Su nombre no puede ser más convencional. Sus botas le delatan. Siempre negras, de esas que agradecen los narradores y comentaristas, por lo fácil que se identifican en el terreno de juego. Cada vez que Osasuna repele un balón desde el punto de penalti de su área, suele ser David García quien esté detrás. O debajo. O enfrente. David disfruta de la defensa. Si sus bambas fueran transparentes, se le reconocería igualmente. Pero le resulta que gustan los zapatos sin colorines y el juego sin florituras. David García es la viva imagen de esos defensores de antaño, por más que ya no estén a la orden del día, que salvan la papeleta como pocos.
🦸🏻♂️ El vengador García
La última hazaña, en Copa del Rey, fue el acabose: un gol en el descuento que mandó el partido contra el Betis a la prórroga y acabó de silenciar el Benito Villamarín con el pase de Osasuna a cuartos, previa tanda de penaltis. Entre medias, cinco disparos bloqueados, cuatro entradas, cuatro despejes —uno bajo palos— y 14/18 duelos ganados. Total nada. La mejor forma de resarcirse por la final de 2005, en la que Osasuna cayó derrotado frente al propio equipo verdiblanco. Su mejor resultado… por ahora.
🧑🏻✈️ De profesión, controlador aéreo
Contra el Betis, de los 10 duelos a los que se enfrentó por aire, solo perdió uno. Estadísticas para guardar en el museo de los centrales, si es que alguien se acuerda de ellos. Pero, en su caso, estas cifras son rutinarias. Bueno, realmente no, porque hay días que por arriba los gana todos, aunque el promedio en liga diga que son siete de cada diez. Visto así, ahora parecerán pocos, pero la realidad es que imponerse en el 70% de balones divididos por arriba, la mayoría dentro del área, es una absoluta animalada.
¿Concentrado? Siempre. ¿Bien posicionado? Cuenta la leyenda que una vez no lo estuvo. Así es el ‘5’ de Osasuna. Un tipo al que, de pequeño, le daban de desayunar imanes de cuero. Y así pasa, que ahora todas las pelotas van a él, como por arte de magia. Para no hacer el feo, las despeja lejos, sabedor de que si tardan más en regresar, parecerá que no es tan abusón. Pero lo es, vaya si lo es. El segundo futbolista de la primera división que más esféricos achica (5,1) por partido, solo superado por los 5,4 de Rodrigo Ely. Es la personificación de la resistencia. Arrasate, aunque no lo confiese, lleva un cromo suyo en la cartera, igual que tu abuela guarda una estampita entre tu foto y la de tus primos. El guardián visible.
🌴 En Navarra se lleva el arraigo
Si David García es de tu equipo, debe de resultar imposible no rendirle pleitesía. Porque no solo es un jerarca de toma pan y moja, también escaló desde la cantera y ha rechazado salir hasta ahora del club de su vida, a pesar de tener una cláusula de rescisión de 20 millones de euros. A Lopetegui le pareció irrisoria y su Wolverhampton quiso cambiar esas monedillas por sus servicios, pero no hubo manera. Hasta que se demuestre lo contrario, a David García lo que más le llena no es tragar metales, sino hacer feliz a su gente. En El Sadar, su casa. En el área, su sala de juegos.