Dos años antes de jugar la final de la Champions League contra el Real Madrid, el Bayer Leverkusen estuvo a punto de ganar también la que hubiese sido la primera Bundesliga de su historia. Y la única hasta esta 2023/2024. Sucedió en el año 2000, cuando parecía tenerlo ya todo de cara para conquistar su primera ensaladera, tras una gran remontada en el tramo final de temporada. Sin embargo, el sueño de destronar al Bayern se truncó en la última jornada, como le sucedió en la 2022/2023 al Borussia Dortmund. Ahora, la realidad ha dado un giro de 180 grados. Dicen que quien no conoce la historia está condenado a repetirla, así que revisemos lo que sucedió en aquella ocasión.
El Bayer Leverkusen ha sido hasta en cinco ocasiones subcampeón, pero nunca ha ganado la Bundesliga. De ahí su mote jocoso de ‘Neverkusen’.
🦆 El Bayern se vengó y el Leverkusen pagó el pato
Hace 23 años y medio, la Bundesliga no estaba tan monopolizada por el Bayern, por mucho que fuese el rival a batir en Alemania y uno de los equipos más temibles del continente. De hecho, venía de jugar la final de la Champions League más rocambolesca que se recuerda, para cerrar de la peor forma posible la temporada 1998/1999. Fue en el Camp Nou, con el Manchester United como verdugo. Sin compasión alguna. Parecía que los muniqueses iban a levantar su cuarta ‘Orejona’ al cielo de Barcelona, hasta que Teddy Sheringham y Ole Gunnar Solskjær marcaron los dos goles con los que el equipo inglés completaría la remontada más dolorosa en la historia del Bayern.
🔴🎵 Late in May 1999, Ole scored a goal in injury time… 🎵
🗓️ Manchester United came back from the dead 22 years ago today!#UCL | #UCLfinal pic.twitter.com/KyJL5RGXsv
— UEFA Champions League (@ChampionsLeague) May 26, 2021
Con sed de venganza, el Bayern afrontaba la 1999/2000 con más presión que de costumbre, debía ganar y convencer. Y lo cierto es que estuvo cerca de lograr el triplete, pero el camino fue largo y tedioso para el cuadro dirigido por Ottmar Hitzfeld. Cayó en semifinales de Champions ante el Real Madrid de Vicente Del Bosque, a la postre campeón de Europa; y se llevó la Pokal, en la que doblegó al Werder Bremen en la final. Temporada muy exigente para ellos en lo que a calendario se refiere, y muy diferente a la de un Bayer Leverkusen que fue eliminado a las primeras de cambio de la Copa, a manos de un recién ascendido a la 2. Bundesliga como el Waldhof Mannheim. Misma situación que en la Champions, en la que los pupilos de Christoph Daum no pasaron de la fase de grupos y, en su reenganche en la Europa League, tampoco superaron al Udinese en dieciseisavos de final.
Los torneos del KO fueron las antípodas para Bayern y Bayer, por lo que la diferencia se vio reflejada en el torneo doméstico. Los bávaros venían de ganar la Bundesliga anterior, con un margen de 15 puntos respecto al Leverkusen, distancia que se acortaría sideralmente en la 1999/2000. Y eso que el Bayern aventajaba en 5 unidades al equipo de Renania del Norte-Westfalia a falta de 12 encuentros. Sin embargo, la primavera trajo consigo una remontada fulgurante del aspirante, que cosechó una racha de 14 partidos sin perder en los últimos 15 compromisos ligueros. Suficiente como para llegar en cabeza a la última fecha, con tres puntos de ventaja. Con un empate les bastaba para certificar un campeonato muy reñido durante todo el año. Especialmente, en la segunda vuelta.
Desde la jornada 23 hasta la fatídica fecha 30 para el Bayern, que perdió (1-2) en el derbi contra el 1860 München, los dos principales contendientes al título nunca habían estado separados por más de tres puntos de distancia entre sí. Liga emocionante donde las haya. El Bayer Leverkusen lo tenía en bandeja. Era un «ahora o nunca». Y nunca fue. Dependía de sí mismo para proclamarse campeón, pero el Unterhaching le ganó (2-0) el duelo más importante de su historia en aquel momento.
