Zverev
🎾 Tenis

El tren de Zverev arranca de nuevo con… París como ¿última? parada

Hace casi una década, en un circuito dominado por el entonces Big Four, irrumpió un joven germano. Lo hizo sin previo aviso y de una forma latente, con la conquista de un Masters 1000 y el ascenso al Top Ten, dos retos imposibles para los tenistas terrenales. Alexander Zverev, con 20 años recién cumplidos, se erigió como una alternativa (más) a los de siempre. Por el camino, y a la sombra de los más grandes, ha hecho su propia carrera. Una que pareció truncarse en junio de 2022 con una lesión importante, en plena emersión de los jóvenes. Su tren parecía detenerse… pero ha vuelto a arrancar. Y París, de nuevo, se presenta como su ¿ultima? posibilidad de ganar un Grand Slam.

🚆 La segunda vida de Zverev

Con seis Masters 1000 y 27 años puede resultar llamativo hablar de segundas oportunidades. Pero por contexto, todo apuntaba a que tras su retirada frente a Rafa Nadal en la Philippe Chatrier, Zverev, de cierto modo, decía adiós a la posibilidad de levantar algo grande. Están ejemplos como el de Thiem, que se retirará esta temporada por sus dolores de muñeca. Sobreponerse a la rotura de tres ligamentos del tobillo derecho no era una misión sencilla.

Lo era menos, sobre todo, porque a su regreso en 2023 Zverev tendría la complejidad de lidiar no solo con Novak Djokovic, sino con la mejor versión de Carlos Alcaraz y Sinner, la nueva hornada que llega para desterrarlos a todos. El alemán, que dejó de estar entre los 20 mejores del circuito, ha sido paciente y de forma paulatina ha recuperado su mejor versión, de nuevo con el servicio y el revés como principales armas, hasta ser, de nuevo, la alternativa a los mejores… o incluso inmiscuirse entre ellos.

Porque ahora mismo Zverev es la cuarta raqueta del mundo. Y acaba de ganar Roma con autoridad, aunque sin sus principales oponentes enfrente. Con la ausencia de Sinner en París casi confirmada, Alcaraz lastrado por las lesiones, Medvedev fuera de su zona de confort y Djokovic con dudas, lo cierto es que este Roland Garros se erige como una oportunidad de oro para que ese tren por fin alcance la estación de un Grand Slam, la gran asignatura pendiente del alemán.

❓​ El reto de un Grand Slam

Pese a la competencia, con semejante talento y la precocidad que exhibió en su día, lo previsible era imaginar que el alemán aprovecharía algún resquicio para unirse al selecto club de tenistas que ha ganado al menos un major. Sin embargo, es en estos escenarios donde su rendimiento siempre ha dejado mucho que desear. Le costó estar a la altura, pisar las últimas rondas. Y aunque terminó por dar ese salto, nunca ha ganado un Grand Slam.

Lo más cerca que ha estado de conseguirlo fue tras la Covid-19, en el US Open. Era su momento, pero Thiem, en un final de infarto, le arrebató la condición de campeón. Zverev es el tenista que más Masters 1000 ha ganado (6) sin haber levantado un solo major. Una lista en la que figuran otros talentos como Marcelo Rios o Andrei Medvedev.

 

No será una tarea fácil. Precisamente porque ganar en Roma, si no te llamas Rafael Nadal o Novak Djokovic, es sinónimo de fracaso estrepitoso en Roland Garros. Los dos últimos campeones en el Foro Itálico que no fueron ni el español ni el serbio cayeron a las primeras de cambio en París. Fue el caso de Medvedev el pasado curso, frente a Seyboth-Wild, y el del propio Zverev, con Verdasco en 2017.

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