El Jumbo, y en concreto Vingegaard, tenían que tomar una decisión: pelear, o no, el triunfo final a Sepp Kuss. El reciente ganador del Tour de Francia no solo no atacó a su gregario, sino que le llevó hasta la cima de Cruz de Linares. El estadounidense, que suma más de una semana vestido de rojo, llegará a la sierra de Madrid con ocho segundos de ventaja sobre su compañero y como previsible futuro campeón de esta edición.
Kuss es el líder de Jumbo
Los favoritos no tenían prisa. Tras la fatiga acumulada después de la ascensión al Angliru del día anterior, apenas pusieron oposición a una escapada comandada por Evenepoel. La brecha con la fuga llegó a alcanzar los once minutos, pero importó poco.
Kuss sostiene el liderato en el Angliru tras otra exhibición de Jumbo
El Jumbo al completo, y los españoles —Enric Más, Ayuso y Landa— se quedaron solos camino de la Cruz de Linares. La sorpresa fue que Vingegaard, lejos de atacar, fue quien respondió a los ataques de Landa, el más activo tras el buen trabajo de sus compañeros.
Ya en los últimos metros lo probó Ayuso, aunque solo logró abrir diferencias con Vingegaard, que no quiso entrar al sprint final. Diez minutos antes había cruzado la meta Evenepoel, que volvió a dar una clase magistral sobre las dos ruedas.
Evenepoel atacó… y se quedó solo
Desde aquella inesperada pájara en la etapa que culminaba en el Tourmalet, Evenepoel ha sabido reencontrarse consigo mismo. Este jueves logró su tercer triunfo de etapa en esta Vuelta a España tras colarse un día más en la fuga. El belga, que tendrá como consuelo el maillot de la montaña, atacó en cada ascensión… hasta quedarse solo. El único que le aguanto el pulso hasta la penúltima rampa fue Caruso, pero la llegada a la Cruz de Linares la afrontó solo.
No fue un problema para él, que le metió casi diez minutos al pelotón, y más de cinco a aquellos que le habían acompañado durante tantos kilómetros en la jornada de hoy. Evenepoel evidencia así que, Jumbo a parte, va ‘sobrado’ frente al resto de humanos.