😔 El día más duro para Ballack
Para colmo, un autogol de Michael Ballack, uno de los estandartes del Bayer Leverkusen, fue el que abría la lata para el Unterhaching. Una historia muy parecida a la del mítico resbalón de Steven Gerrard de 2014, que le costó la Premier League al Liverpool. Mientras tanto, el Bayern ganaba su partido (3-1) ante un Werder Bremen que no logró resarcirse por lo sucedido en la Pokal. Así fue como los de Múnich recuperaron in extremis la cima de la clasificación.
No hubo más cambios en la tabla, porque a falta de 20 minutos para el final, Markus Oberleitner puso la rúbrica para un Unterhaching que, encima, no se jugaba nada. «Si no hubiera sido la última jornada, no habríamos tenido ninguna oportunidad. El Leverkusen era muy fuerte y, para nosotros, ese partido era un trámite. Tras el encuentro, no abandonamos el Sportpark. El Leverkusen, en cambio, se fue rápido. Nos compadecimos cuando vimos cómo lloraba Daum en los brazos de su hijo. Fue una situación rara, nosotros celebrando la victoria y, a la misma vez, a tu lado, ves como a otro se le cae el mundo encima», declaró el atacante de la bestia negra del Bayer, al que la diferencia de goles dejó sin otra Bundesliga al también subcampeón de 1997 y 1999.
En Múnich, ciudad que se sitúa a dos horas y media de Unterhaching, ambas en la región de Baviera, ese día se recuerda con un especial cariño. «Nosotros siempre tuvimos una buena relación con nuestros vecinos, hasta hoy sigue siendo así. En el balcón del Ayuntamiento teníamos una pancarta en la que ponía ‘Gracias Unterchaching’. Por la noche, los jugadores del Haching vinieron a nuestra celebración en la ‘Alte Gärtnerei’ de Taufkirchen», recuerda Uli Hoeneß, con sentimientos muy diferentes a los de Michael Ballack, como es lógico. «El gol en propia puerta me destrozó el alma», recuerda el que fue el mejor futbolista de la temporada para Reiner Calmund, director general del Bayer Leverkusen entre 1999 y 2004.
Otra cosa no, pero el fútbol da segundas y terceras oportunidades, y el Bayer no iba a ser menos. Tan solo pasaron dos campañas hasta que el equipo de las aspirinas llegó con opciones a la última jornada de la 2001/2002, mismo año en el que el Real Madrid le privaría de ganar su primera Champions. Eso sí, esta vez eran ellos quienes tenían que ganar y encomendarse a una derrota del Borussia Dortmund, en este caso. Y, como si de una redención se tratase, el destino quiso que fuera Michael Ballack el autor de los dos goles con los que el Leverkusen iba a ganar al Hertha Berlín. Durante 20 minutos, en la segunda mitad, el Bayer se vio como campeón, pero aquello se quedó en otra cruel anécdota. El ‘BVB’ terminaría empatando (1-1) en casa ante el Werder Bremen y, con ello, acrecentando la leyenda del ‘Neverkusen’.
🥰 ¿Cómo era aquel Bayer Leverkusen?
Hay quien dice que lo importante no es el destino, sino la trayectoria. Y para esos románticos, la 1999/2000 del Bayer Leverkusen, al igual que esta 2023/2024, pasó a la historia como uno de los cursos más difíciles de olvidar. En aquel plantel coincidieron Jens Nowotny y Robert Kovač como principales baluartes defensivos, por detrás de un centro del campo conformado por el propio Michael Ballack, promesa del fútbol teutón a sus 23 años, y los brasileños Zé Roberto y Emerson. El primero, tras su paso por el Real Madrid; y, el segundo, nombrado jugador del año en la Bundesliga que nos concierne, años antes de recalar en la Castellana.
Arriba, la responsabilidad goleadora recaía sobre los hombros de Oliver Neuville, Paulo Roberto Rink, otro brasileño que llegó del Santos y que fue clave en la casi consecución de la Bundesliga; así como Ulf Kirsten, el veterano delantero que finalizó la competición como máximo artillero del Bayer Leverkusen. Un equipo ofensivo, que aunque no tocase la gloria por culpa de la diferencia general de goles, finalizó la Bundesliga como el cuadro con más dianas de la primera división del fútbol alemán.
