Barça - Valencia
⚽ Barcelona

El Valencia también rasca ante un Barça peleado con el gol

El Barça sigue perdido en el laberinto. Ya no hay muchas excusas que valgan. El conjunto de Xavi mejoró la imagen ofrecida en Amberes, pero ese plus tampoco le dio para derrotar al Valencia (1-1). Los azulgranas viven en una constante y eterna duda en las dos áreas. La crisis goleadora del equipo ya empieza a ser preocupante. Necesita mucho para marcar, y con poco le tiran la puerta abajo. Menos mal de Frenkie de Jong, que dejó un pase milagroso con el exterior para que Raphinha habilitara a João Félix. Pero ahora mismo, un gol no es garantía de nada para los catalanes.

El conjunto culé no supo cerrar el encuentro y Guillamón, en su primera titularidad en liga, se encontró con todas las facilidades del mundo por parte de la defensa del Barça para empatar el encuentro con un disparo a la escuadra. Lo que el año pasado hubiese sido un triunfo por la mínima, este año no lo es. Giorgi Mamardashvili también influyó en el resultado con seis intervenciones de mérito. Pero eso no quita que los culés se estén dejando puntos de forma sistemática, sobre todo fuera de casa. El balance es de un triunfo en las últimas cuatro jornadas de liga. Racha que está dejando a los azulgranas despegados en la lucha por el campeonato.

🔁 Frenkie y Pedri ataron el centro del campo

Aturdido todavía por los dos reveses consecutivos que ha recibido en los dos últimos compromisos, el Barça se plantó en Valencia con ganas de despejar dudas. Xavi volvió a tirar de la teórica unidad A, con Cancelo de lateral derecho y Balde por el sector izquierdo. Raphinha actuó como extremo derecho, mientras que el técnico introdujo en el centro del campo su gran novedad. Tras la sentencial actuación de Oriol Romeu ante el Amberes, Frenkie de Jong y Pedri se situaron en la base. Por su parte, Gündoğan estuvo adelantado unos metros junto a João Félix, el jugador en el que están depositadas las esperanzas de éxito y uno de los pocos futbolistas azulgranas que, desde su sector izquierdo, galopa para coger posiciones con total libertad.

Sin embargo, el Barça vive inmerso en un episodio traumático. No hay demasiada diferencia entre titulares y suplentes. Algo que no tiene fácil solución. El juego del cuadro catalán es lento y previsible. Solo hace daño cuando juega por fuera o, contrariamente con su filosofía vital, a través del juego directo. Algo que la temporada pasada se podía esconder en un nivel defensivo exuberante de la plantilla. Este curso, nada de eso. Los culés son frágiles. Tanto que casi se repite lo de Amberes. Yaremchuk estuvo a punto de avanzar al Valencia nada más arrancar el choque, pero lo que obtuvo fue una parada descomunal de Iñaki Peña.

Mamardashvili - Raphinha

Mamardashvili salva un disparo de Raphinha durante el encuentro.

Los estirones de los murciélagos contrastaban con la dificultad del Barça para alcanzar el área contraria. Aunque a diferencia del día de Bélgica, el equipo catalán corrigió las abundantes pérdidas de balón que tuvo el pasado miércoles. También encontró en mejor posición a Lewandowski, que lo intentó de todas las formas, aunque siempre mal. Le bloquearon disparos, estuvo a punto de emular la definición de cuchara de Raúl, se inventó una media chilena tras un pase de Gündoğan y puso en aprietos a Mamardashvili con un disparo lejano. Pero los delanteros viven de estados de forma y de confianza, y el polaco está en horas muy bajas. El Barça ofrecía dudas, mientras que el Valencia le ponía más empeño que fútbol a sus jugadas.

🫸 Mamardashvili y las prisas frenaron al Barça

La segunda parte empezó igual, aunque con la diferencia de la calidad. Apareció la magia. El Barça lo siguió intentando y Frenkie frotó la lámpara del fútbol champán para desarbolar todo el bloque defensivo del Valencia. El neerlandés, desnortado como el resto de sus compañeros, encontró la brújula para asistir a Raphinha con un pase precioso con el exterior que voló por encima de la zaga valencianista. Esa pelota encontró solo al brasileño, que cedió a João Félix en el segundo palo para marcar. Aunque el gol tampoco llevó mucha euforia al seno del equipo azulgrana. El portugués se quedó durante varios segundos estático y sonriendo dentro de la portería. Quizá reflexionando sobre el peso que se había quitado de encima con el tanto.

 

Este gol aceleró el corazón del Barça, que pudo doblar su ventaja. Sin embargo, Mamardashvili demostró sus reflejos con un paradón sobre Raphinha, uno de los jugadores más clarividentes en Mestalla. Pero el Barcelona se conecta y se desconecta con demasiada facilidad y casi en todos los partidos comete un error defensivo. Y tanto en la liga como en Europa, se suele pagar.

Araújo, poco habitual en él, se confió en no despejar un esférico, el balón cayó en la frontal y Hugo Guillamón, que ha pasado de ser mundialista en Catar a ser suplente en el Valencia, cogió la pelota ante la mínima presión de Raphinha, el propio Araújo y Koundé y su golpeo entró por toda la escuadra. Golazo del canterano valencianista. La rueda de cambios hizo descender la intensidad del encuentro y le dio la posesión total de la pelota al Barça. Pero tampoco supo qué hacer con el balón. Raphinha, de nuevo, volvió a aparecer, pero Mamardashvili, primero, y Yarek bajo palos, segundo, salvaron el gol.

 

Esa fue la última clara del equipo culé. Que desaprovechó cada una de sus opciones para ganar. El resto fue un dominio estéril. El Barça nada entre el drama y la incomprensión y suma tres partidos consecutivos, dos de liga y uno de Champions, sin ganar. Depende de lo que haga el Girona el próximo lunes, el liderato de la liga podría irse a nueve puntos de distancia. El margen empieza a ser duro.

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