Vuelve la Champions y, con ella, la misma cantinela de siempre en el Metropolitano. Cantan, volviéndose a ilusionar por conseguir la primera Orejona de su historia. Y es que este año, por plantilla, pueden lograrlo. Sin embargo, su primera parada en su camino a Múnich no será agradable. Les visitará el RB Leipzig, el equipo que provocó una de sus últimas pesadillas europeas. Han pasado cuatro años y, pese a que el trauma está escondido en la psique del Atlético, sigue ahí. Ganar es obligatorio para avanzar… y para enterrar viejos fantasmas.
El Atlético de Madrid y su rentable lista de fichajes ‘fantasma’
😵💫 El Atlético se perdió entre Anfield y el José Alvalade
La Champions de la 19/20 tuvo, además del dichoso COVID-19, un evento canónico que brilló por encima del resto. Aquellos octavos de final ante el Liverpool fueron mágicos. Sobre lo que sucedió entre el Metropolitano y Anfield se puede explicar todo lo que es el cholismo y el Atlético de Madrid. Ganaron en la ida como locales al vigente campeón de Europa, y en la vuelta resistieron uno de los mayores asedios jamás vistos en la competición. Era imposible sobrevivir, pero lo hicieron. El doblete de Llorente, la fortaleza en el área, la celebración de Morata al final. Prácticamente, pudieron enmarcar cada segundo de aquel cruce ante el Liverpool. Entraron como favoritos y salieron como potenciales campeones.
Entonces, llegó el parón por la pandemia. Tras un tiempo de zozobra se acordó que la Champions se iba a disputar a puerta cerrada en una burbuja ubicada en Lisboa. La noticia se recibió con buenos ánimos en el Metropolitano no solo por lo obvio, sino por otro capricho del formato de emergencia: sería a partido único. Estaban a tres victorias de su ansiada Orejona, y eran favoritos en el enfrentamiento de cuartos. Ante el RB Leipzig, pasar a semifinales era imperativo para el Atlético. Después de lo que pasó en Anfield, así debía ser. Dio la sensación de que habían creado una profecía autocumplida. Sin que hubiesen ganado nada, ya sabían que debía ser su año. Mal negocio en la Champions.
Ángel Correa, mucho más que un suplente de lujo para el Atlético
Cuando echó a rodar el balón en el José Alvalade de Lisboa, los nervios empezaron a tomar a los jugadores rojiblancos. Ya no lo veían tan claro ante los alemanes, que salieron a competir con todo. Los de Simeone habían perdido el factor sorpresa con el que ganaron al Liverpool, por lo que ese vacío lo tomó el Leipzig. Estaban comenzando a tener un déjà vu de los octavos desde la trinchera contraria. Semejante duelo psicológico se volvió tangible al comenzar la segunda mitad. Dani Olmo marcó el primero del partido y activó las alarmas del Atlético. Estaban perdiendo la oportunidad de su vida. Intentaron reaccionar con más corazón que cabeza (João Félix empató desde los 11 metros), pero Tyler Adams puso el 2-1 definitivo en el minuto 88. Se acabó. Una vez más, los rojiblancos habían tirado por la borda su candidatura para reinar en Europa.
📋 ¿Habrán aprendido la lección?
Cuatro años después, ambos conjuntos vuelven a verse las caras. Aquellas semifinales que alcanzaron los alemanes siguen como su mejor participación en la Champions, y sueñan con volver a repetir algo así. No será fácil, aunque sí tienen capacidad para competir contra cualquiera. Está claro que, ganen o pierdan ante el Atlético de Madrid en la primera jornada, pueden pasar a la siguiente ronda tras la kafkiana fase de grupos del nuevo formato. La cosa está en lo que hagan los de Simeone. Saben que el encuentro, por mucho que la plantilla haya cambiado enormemente desde entonces, va más de superar sus complejos que de conseguir los tres puntos. Una victoria valdría mucho más en lo emocional que en lo clasificatorio.
A nivel psicológico, sería la última confirmación de que este Atlético de Madrid ya no es el de antes. Es el equipo que añora noches como la de Anfield, pero que ha sido capaz de evolucionar. No hay más que ver su brillante mercado de fichajes con futbolistas como Julián Álvarez o Le Normand como flamante campeón de Europa con España. Sin perder la referencia de su punto de partida, miran hacia el futuro. Saben que pueden contra el RB Leipzig o cualquier otro equipo que disputa la Champions. Por plantilla y recorrido, pueden llegar lejos en su nuevo intento de tocar el cielo.
No obstante, todo pasa por lo que hagan en su debut. Caer o dejar malas sensaciones sería la prueba definitiva de que el trauma que dejaron los cuartos de 2020 sigue ahí. Sería la confirmación de que, por mucho que ganasen en Anfield en octavos, lo perdieron todo en el cruce que disputaron en Portugal. El Atlético solo podrá empezar su conquista cuando pague sus deudas del pasado. El camino hacia la primera terminó contra el Leipzig, y el fútbol ahora le va a permitir volver a empezar contra su verdugo.