Este sábado amanecí, libre de resaca y otros pecados, con uno de esos mensajes extraños de mi amigo Alejandro, un cubano que vivió un tiempo en Italia y que, entre otras pedradas, es un gran apasionado al fútbol kazajo: «Badoyan y Tabatadze están dándole la Copa de Kazajistán al Akzhayik Uralsk recientemente descendido», decía el angelito, mientras yo remataba mi vasito de leche con dos cucharadas medianas de cacao. Mi subconsciente pensó que aquello sería algo demasiado under, incluso, para quien teclea estas líneas. Pero nada más lejos de la realidad. ¡Aquello tenía aroma a Conference League, la competición favorita de nuestro deporte predilecto!
La conversación grupal de WhatsApp, en la que otros dos tarados futboleros de gran calibre ni siquiera participaron, duró poco más. Tal vez ellos sí tenían resaca, pecados u otros trepidantes duelos de playoffs lituanos por consumir. Y el intercambio de mensajes se cerró con un GIF mío del San Andreas. «Here we go again», con Carl Johnson camino de la bicicleta estándar. El Ordabasy Shymkent, con gol del español Luis Enrique Gedes según Flashcore, brasileño de acuerdo a Sofascore e inexistente para Transfermarkt, había empatado a cuatro en el minuto 98, privándonos de ver a un equipo de segunda división kazaja disputando la próxima Conference League.
Algo que hubiese podido ser más heroico aún que lo del Vaduz participando en esta fase de grupos, representando a la segunda división suiza tras ganar la pasada Copa de Liechtenstein. Ahora entenderéis que nuestro grupo es necesario, quién os iba a contar si no estas historias. Revisando la foto de perfil, por cierto, me acabo de dar cuenta que no tenemos a un jugador del Maribor haciéndose un selfie, el escudo es otro equipo. Tengo que preguntarles a Jorge y Quique. Me jugaría el Colacao de mañana, que eso para mí son palabras mayores, a que fue Jorge. Finalmente, lo ganó marcando el 4-5 en el 118´, el subcampeón de la primera liga disputada en Kazajistán en 1992, cediéndole el oro en aquella ocasión al Kairat Almaty. Supongamos que el fútbol le debía una, no vaya a quedar ahora el Ordabasy Shymkent como poli malo.