Andreas Christensen
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Primer parte de bajas del virus FIFA

Andreas Christensen (Barcelona), lesionado en el sóleo de la pierna izquierda; Reece James (Chelsea), con molestias en los isquiotibiales, Frenkie de Jong (Barcelona), con molestias en el bíceps femoral de la pierna derecha; Enes Ünal (Getafe), con dolores musculares; Thibaut Courtois (Real Madrid), con una distensión en el aductor…

Estos son algunos de los jugadores caídos en el parón de selecciones que se está desarrollando estos días como consecuencia de los partidos de Grupos para la clasificación de la Eurocopa 2024. Todos ellos, y varios más, han abandonado las concentraciones de sus respectivas selecciones nacionales para someterse al análisis, diagnóstico y tratamiento urgente de los servicios médicos de sus atribulados clubes…

Unas entidades cuyos dirigentes, en privado, si es que no en público, se lamentan amargamente de los estragos que suele causar en sus filas el denominado «virus FIFA«; o, por lo que se refiere a estos casos, habría que decir más propiamente el ‘Virus UEFA‘, puesto que de la Eurocopa se trata.

El virus FIFA en sentido estricto

Bien es verdad que, con harta frecuencia, se alude a este virus de manera abusiva. En efecto, se asume en ocasiones que su alcance puede ser extendido al hecho mismo de que los jugadores internacionales convocados para los partidos de sus respectivas selecciones, se lesionen después o no, abandonen la disciplina de sus clubes para acudir a las concentraciones.

Este abandono que no afecta a los encuentros oficiales que estos tienen que jugar cuando se trata, como en el caso de España, de la Primera división, pues esta se suspende durante el “parón”.  Sin embargo, no ocurre así con nuestra Segunda división, pues, como ha acontecido en esta ocasión, hasta la mitad de sus clubes han visto como alguno de sus jugadores extranjeros (hasta un total de una veintena) les dejaban compuestos y sin poder contar con ellos para los partidos que se juegan este fin de semana, pues esta competición no se suspende.

Para mayor inri, algunos de estos clubes lo sufren de manera especialmente intensa: el Lugo con El Hacen, Cuéllar, Thiam y Sequeira; el Alavés con Aqbar, Owono, Blanco y Balboa; el Granada con Uzuni y Weismann; el Leganés con Omeruo y Cissé; el Zaragoza con Bebé y Quinteros…

De todas formas, incluir estos jugadores entre los afectados por el virus FIFA no es aceptable. Según la definición que hace Fundéu-RAE del término, este alude estrictamente “a las secuelas que sufren los equipos de los clubs deportivos cuando sus jugadores regresan lesionados o sobrecargados tras un partido con sus selecciones respectivas”. Así pues, si no se lesionan, no contar con ellos es una faena…, pero ni es virus FIFA, ni es virus UEFA.

Más complicado será determinar si lo es un caso que, aunque no tenga gracia alguna, sobre todo para los seguidores holandeses, resulta francamente chocante. Hasta cinco jugadores de la selección de los Países Bajos (Matthijs de Ligt, Sven Botman, Cody Gakpo, Bart Vergruggen y Joey Veerman) se han vuelto a casa como consecuencia de haber ingerido un pollo al curry que tenía… un virus.

¿Existe el virus FIFA o es solo una manera de hablar?

Probablemente, hay un doble motivo para que el virus FIFA sea un fenómeno tan comentado, que hasta se la ha dado una denominación propia, entre metafórica e irónica.

El primero, según dicen los expertos, es el hecho cierto y hasta inevitable de que, más allá de la sobrecarga de partidos, la interrupción que estos “parones” suponen en las necesarias rutinas de las jugadores; los cambios respecto de los tratamientos médicos y fisiológicos habituales (que no tienen por qué ser peores que los que reciben en sus clubes, pero sí probablemente diferentes); el tipo, duración y momento de los entrenamientos (lo mismo); las modificaciones en la alimentación (igual); los viajes, extraordinariamente largos en algunos casos; la mayor intensidad con la que se juegan normalmente estos partidos y hasta la tensión asimismo diferente que hay entre jugar con un club o hacerlo en la selección nacional, por no hablar de la mayor exposición mediática que esto último genera en el país del jugador… todo ello se suma para crear un conjunto de factores que pueden hacer más fácil la aparición de lesiones, especialmente musculares.

Pero hay también otro motivo. Habría que echar mano de un análisis completo y detallado para establecer de manera fehaciente si se producen o no durante estos “parones” más lesiones que las que se registrarían normalmente en fechas y momentos semejantes (justo poco antes y durante los partidos más importantes) en las competiciones locales.

En razón de lo dicho en el párrafo anterior, parece que sí. No obstante, también puede influir en tal impresión la percepción de que es más insólito, llamativo o, incluso, inaceptable que tales lesiones se produzcan cuando esos futbolistas no se encuentran trabajando en “sus competiciones normales”.

Dudoso consuelo económico

Es verdad que La FIFA paga una indemnización económica a los clubes cuando alguno de sus jugadores se lesiona en un encuentro oficial u amistoso con su selección. Se estima que destina a ello unos 80 millones de euros anuales.

Sin embargo, es dudoso que esta compensación económica pueda consolar suficientemente a los clubes afectados. Por un lado, porque la indisponibilidad de uno o varios jugadores (el Real Madrid cuenta en esta ocasión con hasta 13 desplazados con sus selecciones: nueve para los clasificatorios de la Eurocopa y cuatro para amistosos en Sudamérica) puede comprometer seriamente las posibilidades de un equipo para optar por el título o la promoción, o para evitar un descenso de categoría.

Por otro, porque la indemnización está muy por debajo del coste económico que implica la indisponibilidad de esos jugadores, al menos en lo que se refiere a los de sueldos más altos.

En efecto, la cantidad que paga la FIFA es de menos de 21.000 euros por cada día que el jugador esté de baja como consecuencia de una lesión sufrida con su selección, pero siempre y cuando esté más de 28 días de baja y sin superar el importe máximo de 7,5 millones al año, es decir, el equivalente a que estuviera de baja todo el ejercicio.

Seguramente, el Getafe valorará en mucho más lo que en estos momentos le aporta Ünal….

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