El secreto a voces ya es una realidad: Julián Álvarez es nuevo jugador del Atlético de Madrid. Los colchoneros han conseguido que ese anhelo lejano del inicio del verano se convierta en una realidad a mediados de agosto. No ha sido barato (la cifra del traspaso oscila los 90 millones de euros), pero tampoco es lo importante. Ha aterrizado en el Metropolitano uno de esos delanteros que cambian dinámicas, de los que parecían demasiado lejos de la economía del fútbol español. Y, por suerte, no es el único que así lo ha querido en estos meses. Estas llegadas, junto a la revalorización del futbolista español a golpe de triunfos internacionales, abren una nueva era. ¿Será suficiente para volver al trono de las competiciones europeas?
La selección española y una tiranía en el 2024 que asombra al mundo
🕷️ Julián Álvarez y Kylian Mbappé, fichajes de hace una década
Hubiese sido imposible explicar hace un par de años el fichaje de Julián Álvarez por el Atlético. No es para menos, pues el Atlético de Madrid ha convencido a uno de los mejores futbolistas del Manchester City. Dicho de otra manera, han logrado sacarle del equipo más fuerte de la todopoderosa Premier League. Es más: hasta ahora suena raro. La pandemia y las salidas de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi provocaron la pérdida de la hegemonía de la competición española en el viejo continente, pasándole el testigo a Inglaterra. Allí, a base de millones, consiguieron atraer a las estrellas que perdían en España. Por ello, que una de las caras visibles de la Premier haga el camino inverso es el indicativo de que algo pasa.
Y es que no, lo de Julián Álvarez no es la única prueba de que algo está cambiando. Así como la llegada de Mbappé al Real Madrid, son traspasos más habituales de los años dorados de nuestra competición. El fútbol español está en proceso de recuperar el trono que perdió mientras sus clubes suman activos de calidad. El paralelismo con aquellos años de bonanza llega hasta a la Selección. Al ser otra vez campeones de Europa con jugadores con más fútbol que marketing, lo español vuelve a estar de moda. El futbolista nacional, ese que suele tener menos focos y que se tiende a infravalorar, se ha reencontrado con su competitividad. La Eurocopa de Alemania ha sido la muestra vigente de que hay vida lejos de los grandes nombres mediáticos.
Julián Álvarez no fue titular indiscutible en el Manchester City, pero sí fue muy importante en los planes de Guardiola.
Mientras tanto, la Premier League se ha dedicado a sobrepagar por otros futbolistas. Su dinero, lo que era su gran virtud, ha acabado convirtiéndose en su gran castigo. Por cada fichaje millonario fallido se han enterrado un poco más. Han creado plantillas tremendas de las que no han podido sacarles el beneficio esperado. Precisamente, el ejemplo del Manchester City de Julián Álvarez es bueno: se tiraron años confeccionando la plantilla del triplete a golpe de talonario. Si en aquella noche en Estambul no hubiesen ganado, la historia sería muy distinta. En el otro lado, como contraposición, están los equipos españoles. Parece que todo les llega con una mayor facilidad. Es como si el agradable clima mediterráneo ayudase a competir mejor, como si hubiesen vuelto aquellos años en los que estaban en un escalón por encima del resto.
🔜 ¿Cuándo ocurrirá el nuevo sorpasso?
Si volvemos al fichaje de Julián Álvarez en específico, toda la argumentación de los párrafos superiores podría caerse fácilmente por no tener en cuenta un factor diferencial. El argentino no era titular indiscutible en el Manchester City, y Haaland se lo iba a impedir en el futuro cercano, por lo que tenía sentido que opte por marcharse a un club que pueda pelear por la Champions. Es cierto, para qué negarlo. Sin embargo, también es innegable que Julián Álvarez ha elegido el proyecto del Atlético de Madrid por delante de otros clubes grandes de la Premier League. Ha escogido jugar en España, en un club que ha pasado unos años difíciles y quiere cambiar su rumbo. Pocas muestras mayores hay de que el fútbol español, en desigualdad económica con los ingleses, es capaz de equilibrar la balanza a la hora de la verdad.
La igualdad entre ambas ligas llega cuatro años después de la pandemia, el factor que aupó la gestión de la Premier y hundió nuestro fútbol. Se ha recortado una distancia que parecía abismal en tiempo récord, lo que invita a pensar en el sorpasso. Entre la revalorización del producto español y el golpe sobre la mesa que suponen movimientos como el de Julián Álvarez, ya se escuchan ecos de aquel pasado dorado. No será inmediato, ni mucho menos, pero el engranaje ya está en funcionamiento. Nuestro fútbol, poco a poco, va en camino de recuperar el trono que le pertenecía. La nueva era, la que tiene un toque añejo, ya ha comenzado.
