Ya es oficial. Josko Gvardiol es nuevo central del Manchester City por 90 millones de euros, convirtiéndose en el defensor más caro de la historia y uno de los grandes fichajes de un mercado de fichajes de récord. Seguramente, para aquellos que se quedaron en aquella jugada de Messi en el Mundial de Qatar durante el Argentina-Croacia de semifinales, el precio del nuevo fichaje skyblue provocará más de una duda. Lo que esconde esa secuencia que ya forma parte de la carrera de uno de los más grandes deportistas de siempre es el enorme talento defensivo del regateado. Aunque Messi le bajase a la Tierra, la progresión de Gvardiol le sigue colocando en el espacio.
🐟 De pescadero en Zagreb a poder ser el mejor en lo suyo
Josko Gvardiol, antes de ser uno de los mejores defensores jóvenes del mundo, tenía una realidad muy distinta. Nunca fue ese diamante en bruto que descubren desde muy joven, aquel que crece bajo el beneplácito de un club que hace todo por él. El central más caro del mundo era, solamente, el hijo de un pescadero de Zagreb que llegó a plantearse su futuro en el fútbol en pos de ayudar a su progenitor en el negocio familiar. Igor Jovicevic, que por aquel entonces estaba en el segundo equipo del Dinamo de Zagreb, fue más rápido que los pensamientos de colgar las botas del joven Josko. Con 16 años, vio lo que nadie había visto en él: podía ser el mejor del mundo en su posición.
«Tenía una personalidad impropia de su edad. Me recuerda a Sergio Ramos. Si falla, se levanta como si nada», confesó el ahora entrenador del Shakhtar Donetsk a Marca. Ese fuego que tenía en sus ojos, sumado a un físico que parece hecho en laboratorio para el fútbol actual (mide 1,85 metros), le hacían el hombre por el que hacer un all-in. Veía que sus fallos, por graves que fuesen, serían solo un pequeño contratiempo. A partir de su confianza, el mundo del fútbol comenzó a abrir los ojos. Gvardiol era un proyecto de defensor tremendo, con capacidad de poder ser uno de esos elegidos que deciden partidos por su aura. El Leeds de Marcelo Bielsa, informes de Víctor Orta y su equipo mediante, llamaron a su puerta para que llegase a la Premier League. Pese a que era la liga que veía con su padre cuando la pescadería le daba un respiro, eligió no dar ese paso aún. Se marchó por casi 20 millones al Red Bull Leipzig en 2021, buscando el crecimiento futbolístico que empezó con Jovicevic.
Gvardiol empezó a destacar en el Dinamo de Zagreb.
🤌 Gvardiol, tan bueno destruyendo como con balón
En Alemania se destapó como una pieza tremenda para salir desde atrás. Ya fuese como lateral izquierdo o como central por ese mismo perfil, su arrancada fue un arma de destrucción masiva para los rivales. La Bundesliga, cuna de este nuevo fútbol de presión constante que está en tendencia, le hizo crecer muchísimo en este aspecto. Le ayudaron a interpretar mejor situaciones límite, aprovechándose de su potentísima conducción. Taparle el pase a Gvardiol le da alas. Su forma de transitar con el balón mejoró notablemente, transformándose en ese tipo de defensor capaz de llegar al área contraria si encuentra un mínimo resquicio.
Otra de las mayores señas de identidad de su juego con balón es la facilidad con la que encuentra a sus compañeros más alejados. No es el típico central al que le parece un pecado salir por alto, pero tampoco es el opuesto. Está en la virtud que da el punto intermedio. Ya se benefició de esta cualidad el Leipzig, siendo su mecanismo más fiable para instaurarse rápido en campo contrario. Con Haaland en punta, buscando ese balón dividido que genera y del que ya se ha aprovechado el Manchester City en más de una ocasión esta temporada, la jugada es clara. Guardiola se está frotando las manos con su nuevo pupilo, pues no tenían a semejante especialista en este registro. Y, sumado a lo versátil que es la pierna izquierda de Gvardiol, parece que su encaje en salida de balón será sencillo.
📈 Una mejora más para los campeones de Europa
Partiendo desde la izquierda, Gvardiol es una clara mejora del Manchester City en defensa. La experiencia que le falta defendiendo cerca de su área es algo que no preocupa teniendo cerca a Rúben Dias, y mejora claramente a Nathan Aké. Si bien el neerlandés es uno de los grandes infravalorados de los vigentes campeones de Europa, el croata es el jugador ideal para esa posición que ocupa, a caballo entre el lateral y el central. Es rápido, fuerte, increíblemente resolutivo con el balón y con capacidad para salir de zona sin sufrir. Vamos, que el ex del Bournemouth parece destinado a ser un refuerzo de lujo para la segunda línea. Es, por suerte o por desgracia, lo normal en estos superequipos que tienen dinero por castigo.
¿Cuánto le ha costado la Champions League al Manchester City?
Debajo de todo esto está lo mejor. Por potencial, el defensor de 21 años puede acabar escribiendo su nombre cerca del de los centrales más grandes. Fue Jovicevic el primero que vio en Gvardiol al central perfecto, pero será Guardiola el que lo lleve a su máximo esplendor. El croata ha llegado, posiblemente, al equipo que más le favorece para satisfacer sus ansias de mejorar y con el entrenador que más va a hacer por conseguirlo. Debajo de toda la parafernalia de este mercado de fichajes y la morterada de millones, podemos estar ante uno de esos movimientos que se recordarán en el futuro. Y, entonces, es cuando toca volver al inicio. Quizás, sin alguien que apostase todo por él, solo hubiese sido un pescadero más en Zagreb. Menos mal que, gracias a Jovicevic, vamos a disfrutar de la evolución de un talento generacional en uno de los mejores lugares posibles.
