Disparos, distancia
Fútbol internacional

La estadística cambia radicalmente el fútbol tras el Mundial de Qatar

Los Houston Rockets revolucionaron la NBA hace poco. Resguardados en la estadística, llegaron a la conclusión de que los tiros más beneficiosos eran los triples y los que se hacen desde debajo del aro, dejando de lado el tiro de dos puntos. El éxito de Golden State Warriors, la franquicia que ha revolucionado el baloncesto gracias a su enorme apuesta por el lanzamiento de tres, invitaba a dar un paso más. Los texanos, en un deporte de altos, comenzaron a jugar smallball. Su quinteto obviaba a los grandes, cambiándolos por jugadores de menos centímetros y mejor lanzamiento exterior. Su apuesta radical no acabó saliendo, pero sí fue una muestra de lo que afecta la estadística al deporte actual. Haciendo menos ruido que en el deporte norteamericano, no se puede decir que el fútbol haya escapado de la dictadura del dato. Menos aún tras una temporada marcada por el Mundial de Qatar, el evento que ha culminado el cambio radical que ha dado el balompié en los últimos años.

📈  Más tiros desde cerca

La empresa de estadísticas Driblab ha compartido un gráfico sobre la evolución de la distancia de disparo en el fútbol. Tomando de referencia las cinco grandes ligas europeas desde la temporada 2015/2016, se observa un descenso sustancial en lo que recorre el balón desde su impacto hasta la portería. De media, son casi dos metros menos. Teniendo en cuenta que desde la portería hasta la frontal hay 16,5 metros, los intentos son cada vez más cercanos al área de castigo. Destaca, eso sí, que en la liga española es la que menos se ha acercado (de 17,99 metros a 17 exactos), siendo la que desde más cerca tiraba hace siete temporadas y siendo la que dispara desde una mayor distancia hoy. Vamos, que es cierto aquello de que en España se juega muy distinto a como se juega en otras ligas que apuestan por un estilo más vanguardista.

Driblab analiza la evolucón de la distancia de disparo en el fútbol

Gráfico de la evolución de la distancia de los disparo en el fútbol por años y competiciones. (Driblab)

Entonces, surge la pregunta del millón: ¿por qué cada vez se tira desde más cerca? Así como los Houston Rockets apostaron por los triples y los lanzamientos desde cerca del aro por una simple cuestión de efectividad, aquí sucede lo mismo. Cuanta más distancia, más complicado es marcar gol, como es obvio. En cambio, desde dentro del área es más sencillo sorprender al portero. Y eso, en un fútbol en el que cada vez es más difícil conseguir ocasiones de peligro, es algo a tener en cuenta.

🏆  El Mundial de Qatar no engaña

Las Copas del Mundo siempre son un fiel reflejo de las tendencias futbolísticas predominantes del momento en el que se celebra la competición. Igual que en el Mundial de Rusia se vio que cualquier equipo podía competir en torno al orden defensivo, en Qatar 2022 se observó aquello de que cada vez se chuta menos desde lejos. Fue la edición en la que hubo más goles en toda la historia (172), pero solo se marcaron 12 desde fuera del área (6,98% del total). Malos tiempos para ese arquetipo de jugador que idolatraba a Frank Lampard o Steven Gerrard. Para más inri, los goles de falta caen aún más en picado. Solo hubo dos en el torneo, ambos en fase de grupos. Marcus Rashford (ante Gales) y Alexis Vega (ante Arabia Saudí) fueron los afortunados.

Pese a ello, el fútbol no deja de ser reinventarse o morir. Aquel tipo de centrocampista que se veía tanto a principios de siglo puede estar tranquilo, pues ha evolucionado a ser un llegador puro. No se le gritará aquello de 'Take a bow, son', pero sí podrá seguir celebrando goles. Porque si no se marca desde fuera, tendrá que ser desde dentro. Lo curioso es que, del 93% restante de goles que se marcaron en Qatar, la gran mayoría fueron al primer toque. El 68,6% de todos los tantos que vimos durante el Mundial fueron así. Y, aunque parezca paradójico, no son tantos los que se marcaron de cabeza. Solo 28 de los 118 goles desde las inmediaciones de la portería al primer toque fueron con la testa. Demasiado poco cuando el fútbol parece que vuelve a ir hacia el jugador capaz de rematar una lavadora de primeras. El dato tiene trampa, pues la mayoría de goles vienen de desajustes en el área que se aprovechan con jugadas muy rápidas o centros rasos. Las genialidades quedan para los genios, válgame la redundancia, pues solo Messi o Mbappé fueron capaces de destacar en jugadas en las que se dieron varios toques.

 🔄  ¿A qué se debe este cambio en el fútbol?

Gustavo López, exfutbolista y miembro del cuerpo técnico de Simeone en el Atlético de Madrid, mencionó que cada vez los defensores marcan peor. Ya no quedan centrales como Maldini, puesto que se ha descuidado esa parte de la formación. Esto, sumado al orden que hay en las líneas defensivas de cualquier equipo de élite, hace que esa carencia no se note tanto en los balones altos. Además, el defensor actual suele ser una bestia física, mucho más preparado en ese aspecto que antaño. Llega más fácil cuando falla. O, al menos, teóricamente. Ahí es donde entra Zinedine Zidane. Hubo mucha burla cuando salió a la luz su charla antes de la final de la Champions de 2017 ante la Juventus, cuando entrenaba al Real Madrid. "Buscad los balones rasos, ellos son débiles ahí", dijo. Aquella 'Vecchia Signora' tenía a Bonucci, Barzagli y Chiellini en un estado de forma excepcional, siendo grandes defensores del área. Como si fuese arte de magia, tres de los cuatro goles de los blancos llegaron con un balón raso y una definición de primeras. Si el balón va más rápido, es más fácil encontrar esas fisuras en el marcaje y aprovechar el espacio.

Messi marcó su último gol en el Mundial de fútbol al primer toque y desde dentro del área.

Ejemplos así hay a patadas en el último Mundial de fútbol. Además, se observa una técnica muy depurada a la hora de definir de primeras, aprovechando aún más el tiempo en el área. Siempre será mejor hacerlo en el menor número posible de toques, y ahí tiene vuelve a aparecer la formación. Así como se descuidó el marcaje para buscar otro tipo de defensor, se centró el aprendizaje en jugar con el balón de primeras. Los rondos tienen algo que decir ahí, acostumbrando al futbolista a reaccionar con el esférico en situaciones de presión. Hay varias acciones que, pudiendo dar un primer control para acomodarse el balón, el jugador prefiere darle al balón tal y como viene. Quizás el remate no es tan perfecto, pero sí puede sorprender más. Y, tal y como está el fútbol actual, lo inesperado equivale a marcar.

La táctica en este deporte, a lo largo de su historia, ha estado basada en una acción-reacción. Es adaptarse a lo que sucede para poder dar una respuesta, y el espacio entre el Mundial de Rusia y el de Qatar son un nuevo capítulo en esa evolución constante del fútbol. Si en 2018 destacaba el orden y el poco espacio en el área, en la actualidad cada vez se juega más rápido para agitar las defensas y resolver desde posiciones favorables. Así, tal y como han ido desapareciendo arquetipos de jugadores, parece que estamos ante el final del especialista en chutar desde lejos. Ya reaparecerán, pues el fútbol da segundas oportunidades. Y si no, que le pregunten al delantero de área, ese que parecía desahuciado y ahora está en un fútbol que le favorece. En 2026 veremos como ha evolucionado todo, aunque, de momento, toca adaptarse a este nuevo fútbol que se ha quedado tras Qatar 2022.

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