Entiendo que el debate resulte agotador, porque últimamente se produce con mucha frecuencia en distintos deportes: fútbol, tenis… sin embargo, no he podido resistirme a ser partícipe. ¿Es Max Verstappen el mejor piloto de Fórmula 1 de la historia? A bote pronto, lo más fácil quizá sea decir que no, pero me voy a decantar por el sí. Para mí lo es ya, aunque lo será de forma más evidente en el futuro. Lo digo con la inocencia de una juventud que no me ha permitido vislumbrar a leyendas de otras épocas.
El holandés conquistó el pasado domingo en Las Vegas su cuarto Mundial consecutivo. No es el que más tiene: ha igualado a Vettel y Prost, pero por delante están Fangio (5), Schumacher y Hamilton (7). No obstante, desde su irrupción ha transformado las expectativas en realidad, pese a que sobre sus hombros ha cargado siempre una enorme presión.
Del marketing a los récords
Cuando llegó a la Fórmula 1 con solo 17 años, los medios de comunicación tiñeron de gris su talento porque el holandés casi deja sin hueco en Toro Rosso a Carlos Sainz con muchos menos méritos. La realidad es que le bastó poco para ganarle a Kvyat el asiento en Red Bull y conquistar su primera victoria en 2016. Fue (y todavía es) el más joven en debutar y en ganar un Gran Premio —en España—.
Que su llegada al ‘Gran Circo’ tenía a muchos interesados detrás no escondía ni mucho menos que había nacido para ocupar un lugar privilegiado, como ya sucedió en su día con Lewis Hamilton.
Desde entonces, y con paciencia, se ha erigido como el rival a batir, con un dominio pocas veces visto. No es el hecho de que haya ganado cuatro Mundiales consecutivos, sino cómo lo ha conseguido. En 2023, Verstappen batió el récord de victorias seguidas en una misma temporada (10), así como de poles. Fue un repaso absoluto, que quedó tapado de alguna manera por la superioridad de Red Bull.
Verstappen también gana sin el mejor monoplaza
Por eso este 2024 ha sido tan importante. Por eso Verstappen habló emocionado tras conquistar su cuarto título. «Lo hubiese ganado antes con un McLaren o un Ferrari», señaló. No le falta razón: Red Bull dominó las primeras seis carreras… pero desde ahí pasó a ser incluso la tercera escudería. El Mundial tuvo una infinidad de alternativas que, Lando Norris, por ejemplo, no supo aprovechar.
Max ha estado ahí siempre. Ha minimizado daños cuando tocaba y ha protagonizado carreras difícilmente repetibles, como la reciente en Brasil, donde cruzó primero la bandera a cuadros pese a que partía desde la 17º plaza. Ha barrido por completo a su compañero de equipo, ‘Checo’ Pérez, que está octavo en el Mundial. En definitiva, ha demostrado que puede ganar sin disponer del mejor monoplaza.
Ya lo había hecho en el pasado, en el 2021, en uno de mis momentos deportivos preferidos. Que pasaran tantas cosas en una vuelta en un deporte que nos acostumbra al aburrimiento, fue realmente sorprendente. Ahí se habló de fortuna, pero ya nadie niega el talento de Verstappen.
Es agresivo, técnico, estratega… combina lo mejor de cada piloto. Y (casi) nunca comete errores, como reconoció un excampeón del mundo como Nico Rosberg: «Está dominando una Fórmula 1 más competitiva que nunca. Su capacidad de adaptación y consistencia son impresionantes».
El jefe de Red Bull, Christian Horner, fue más allá al decir que «Max está en otro nivel. Su talento es comparable al de las grandes leyendas de este deporte». Y yo quiero quiero seguir su estela y atrevimiento, diciendo que ya les ha superado. Pero, por si alguno necesita certezas, los éxitos que le aguardan en el futuro disiparan las dudas. Max Verstappen ya es el mejor de la historia, pero si no lo es, lo será.
