⚽ Fútbol internacional

Dani Olmo, la esponja táctica que todo entrenador querría

Pocos futbolistas podrán presumir de la polivalencia de Dani Olmo a sus solo 25 años. Un futbolista atrevido e inteligente en el campo, que tomó una serie de decisiones complicadas en su carrera, pero que, visto con perspectiva, no tiene de qué arrepentirse. Gracias a ello, se ha acostumbrado a actuar en todo tipo de contextos tácticos y lo ha hecho en diversas demarcaciones. Un valor añadido para aderezar su técnica y visión de juego. Tiene un currículum peculiar, con unas cuantas virtudes que pueden llamar la atención de los hegemónicos de Europa más pronto que tarde.

🇭🇷 Pronto se hizo capitán general en Zagreb

La trayectoria de Dani Olmo no es la más ortodoxa posible. Con 16 años se marchó al hegemónico equipo croata, en el cual estaba estipulado que se quedase en su cantera hasta cumplir su mayoría de edad. Sin embargo, tiró la puerta abajo y, como en el Dinamo tienen la buena costumbre de no cortar la proyección de sus jóvenes talentos, terminó por asentarse en el primer equipo solo unos meses después de desembarcar en los Balcanes.

Dani Olmo Dinamo Zagreb Leipzig España

Pese a su juventud y el vaivén de entrenadores, Nenad Bjelica depositó su confianza en él cuando el Dinamo Zagreb se clasificó por última vez a la fase de grupos de la Champions League. En las competiciones domésticas, se acostumbró a ser el playmaker de un equipo propositivo, mientras que, en la máxima competición continental, brilló como interior o mediapunta del 1-3-4-2-1 o 1-3-5-2 ideado para atacar en transición. Tuvo socios como Mislav Oršić y Bruno Petković por delante, que complementaron bien su fútbol. Una mili de lo más valiosa, antes de dar el salto a la Bundesliga.

🇩🇪 En Leipzig abrió su mente

Es probable que en el verano de 2020, el de Terrasa tuviera varias ofertas suculentas encima de la mesa. Lo que sabemos es que escogió la del Leipzig y no se equivocó. Perdió relevancia respecto a su anterior etapa, era casi imposible que no sucediese. Lo que no quiere decir que no haya sido un activo importante desde su llegada, mayoritariamente titular con los tres entrenadores que ha tenido.

Fue con Nagelsmann con el que se estrenó, un estratega flexible y meticuloso con el que, seguramente, amplió mucho su paleta de recursos y aprendió a interpretar el juego en cada demarcación de tres cuartos de campo, dentro de un contexto de fútbol que buscaba llevar la iniciativa. Hasta tuvo minutos en el doble pivote. Antes de eso, Dani Olmo casi no sabía lo que era actuar por delante de la línea de la pelota en escenarios de máxima exigencia, en espacios reducidos. Pasó también a ampliar su catálogo defensivo, en un fútbol de presión alta e intensa, pensada en minimizar al rival, que es otra de las consignas de Julian.

Con Tedesco y Marco Rose, la verticalidad ha estado a la orden del día. Dos entrenadores algo más pragmáticos que Nagelsmann, que centran muchos esfuerzos en transitar. Para ello, los Dani Olmo, Emil Forsberg y Dominik Szoboszlai van como anillo al dedo. Primero, como mediapunta del 1-3-4-2-1 preponderante en la etapa del italoalemán, actualmente seleccionador de Bélgica. Con Marco Rose, como volante del 1-4-2-2-2, sobre todo; enfocado en pisar muchas zonas intermedias. A medio camino entre mediapunta y extremo, y entre centrocampista y delantero.

🇪🇸 Heredero de Silva e Iniesta en España

Con Luis Enrique, una vez que Dani Olmo ya había llegado a la Bundesliga, también maduró. ¿Dónde? Como extremo, especialmente. ¿Cómo? En un escenario de fútbol controlador, de altos volúmenes de posesión, pensado para vivir asentado en campo contrario, en lugar de atraer la presión del oponente para, después, rajar su bloque, práctica made in Leipzig. Sin que las permutas fluyesen en exceso, aunque él fue uno de los más dotados de libertad de movimientos.

No siempre era un extremo al uso, como Bryan Gil o Adama Traoré, de esperar su momento pegado a la cal. En ocasiones desarrolló esa labor, aunque lo más frecuente era verle pisar zonas intermedias, escorado a la izquierda, para amenazar a pierna cambiada. Heredero de David Silva o Iniesta en los tiempos de la España de Del Bosque. Su comprensión del juego y la asociación con el lateral e interior de su banda, que fueron mayoritariamente Jordi Alba y Pedri, le convirtió en indiscutible, además de por la energía que imprime al juego sin balón con sus desmarques y su presión tras pérdida.

Llegó, incluso, a actuar a veces como falso ‘9’ del 1-4-3-3 asimétrico. Y demostró estar dotado táctica y técnicamente para sumar apoyos de mucho nivel tras recibir de espaldas, para habilitar de cara a sus compañeros. Potenciador, más que potenciado, en este caso. Con Luis de la Fuente aún no hay pruebas fehacientes de lo que buscará el nuevo seleccionador, pero sí indicios de que puede jugar bastante como interior o mediapunta del 1-4-3-3 o 1-4-2-3-1.

🤔 ¿En qué equipo puntero encajaría mejor?

Por todo lo expuesto anteriormente, Dani Olmo ha dejado muestras de adaptabilidad a casi cualquier equipo y forma de entender el juego, en diferentes posiciones. En todo caso, lo que más puede potenciar su fútbol parece un plantel que se ordene en torno a la pelota y tenga un ritmo picantón en su circulación, que le permita tirar paredes e improvisar a medida que avanza la jugada. El estilo de la Bundesliga, pese a que Borussia Dortmund y Bayern vayan bien cubiertos en su zona predilecta. Quizá, en un modelo más pausado y posicional, como el Arsenal, pudiera encontrar acomodo. Complicado al haber fichado a un jugador con similitudes como Leandro Trossard. El Napoli parece el entorno ideal en Italia.

Si lo que le apetece es volver a España, en los tres gigantes podría resultar interesante, por mucho que en el Real Madrid parezca que no tiene sitio en el once. De retornar al Barça, se encontraría algo similar a la selección de Luis Enrique. Suena bien como el famoso cuarto centrocampista. En el Atlético, un comodín para un entrenador intervencionista como Simeone, que pide intensidad y demanda creatividad, también tendría sentido. Es difícil no encontrárselo, cuando Dani Olmo se ha reinventado y ha absorbido conceptos tan diferentes como casi ningún futbolista de su edad.

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