Joan Laporta salud 2023
Deporte

Joan Laporta: el motivo de salud por el que puede dimitir

El cambio físico de Joan Laporta desde que tomó de nuevo el mando del Barcelona es evidente. El aumento de peso, eso sí, no se debe únicamente a que sea de buen comer, o por lo menos no es la razón principal. El presidente vive a todo trapo, prácticamente todos los días.

Después de una campaña tan complicada por la financiación del Espai Barça y situaciones tan polémicas y estresantes como el ‘Caso Negreira’, el máximo dirigente azulgrana se ha desprendido de gran parte de sus preocupaciones, y lo ha celebrado a lo grande, como ocurrió tras el título de liga. Sin embargo, todavía tiene pendiente resucitar económicamente a un club que atraviesa un sinfín de problemas fuera del césped. Y eso afecta a su vitalidad.

De las palancas al título de liga: el resurgir del Barcelona

Padece sobrepeso y, según las últimas informaciones, como las de Relevo o el periodista Xavi Torres, se debe a que sufre ansiedad permanente desde que regresó al trono azulgrana, e incluso antes.

Joan Laporta sufre ansiedad permanente

Porque sí, es obvio; Joan Laporta no es el mismo hoy que el que llegó a las oficinas del club en marzo de 2021, cuando reapareció tras ganar las elecciones a la presidencia del club blaugrana.

Durante la campaña electoral, Laporta cuidó mucho su imagen. Su hermana fue la primera persona que le recomendó que bajara peso y evitara algunas comidas. Sobre todo, los dulces. «Cada kilo de menos son 1.000 votos más», le dijo.

Pero, en todo caso, la realidad es que, desde aquel tiempo a la actualidad, Joan Laporta ha tenido que lidiar con mucho peso sobre sus hombros y muchos dolores de cabeza, como reconocía en más de una ocasión.

 

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Lo ha hecho encargándose de la gestión de la reconstrucción de un club muy tocado económicamente y deportivamente hundido. Un equipo del que solo quedaban restos de lo que fue un día. Son todas estas situaciones las que habrían llevado al presidente azulgrana a sufrir estos problemas de salud.

El problema es más evidente

Joan Laporta se construyó como un gran presidente, al menos en cuanto a resultados. En su primera época se apoyó en Johann Cruyff, en su por entonces, amigo del alma, Sandro Rosell, y en Txiqui Begiristain. Contrató a Fran Rijkaard, fichó a Ronaldinho y a muchos más, descubrió a uno de los mejores entrenadores del mundo como Pep Guardiola y ganó, en aquellos años dorados, todos los grandes títulos imaginables, nacionales y extranjeros.

Y sí, ya por aquel tiempo era normal reconocerle en mil y una fiestas, pero sus problemas de salud no eran tan evidentes como ahora.

Posteriormente, apareció como el gran salvador de un Barça que pasaba sus horas más bajas, con momentos tan estresantes como los tijeretazos a su plantilla para entrar en los límites del Fair Play financiero, entre otros muchos.

Eso ha hecho que, con el paso del tiempo, eso le afecte de manera sobrenatural y dimensionada, pues, como describe Relevo, en palabras de su dietista, «su conducta alimentaria es compulsiva«.

Aquí aparecen anécdotas como reuniones de firmas de contratos con jugadores y sus esposas en las que, para celebrar la firma, el presidente se comió de un bocado el postre que pertenecía a la pareja de uno de sus pupilos: «Vosotras sabéis guardar la línea, no como yo», decía el bueno de Joan Laporta, que no estará en Mallorca para acompañar a su equipo por un tema de salud.

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