Mijaín López
🤾​ Polideportivo

Así es como el cubano Mijaín López puede haberse convertido en el mejor atleta olímpico de siempre

El cubano Mijaín López acaba de conquistar un hito que probablemente será imposible de superar, aunque en el deporte casi todo sea posible. El mejor luchador en la historia de la lucha grecorromana ganó su quinta medalla de oro en cinco Juegos Olímpicos consecutivos (Pekín 2008, Londres 2012, Río de Janeiro 2016, Tokio 2020 y París 2024) en la misma disciplina individual. Su récord es de 22 victorias y una única derrota; un tropiezo que sucedió hace 20 años en Atenas. Desde entonces, solo ha conjugado el verbo ganar. Un hito sin precedentes que eleva la cuestión hasta las más esferas del olimpo de los Juegos.

🇨🇺 Mijaín López, terriblemente histórico

La grandeza de esta medalla no solo se debe al gran número de oros ganados por López; pues de hecho, otros atletas han ganado más medallas de oro porque los deportes en los que participan les permiten ganar varias medallas de oro en los mismos Juegos Olímpicos. Por ejemplo, Michael Phelps, que ganó ocho medallas de oro, el mayor número de oros conquistados nunca por un solo atleta a lo largo de unos mismos Juegos Olímpicos, porque en natación coexisten varias pruebas en las que el mismo nadador puede participar, ya sea individualmente o en equipos.

Sin embargo, en el caso de la lucha grecorromana es diferente porque, aparte de ser un deporte individual, se tiene en cuenta el peso del luchador, lo que significa que un luchador como López, que pesa 130 kilos, en el mejor de los casos, solo puede ganar una medalla olímpica cada cuatro años. En otras palabras, el dominio del luchador cubano en los Juegos Olímpicos durante más de 16 años ha sido absoluto, y esta es su gran hazaña: mantenerse en la cima del podio olímpico durante tantísimo tiempo. Desde su debut en 2008, Mijaín está invicto y no ha perdido ni un solo combate de la disciplina +130 kilos en la que participa.

El secreto de su éxito, según él mismo ha explicado en numerosas ocasiones, radica en el amor por su deporte y la profesionalidad. «La sinceridad y la humildad son la clave para lograr estos resultados», ha confesado Mijaín. Y, ciertamente, su dedicación y ética de trabajo han sido inquebrantables, incluso cuando las circunstancias en su Cuba natal no siempre han sido favorables.

💪 Los problemas son oportunidades

Nacido y criado en la región cubana Herradura, López creció en un ambiente humilde, rodeado animales y cargando cajas de fruta. Estas actividades comenzaron a forjar su increíble fuerza física desde bien temprano. A los 10 años, comenzó a entrenar en lucha y rápidamente reconoció su talento como una oportunidad de crecer. Su camino hacia la grandeza continuó en La Habana, donde combinó su preparación con estudios en Educación Física.

Además de sus éxitos olímpicos, López ha ganado cinco campeonatos mundiales, incluso con numerosos problemas físicos de notable magnitud, como cuatro hernias discales, que han impedido que su vitrina de trofeos sea todavía más extensa y, por supuesto, que haya tenido que elegir con mucha dedicación sus batallas para no perder oportunidades olímpicas entre prueba y prueba.

De esta manera, López, de 41 años, supera a otros grandes atletas que habían logrado ganar un máximo de cuatro medallas de oro en cuatro Juegos Olímpicos consecutivos en la misma disciplina, como los mencionados Michael Phelps (200 metros en diferentes estilos), Katie Ledecky (800 metros estilo libre), Carl Lewis (salto de longitud), Alfred Oerter (lanzamiento de disco), Paul Elvstrom (vela) y Kaori Icho (lucha).

Mijaín López

López, conocido, además de por ‘El Terrible, por otros apodos como ‘El Gigante de Herradura’ o ‘El Niño’. demostró a lo largo de París 2024 su dominio en el tapiz de lucha. Gracias a una combinación de fuerza y velocidad, López siempre se mantuvo en lo más como el favorito, aunque algunos dudaban de sus posibilidades en París por su edad. Al respecto, él mismo dijo en marzo que pensaba soñaba con el oro: “Voy a repetir la medalla. Es solo cuestión de entrenar duro y todo saldrá como siempre”.

Como si fuera el guion de una película de Hollywood, López se enfrentó en la final a su excompañero de equipo, Yasmani Acosta, que en 2017 decidió desertar sel equipo de lucha cubano para convertirse en ciudadano chileno. Haber practicado con López durante varios años no le sirvió de demasiado a Acosta, que desde el primer momento estuvo entregado al peso de la historia y a la leyenda de Mijaín. Mientras decenas de seguidores coreaban el nombre de López, el luchador cubano derrotó contundentemente al nacionalizado chileno por una rotunda puntuación de 6-0.

Al final del combate, López hizo un gesto simbólico que conmovió profundamente a sus entrenadores y a los espectadores de todo el planeta: se quitó los zapatos y los dejó en medio del Arena Champ-de-Mars, suelo sobre el que ganó su última medalla de oro, mientras se despedía del público para siempre. De esta manera, López se retira de los Juegos Olímpicos en lo más alto y reafirma la grandeza del deporte (y la cultura y sociedad) de Cuba, que, a pesar de todas las dificultades económicas como resultado del bloqueo económico de Estados Unidos, conquista un récord que entra en los anales de la historia como uno de los más grandes de todos los tiempos.

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