Emilio Butragueño es una persona cauta y discreta. Alguien que es cabal en todo lo que piensa y dice y que tiene una lectura panorámica de todo lo que pasa a su alrededor. A veces se convierte en indescifrable. No sabes si está contento o enfadado; si está alabando algo o criticándolo; si le incomoda ese momento o está relajado. Esa es la imagen que tenemos ahora de él. La que el Real Madrid vio para ser el mejor representante institucional del club. Sin embargo, Butragueño es mucho más que eso.
Conocido como ‘El Buitre’, este madrileño, que cumple 60 años, fue en su día uno de los jugadores españoles más prometedores y un pilar para el Madrid, donde estuvo prácticamente toda su carrera deportiva. Fue un delantero tenaz y astuto. Un ‘7’ de leyenda. No goleaba por su físico, sino por su inteligencia en el campo. Habilidad que le llevó a ser el abanderado de una generación conocida como la ‘Quinta del Buitre’.
🤩 Cumplió su sueño de jugar en el club de su vida
Emilio Butragueño nació el 22 de julio de 1963 en Madrid. Desde bien joven apoyó al Real Madrid por la afición que tenía su padre, socio del club. Entre el fútbol y el baloncesto, se decantó por el balompié. Tras ser rechazado en primera instancia por el Madrid, pasó a entrenar con el Atlético, pero un conocido de su padre logró una segunda prueba con los blancos, que esta vez no dejaron escapar su talento.
Fue quemando etapas en las categorías inferiores del club madridista hasta llegar al Castilla, el filial de la entidad. Hizo su debut el 24 de abril de 1982. Ese equipo se encontraba jugando en Segunda división. En esa plantilla destacaron Sanchís, Míchel, Martín Vázquez, Pardeza y Butragueño. Fue tal la expectación sobre estos futbolistas y tan vistoso el juego que desplegaban, que los partidos del Castilla tomaron mucha relevancia. Esta generación fue bautizada como la ‘Quinta del Buitre’.
Entrenados por Amancio Amaro, exjugador histórico del club, llegaron a proclamarse campeones de Segunda, siendo el primer y único filial de la historia en conseguirlo. Butragueño anotó un total de 21 goles en 21 partidos. Alfredo Di Stéfano le llamó al primer equipo, con el que debutó el 5 de febrero de 1984 en Cádiz. Salió al terreno de juego con el número 14 y revolucionó el partido. Marcó dos goles, dio el pase del tercero y el Real Madrid venció 2-3. Aquí empezó el mandato de Butragueño.
⚽ Un goleador diferencial
Desde que hiciese su debut, el delantero madrileño se convirtió en un fijo en el primer equipo. Y empezó a dejar grandes actuaciones. El 12 de diciembre de 1984 marcó tres dianas ante el Anderlecht para revertir la eliminatoria en la vuelta de los octavos de final de la Copa de la UEFA. El Madrid terminó ganando esa edición del torneo.
Cuatro de los cinco futbolistas de la ‘Quinta del Buitre’ se encontraban asentados en el primer equipo y empezaron a ser también referentes. El Madrid volvió a ganar la UEFA en 1986 y le empezaron a llover los premios. Se alzó con el Trofeo Bravo al mejor jugador menor de 21 años en dos ediciones consecutivas (1985 y 1986) y fue Balón de Bronce en 1986 y 1987, siendo el primer español en aparecer entre los finalistas del premio desde que lo ganara Luis Suárez en 1965.
Sin ser un goleador nato, ganó el trofeo Pichichi en la temporada 1990-1991. Además, con la Selección Española también se convirtió en un jugador importante. Disputó el Mundial de México 86 y marcó 4 goles ante Dinamarca en los octavos de final. De nuevo frente al Cádiz, rival ante el que debutó, dejó en un partido de Copa del Rey en 1987 una de sus jugadas más míticas al deshacerse de tres defensores antes de desbordar también al portero pegado a la línea de fondo y anotar el 6-1 definitivo para su equipo.
En total participó en doce temporadas con el Real Madrid entre 1984 y 1995, siendo relevado por otro canterano del club, Raúl González. Disputó 463 partidos oficiales y marcó 171 goles para ganar 16 trofeos con la entidad blanca. Butragueño se despidió como jugador madridista el 15 de junio de 1995, en un partido de homenaje ante la Roma en el Santiago Bernabéu y se fue a jugar al Atlético Celaya mexicano. El 5 de abril de 1998, disputó su último encuentro como profesional.
🎮 El juego del ‘Buitre’
La fama de Butragueño fue tan grande que a finales de los 80 salió un videojuego con su nombre: Emilio Butragueño ¡Fútbol! Antes del FIFA, del Pro o del Fútbol Manager, el juego del futbolista madrileño creó tendencia. Tenía un coste de 1.200 pesetas y se veía el terreno de juego desde una vista cenital. Se veían melenas rubias y castañas en los jugadores, un juez de línea que levantaba el banderín cuando el balón salía fuera e incluso fotógrafos en las bandas.
Este videojuego fue una revolución y concentró a miles de jóvenes en las pantallas para regatearse hasta la extenuación, recuperar balones con segadas imposibles y para cantar goles… muchos goles. Butragueño no tuvo el cartel de otros futbolistas como Schuster, Maradona o Van Basten, pero marcó una época en la que fue el alumno más aventajado.