del Real Madrid, Caroline Weir, fue la segunda futbolista de las ligas femeninas que jugó más tiempo entre el 1 de agosto de 2022 y el pasado 31 de marzo, según un estudio de Player Workload Monitoring. Sumó más de 3.808 minutos.

La superó por solo siete minutos la defensa japonesa de la Roma, Moeka Minami; y ambas quedaron bastante por encima de la tercera, la centrocampista Manuela Giugliano, también de la Roma, que “no pasó” de los 3.523 minutos.

Cuatro de las diez jugadoras de esta lista son de la Liga italiana. Las dos citadas, más otras dos futbolistas, también de la Roma: Valentina Giacinti, delantera, y Giada Greggi, centrocampista. Y otras dos, de nuestra Liga: la delantera española Athenea del Castillo y la defensa brasileña Kathellen Sousa, ambas del Real Madrid.

El resto del top 10 son la portuguesa Carole Costa, del Benfica, la francesa Wendi Renard, del Olympique de Lyon, y la islandesa Glodis Viggosdottir, del Bayern de Múnich. Las tres son defensas.

Estas son algunas de las que más jugaron, pero no de las que más viajaron. Las tres primeras de este otro ranking son Olivia Chance, centrocampista neozelandesa del Celtic escocés, que recorrió 145.406 kilómetros en doce viajes en ese periodo de tiempo, seguida de Sam Kerr, delantera australiana del Chelsea inglés y máxima golpeadora histórica de su selección, con 128.752 kilómetros, y de Sarina Bolden, centrocampista filipina del Western Sydney Wanderers, de la liga australiana, con 113.503 kilómetros.

Bien es verdad que el estudio en cuestión no es exhaustivo, sino que se basa en una muestra. No obstante, esta es resultado de un riguroso proceso de selección que tiene en consideración principalmente a las futbolistas que juegan de manera habitual con sus clubes y selecciones nacionales; y, además, el informe cuenta con una amplia trayectoria, pues se viene realizando desde 2018. En total, la muestra actual abarca a 300 futbolistas de 51 nacionalidades que juegan en 122 clubes de 31 ligas.

Impacto sobre la salud física y mental

Los datos del estudio justifican la preocupación que están manifestando algunos entrenadores de clubes de grandes competiciones femeninas acerca de la creciente carga de trabajo y viajes que tienen que soportar sus jugadoras.

Por ejemplo, la entrenadora del Aston Villa inglés y exjugadora, Carla Ward, ha declarado hace unos días que “a menudo oigo que se dice: ‘¡pero si solo juegan 22 partidos!’. No es así, juegan muchísimo fútbol internacional, y el calendario para una jugadora internacional es implacable.”.

Esto lo dijo antes de un partido contra el Manchester United Women, cuyo entrenador, Marc Siknner, se sumó también a esta opinión, subrayando que las jugadoras tienen cada vez menos tiempo libre, lo que puede afectar seriamente su salud. “No podemos medir el aspecto mental del juego tan bien como el físico”, advirtió. “Y a veces puede ocurrir que una jugadora esté fatigada mentalmente y ponga el pie en una posición incorrecta, con el riesgo de lesionarse».

Asimismo, la entrenadora del Chelsea, Emma Hayes, se ha alineado con las opiniones de sus colegas afirmando que, ante la progresión del fútbol femenino de amateur a profesional, «es necesario aplicar restricciones más estrictas y rigurosas» en cuanto el calendario de convocatorias, pues «tenemos que estudiar seriamente» la posibilidad de que las jugadoras descansen más.

El riesgo del Mundial femenino 2023

Esta preocupación se ha acentuado con motivo de la celebración del próximo Mundial femenino, que tendrá lugar en Australia y Nueva Zelanda desde el 20 de julio.

De acuerdo con los periodos de cesión obligatoria establecidos en el calendario de partidos internacionales de la FIFA, la fecha más temprana para que las federaciones nacionales puedan convocar a las jugadoras es el 10 de julio. Es decir, una fecha que deja solo diez días a los equipos nacionales para la preparación del torneo.

Skinner ha sido ecuánime: “Las jugadoras tienen que estar preparadas para el Mundial. No creo que se pueda culpar a los equipos nacionales por querer que las futbolistas se incorporen cuanto antes, porque a ellas les beneficia aclimatarse no sólo al calor, sino también a la forma en la que tendrán que jugar. Así pues, de esta forma ambas partes se beneficiarían. Sin embargo, la realidad es que nuestras jugadoras no tienen tiempo suficiente para descansar”.

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