Barcelona - Girona
⚽ Barcelona

El Girona golea en Barcelona y asalta el liderato de la liga

«Que el fin del mundo nos pille bailando». Esta mítica frase está asociada a vivir la vida con intensidad. A disfrutar del presente pese a saber que va a haber un final. La expresión describe ahora mismo el modo de ser del Girona de Míchel. Un equipo de autor, que no teme a nada, vive desenfadado y que sueña con ser el superhéroe que le ponga un final feliz a la historia. Da igual el escenario, Montjuïc, o el rival, el Barça. El conjunto gerundense hiló muy fino en uno de los encuentros más epopéyico de la temporada (2-4). Firmó su primera victoria ante los culés en su historia.

Se vieron un total de 46 disparos y 990 pases, con una tasa altísima de acierto. Dijo Míchel, que cumplió 100 partidos ligueros con el Girona, que su equipo no podía jugar de tú a tú al Barça. Pero en el campo se vio todo lo contrario. Un conjunto sin complejos y con abundante brillantez. Porque los gerundenses ya han entrado en otra dimensión. Con 41 puntos, el Girona ya tiene la salvación en el bolsillo y ya se le puede colgar la etiqueta de aspirante al título. Le saca dos puntos al Real Madrid y siete al Barça y al Atlético. Ahora viene lo más difícil. Aguantar a todos los rivales que les quieren arrebatar el trono.

😉 La pureza en la salida y la mentira de los falsos laterales

Barça y Girona dejaron claras sus intenciones desde el inicio: presión alta, riesgos y ritmo alto. Iba el equipo azulgrana, contestaban los visitantes. Pese a los acalorados gritos de Míchel a sus jugadores cuando rifaban el balón, su equipo estuvo soberbio en el comienzo de las jugadas. Y en este aspecto tienen mucho que ver sus laterales. O falsos laterales. Aunque cada vez es una idea más recurrente entre los entrenadores, gran parte del éxito del Girona radica en lo pulcros que son Yan Couto y Miguel Gutiérrez.

 

Dos futbolistas que actúan en la posición de lateral en una línea defensiva de cinco hombres y que en ataque se incorporan como centrocampistas. Algo que empezó a popularizar Pep Guardiola en el Manchester City. Ambos estuvieron más que pulcros. Rozaron la perfección. La otra clave de Míchel es la osadía de sus futbolistas. Más que un entrenador, el técnico vallecano ha hecho de psicólogo con su equipo para que vivan sin miedo. Todos la piden, se arriesgan y buscan hacer daño al rival desde el balón. Con Aleix García como jefe de ceremonias.

Vivir la vida con intensidad suele traer consigo una recompensa y el primer premiado fue el Girona. Couto ganó un duelo a João Cancelo, detectó el espacio libre a su espalda y encontró a Tsygankov para que este activara la conexión ucraniana con Dovbyk, un auténtico camión de mercancías que ha caído con el pie derecho en la competición española. Las tres asistencias de Tsyhankov esta temporada han sido para su compatriota. Hay mucho wifi entre los dos.

Tras eso, el protagonismo pasó para el lado contrario. Miguel Gutiérrez, exjugador del Real Madrid, tenía ganas de reivindicarse en el Lluís Companys y su actuación fue de póster. De sus botas llegaron las mejores ocasiones de los visitantes. Pudo marcar en el minuto 27 y 39, pero estuvo poco fino en la definición. Sin embargo, en el 40′ se dejó de estilismos y recurrió a un disparo de puntera ante un Barça que le presentó la alfombra roja para batir por su palo a Iñaki Peña.

 

Entre medias, Lewandowski había conseguido empatar el encuentro de cabeza a la salida de un córner. La vida la revés. La calidad la ponía el Girona, pero el Barça mató a balón parado. Algo impensable en Barcelona hace unos años. El polaco marcó su octavo gol liguero y desató los mejores minutos del Barça, que pudo avanzarse con una bonita combinación de los Joãos que Cancelo estrelló en el muslo de Gazzaniga. Lo más espectacular fue el recorte del culé antes del disparo y ver como la pierna del guardameta se movía como la gelatina tras recibir el impacto del balón. El Barça marró y acabó lamentando el primer gol en liga de Miguel Gutiérrez para volver a avanzar al Girona.

🤩 El Girona culmina su obra maestra

El encuentro continuó enloquecido en el segundo acto. Otra vez las idas y venidas se apoderaron de la acción y el Barça fue el equipo mejor parado hasta el tramo final. El conjunto de Xavi empezó a crecer desde el caos que parece a tramos su equipo, sobre todo en defensa. Raphinha, Frenkie y Gündoğan buscaron el gol, pero se encontraron con un enorme Gazzaniga. No por las paradas en sí, sino por no conceder segundas acciones tras reducir violentos disparos.

Cuando los modestos sueñan a lo grande: los «otros» Girona del siglo en la liga

Y cuando decimos que el caos tiene un punto de dominio en este Barça, también se explica al ver a Balde, que ha perdido su carrera de competencia con Cancelo, como interior izquierdo, e incluso de central zurdo en algunas acciones. Pero la cabezonería de Xavi con ver a Cancelo por ese sector es intensa. También entraron Lamine y Ferran Torres para buscar el primer paso de la deseada remontada, pero el primero paso casi inadvertido, solo con un centro peligroso a Gündoğan, y los culés no aprovecharon del todo las buenas acciones que dejó el segundo.

Ante tanta duda, el Girona consiguió helar Montjuïc. Y vino de la forma más directa posible. Solo necesitó cuatro toques el conjunto blanquirrojo para ver portería. Gazzaniga sirvió, Stuani, curtido en mil batallas, cabeceó para Valery, gerundense de cepa, que puso la punta de su bota para superar a Koundé y definir para sentenciar el encuentro. Se escucharon los olés del sector visitante y los silbidos de los locales.

 

Aunque los invirtió Gündoğan con un tanto tras un pase de Ferran que hizo creer a todo el estadio. Porque Montjuïc ya ha visto más remontadas épicas de su equipo, como la protagonizada ante el Celta. Lewandowski lo tuvo en su cabeza, pero el killer, cabeceó de mantera defectuosa cuando el público casi saltaba de su asiento. Aunque todavía quedaba un loop más en el encuentro y fue para el Girona, con un Stuani que recibió un pase meloso de ‘Savinho’ para dejarlo todo amarrado. A fin de cuentas, el equipo de Míchel ganó merecidamente, como también es merecido que en pleno diciembre esté disfrutando y en lo más alto de la clasificación de la liga.

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