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El microbioma y su influencia sobre el rendimiento y la salud del deportista

Sabemos muy bien que el deporte y la salud están estrechamente relacionados entre sí; y las investigaciones que se siguen realizando sobre su relación lo confirman bajo nuevas perspectivas. Por ejemplo, investigaciones recientes han demostrado que la microbiota de nuestro cuerpo puede influir de forma notable en nuestro rendimiento deportivo.

La microbiota es una colección de microorganismos, incluyendo bacterias, hongos y virus, que viven en el cuerpo humano y que desempeña un papel muy importante en el mantenimiento de una buena salud, además de influir en el rendimiento físico.

En efecto, se han encontrado diferencias en el nivel de microbiota entre deportistas y no deportistas, lo que sugiere que la composición del microbioma intestinal puede afectar al rendimiento deportivo. Por ejemplo, hay estudios que han demostrado que los deportistas con niveles más altos de bacterias beneficiosas tienen mejor resistencia y fuerza que los que poseen niveles más bajos. Además, ciertos probióticos se han relacionado con mejores tiempos de recuperación después del ejercicio.

La comprensión de cómo la microbiota afecta el rendimiento deportivo permite tomar medidas para mejorar sus niveles a través de cambios en la dieta y el estilo de vida. Esto puede ayudarnos a optimizar nuestra actividad física y lograr mejores resultados en nuestros entrenamientos.

La respuesta del organismo al deporte de alta intensidad

La actividad física de alta intensidad genera un estrés físico y mental que desencadena una respuesta de adaptación dirigida a recuperar el equilibrio del organismo.

Se estima que entre el 20% y el 60% de los deportistas sufren este cuadro, cuya prevalencia parece ser más alta en los deportes de resistencia: natación, triatlón, ciclismo, etc.

En estos casos se produce una respuesta del sistema neuro-endocrino que está íntimamente relacionada con la intensidad del ejercicio. Al sobrepasar el umbral crítico del 50-60% en el consumo máximo de oxígeno, se genera un aumento proporcional de los niveles circulantes de hormonas catabólicas (ACTH y cortisol).

Clínicamente, los sujetos desarrollan así fatiga, disminución del rendimiento, cambios en el apetito, insomnio, ansiedad, irritabilidad, falta de concentración, depresión e, incluso, inmunosupresión.

La respuesta de adaptación mencionada interrelaciona el sistema neuroendocrino y la reacción del sistema nervioso autónomo a través de la producción y liberación neuronal y en otros tejidos, como el gastrointestinal, de diversos neurotransmisores (por ejemplo, GABA, dopamina y serotonina).

Se trata de una comunicación bidireccional entre el sistema nervioso autónomo y el sistema neuroendocrino del tracto gastrointestinal (eje intestino – cerebro) establecida a través del nervio vago. Por lo tanto, la composición microbiana intestinal es fundamental para el desarrollo y la función de una respuesta de estrés adecuada.

Influencia de la microbiota en el rendimiento deportivo

La actividad física puede alterar la composición de la microbiota, así como la función metabólica, lo que afecta positiva o negativamente al rendimiento.

La microbiota intestinal interactúa directamente con las hormonas del estrés en los tejidos periféricos y regula la respuesta al estrés inducido por el ejercicio,

Una liberación excesiva de hormonas del estrés puede desencadenar respuestas inmunitarias e inflamatorias que generan síntomas gastrointestinales. Estos pueden estar influenciados por el tipo de ejercicio, la intensidad, la edad del sujeto, etc.

La microbiota intestinal promueve la digestión y la absorción de alimentos para la producción de la energía que cada persona precisa; y proporciona elementos fundamentales para un correcto funcionamiento metabólico (folato, vitamina K y ácidos grasos de cadena corta, entre otros).

El tipo y cantidad de estos últimos vendrá determinado por la composición de la microbiota y el tipo de dieta. Cuantos más polisacáridos y fibra de origen vegetal se ingieran, mayor es la capacidad de estas bacterias para fermentarlos y transformarlos en ácidos grasos de cadena corta beneficiosos para el sujeto.

Además, la microbiota parece tener un papel clave en el control del estrés oxidativo y en las respuestas inflamatorias, ejerciendo un papel modulador en el metabolismo y optimizando el gasto de energía durante un ejercicio intenso. Intervine asimismo en la maduración del sistema inmune y puede neutralizar fármacos y elementos carcinógenos.

Dieta y microbiota

Todo parece indicar que la diversidad microbiana puede ser un biomarcador de la salud. El aumento de la diversidad microbiana está relacionado con una mayor salud en los seres humanos, especialmente en los ancianos e, incluso, podría estar correlacionada con los niveles competitivos de los deportistas profesionales.

Por el contrario, determinados estados patológicos, tales como la obesidad, las enfermedades metabólicas o las enfermedades inflamatorias del intestino, se han correlacionado con la perdida de esta diversidad.

Además, el ejercicio es un factor importante para aumentar la diversidad microbiana intestinal en los seres humanos.

Determinados géneros bacterianos presentes en la microbiota de deportistas de alto nivel se han relacionado positivamente con el estado metabólico, la función cardiaca e incluso, el estado de ánimo positivo; mientras que otros, relacionados con procesos inflamatorios crónicos, estarían presentes en personas sedentarias o con un nivel de actividad menor.

Un estudio realizado en deportistas de alto nivel de artes marciales mostró una mayor capacidad metabólica en la microbiota intestinal que en los de nivel más bajo; y estos datos fueron congruentes con otros estudios realizados en deportistas de otras modalidades deportivas.

Como hemos visto, la dieta es un factor determinante en las características de la microbiota. Se ha podido establecer que hasta un 57 % de los cambios de la microbiota son ocasionados por modificaciones en la dieta; y estos cambios se ponen de manifiesto a las 24 horas de haberse producido la modificación.

Por último, es oportuno advertir de que, aparentemente, existe un conflicto entre las recomendaciones de algunos organismos en relación con la dieta recomendada a los deportistas (alto contenido en carbohidratos simples y proteínas de origen animal y bajas cantidades de grasas y fibra), con la evidencia de que la ingesta insuficiente de fibra y carbohidratos complejos se asocia con pérdida de la diversidad de la microbiota y de su funcionalidad (baja producción de ácidos grasos de cadena corta).

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