Erik Ten Hag dio la cara en rueda de prensa tras la dura derrota del Manchester United ante el Arsenal en el Emirates Stadium. Visto que para revolucionar el partido no tenía a uno de los futbolistas más talentosos de la plantilla en la convocatoria, la pregunta era clara: ¿por qué no estaba Jadon Sancho? “No lo seleccionamos por su rendimiento en los entrenamientos. Hay que alcanzar el nivel cada día en el Manchester United”, respondió el técnico neerlandés. Ya estaba el lío montado. Mientras que Sancho desmentía las palabras de su entrenador por redes sociales, era inevitable echar la vista atrás y acordarse de lo que debería haber sido con Phil Foden. Ahora, al otro lado de Mánchester, el del City solo puede pensar en como acertó en su decisión de quedarse.
🟰 Caminos paralelos en el inicio
Phil Foden y Jadon Sancho eran los dos jugadores ingleses más prometedores de aquel cuadro inglés sub-17 que ganó el Mundial en 2017. Ellos fueron los que amargaron las ansias de la Selección Española de ganar esa estrella en las categorías inferiores, aunque es cierto que poco había que hacer. La hornada del 2000 que llevaban los ingleses era potentísima, y los dos futbolistas mencionados eran de esos que tenían el estrellato en la palma de su mano. Ambos habían coincidido en las categorías inferiores del Manchester City, pero el extremo londinense había decidido marcharse al Borussia Dortmund por la falta de oportunidades en el primer equipo. Esa cita internacional fue su reencuentro tras unos meses, separando unas carreras que debían ir en paralelo.
Guardiola, que de eso de manejar talento joven sabe un rato, los tenía en su hoja de ruta. Contaba con ellos para ir entrando en la dinámica del primer equipo, así como con Brahim Díaz. Era un plan a largo plazo, pues las prisas nunca son buenas consejeras con jugadores que aún no tienen edad para consumir alcohol legalmente. Jadon Sancho no lo quiso entender, ya que quería brillar cuanto antes, y Brahim prosiguió el mismo camino. Se marcharon y dejaron solo a Foden. Parecía la decisión acertada en aquel momento, pues su talento exigía minutos. El de Stockport prefirió quedarse en casa bajo la tutela de su mentor. Su carrera debía haber estado entrelazada con la de Sancho, y ahora iba a estar basada en demostrar que él no se había equivocado quedándose en casa.
🔚 El principio del final para Sancho
Fueron pasando las temporadas, y Sancho fue adquiriendo importancia en el panorama internacional. Era la estrella del Borussia Dortmund, erigiéndose como uno de los mejores regateadores del continente. Tenerle en el campo aseguraba la fluidez en el juego ofensivo pese a su inexperiencia. Si ya era así, el cielo era el límite en los años venideros. Foden, por su parte, iba a rebufo. Aprovechaba cada entrenamiento con Guardiola, en un silencio que impacientaba a todos los que habían quedado prendados de su talento. Los minutos no llegaban con tanta regularidad como los de Sancho, causa de la extrema competencia. Seguían estando ahí esas voces discordantes en cuanto a la gestión a fuego lento de su talento.
Visto que su fútbol estaba para algo más, el londinense abandonó el Borussia Dortmund para llegar al Manchester United. Llegaba al eterno rival del equipo en el que podía haber crecido. La contraposición a Foden nunca había estado tan clara, regresando a la ciudad como una estrella cuando el del City seguía sin asentarse en la titularidad de su equipo. Todo iba a su favor. Entonces, como en toda buena historia, vino la debacle. Jadon Sancho, a lo largo de sus dos años en Old Trafford, hizo del Teatro de los Sueños su pesadilla. No le salió nada, costándole horrores la adaptación. El futbolista que había sorprendido a Europa estaba comenzando a difuminarse entre la inmediatez del fútbol. Tan rápido como subió su cotización, esta se desplomó.
💪 El renacer de Phil Foden
Mientras que la carrera de Sancho comenzó a ir hacia abajo, esa cocción a fuego lento de Foden empezó a cobrar sentido. Conociendo a la perfección el sistema de Guardiola, se hizo un valiosísimo jugador para la rotación del equipo. Ya fuese como extremo o como interior cuando hubiese bajas, y con algún que otro bache de juego, el talento del joven inglés era una navaja suiza para el técnico español. Tras haber ganado el histórico triplete con el club de su vida, Foden afronta esta temporada como la más importante de su vida. Entre las lesiones y las ventas, puede jugar más que nunca, teniendo la oportunidad de asentarse como indiscutible en el medio. Su momento ha llegado mientras Sancho se pelea con su entrenador por sus redes sociales y se plantea una salida al fútbol árabe. Queda mucha partida, pero de momento la moraleja está clara: las prisas nunca fueron buenas consejeras.