Si se mira al papel y los fríos datos, el fútbol italiano está de vuelta en Europa. Desde que la Juventus alcanzase la final en 2017 no había un finalista de la Serie A en Champions League (este año está por ver si será Milan o Inter), y para encontrar dos transalpinos llegando tan lejos hay que ir dos décadas hacia atrás. Y, si miramos a la Europa League y Conference League, las buenas noticias se multiplican con Juventus, Roma y Fiorentina. El problema, entre tanta euforia futbolera en el país del espresso, es que no puede haber nada «frío» ni cuando se habla de Calcio ni de café. Y es que, si recurrimos a las sensaciones, los italianos siguen estando lejos de la élite más absoluta de Europa. Por ello, entre el mito y la realidad debe estar la verdad de la pregunta del millón. ¿Cómo ha conseguido el fútbol italiano a conseguir los resultados de antaño?
✨ El Calcio y su apuesta por el talento desconocido
Si hay que personificar el buen momento de la Serie A, salen varios nombres: Kvicha Kvaratskhelia, Kim Min Jae, Victor Osimhen, Rafael Leao, Mike Maignan… Todos ellos fueron apuestas aparentemente arriesgadas por parte de sus clubes, estando lejos de los focos que hoy les ponen en primera plana. No hay más que observar el aumento del valor de mercado entre los jugadores que hoy son estrellas del Calcio, viéndose subidas de hasta el 100% desde que aterrizaron en la Serie A.
Subrayando esta idea del talento más desconocido, ese que se escapa de las redes de los grandes transatlánticos europeos, aparece el nombre de Dusan Vlahovic. El serbio sigue siendo uno de los grandes nombres en cuanto a delanteros jóvenes se refiere, pero su cotización ha caído tras su millonario fichaje por la Juventus. Es el jugador por el que se hizo un fichaje más caro, acercándose solo el Osimhen y los 80 millones que pagó el Napoli por él hace dos temporadas.
Esta tendencia de buscar hasta debajo de las piedras para revalorizar jugadores es lógica conociendo las dificultades económicas del Calcio. Las grandes inversiones son una quimera, pues el dinero está mejor en el bolsillo que invertido. Así, los entrenadores han tenido que hacer eso que se les presupone: maximizar los resultados de sus jugadores.
🇮🇹 El renacer del entrenador italiano
Si bien están muy lejos de nombres como Arrigo Sacchi, los estrategas nacionales del Calcio están viviendo un resurgimiento. Y así como se han hecho expertos en maximizar lo mínimo, Pioli y Spaletti son los dos grandes exponentes de ese técnico que está viviendo una segunda juventud en los banquillos. Mirando el resto de banquillos de los grandes italianos, ese arquetipo de veterano que ya ha sufrido lo que es la élite del fútbol antes está al alza. Ya sea con mayor (Allegri) o menor éxito (el resto), es una figura que se aleja de la corriente más novedosa que encabeza Julian Naggelsman.
Así como Ancelotti ha hecho fácil lo difícil en el Real Madrid, esta camada de veteranos del Calcio ha demostrado tener grandes gestores del talento y una gran adaptabilidad a los cambios. Porque si Spaletti era un técnico con sus ideas en la Roma, su Napoli sigue sabiendo a lo mismo en la Serie A. Con los evidentes ajustes tácticos que separan a dos equipos de décadas distintas, claro está, pero siempre dentro de la idea del estratega.
Luciano Spaletti, durante un partido de Calcio de su Napoli.
🍀 La suerte, ¿factor diferencial para el Calcio?
Está claro que hay un trabajo bien hecho detrás del buen nivel de los italianos en Europa en este año. Han construido equipos muy competitivos con menos recursos, dándole las llaves del proyecto a grandes gestores con experiencia en la élite. Son decisiones inteligentes, de esas que plantan los cimientos para algo más grande en el futuro. Quizás, el gran problema es ese, ya que el éxito ha llegado demasiado pronto para el Calcio italiano.
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— UEFA Champions League (@ChampionsLeague) May 3, 2023
No se pueden obviar, si vamos a los cruces de los equipos de Champions, la buena fortuna. El Inter se enfrentó a Oporto y Benfica en octavos y cuartos respectivamente, rivales de menor entidad que la de los neroazzurri. Plantaron cara, sí, pero lo normal era que pasasen los italianos. El Milan no tuvo tanta fortuna, enfrentándose al Tottenham y al Napoli. Aunque, claro, el pase de los del norte de Italia tampoco era una sorpresa. Nunca les ha tocado medirse a un rival superior en una fase eliminatoria, por lo que cuantificar su nivel es irreal. Eso sí, uno de los dos tendrá la oportunidad en la final de demostrar lo que valen, ya sea contra Real Madrid o Manchester City.
Luego, en Conference League y Europa League, tenemos más de lo mismo en cuanto al Calcio. Los italianos van con la vitola de favoritos en cada uno de sus cruces, más aún cuando son competiciones menos exigentes que la Champions League. Tanto Juventus y Roma en la segunda competición europea como la Fiorentina en la tercera han ido pasando rondas sin problemas, y no es descabellado pensar en ellos como finalistas. Por tanto, el fútbol italiano tiene ahora una importante decisión por delante: aprender de esta temporada para seguir edificando o emborracharse de éxito. La pena es que, hablando de Italia, cualquier camino puede ser factible.
