Aston Martin nunca pensó en Fernando Alonso, ni Fernando Alonso en Aston Martin. Sin embargo, piloto y escudería irán de la mano los dos próximos años. La retirada de Sebastian Vettel y las dudas de Alpine propiciaron este repentino vínculo. Un equipo en plena emersión, con soporte financiero para aspirar a todo, y un veterano que se niega a retirarse sin otro Mundial. Una relación que pinta bien. Pero, como en todas las parejas, siempre existen roces. Y este dúo no será la excepción.
😤 La exigencia de Fernando Alonso
Fernando Alonso no es un piloto fácil. A sus 40 años, tras dos décadas subido a un monoplaza, todos lo saben. El asturiano se ha ganado el respeto del paddock con sus dos Mundiales, sus cuatro subcampeonatos y, sobre todo, por la capacidad de exprimir al máximo el rendimiento del coche. Es un maestro a la hora de encontrar el reglaje idóneo, pero también un quebradero de cabeza para mecánicos e ingenieros. El español sabe lo que quiere, y quiere que todo esté perfecto.
Mike Krack, jefe de equipo de Aston Martin, es consciente de ello: “Fernando es un piloto y una persona muy directa”. Quizás por eso el luxemburgués sabe que el mejor plan es “anticipar lo que va a pedir”. Ese carácter es, para Krack, lo que diferencia a un campeón: “Los pilotos como Fernando han logrado lo que tienen porque siguen empujando y siguen queriendo más”.
Más allá de que el objetivo de ambas partes en 2023 sea dar un salto importante en el Mundial de Constructores —Aston Martín acabó 2022 en la séptima plaza—, los roces pueden surgir. “Fernando no será fácil de manejar. Nos desafiará, nos presionará constantemente para obtener más”, aseveró el jefe de la escudería británica. El primer paso es conocerle. Y tienen claro a quién han fichado.
😠 Las quejas de Fernando Alonso en otros equipos
La realidad es que Fernando Alonso tiene un carácter complicado. Desde sus éxitos con Renault se han vivido episodios de todo tipo. En 2007 culpó de forma descarada a McLaren-Mercedes de favorecer a Lewis Hamilton. En Ferrari dejó claro que con ese monoplaza era imposible ganar un Mundial: “Necesitamos un coche que gane tres o cuatro carreras seguidas”. Pero su temperamento ha ido en aumento conforme han transcurrido los años.
En McLaren-Honda, donde Fernando Alonso vivió probablemente los años más frustrantes de su trayectoria, las protestas fueron recurrentes. Sobre todo, en contra de los nipones, cuya unidad de potencia además de poco fiable no presumía de buenas prestaciones. Incluso en los días buenos el asturiano les lanzaba un mensaje negativo: “Podíamos haber ganado esta carrera”. Para el recuerdo quedarán frases como que su monoplaza era más propio de la GP2 o su directo “esto es vergonzoso”. Al final, desde la directiva acabaron hartos: “Un piloto que no cree en nosotros no es muy útil”. Fernando finalmente anunció su retirada.
En su regreso con Alpine, más de lo mismo. Los piropos, el plan… todo se apagó en un segundo año marcado por los problemas mecánicos y la mala relación con Ocon. Fernando Alonso llegó a insinuar que la escudería gala tenía algo contra él, tras afirmar que todos los problemas siempre estaban presentes en el coche 14. Al final, una salida repentina a Aston Martin.
El otro gran problema del equipo británico es conseguir que entre Fernando Alonso y Lance Stroll no salten chispas. Por el bien del español no será así. Su rival y compañero es hijo del dueño y no le conviene en absoluto una relación como la que vivió el año pasado con Ocon. Aston Martin está dispuesto a lidiar con el carácter de Fernando Alonso para hacer algo grande en la Fórmula 1.