Ansu Fati aún era menor de edad cuando implosionó en el Barcelona. Con una enorme capacidad de desequilibrio, un desparpajo impropio de alguien tan precoz y un olfato goleador al alcance de pocos, tardó poco en abrirse hueco en el Barcelona. El valor del futbolista se disparó a la par que lo hacían sus números, de forma exponencial. Sin embargo, las lesiones lo han cambiado todo y han sembrado un dilema en la dirección del conjunto azulgrana.
Concretamente es Xavi el que tiene la responsabilidad de decidir. Consciente, eso sí, del contexto económico negativo del club, pese a que el adiós de Sergio Busquets y Jordi Alba haya supuesto un respiro. El técnico, flamante campeón de liga, sabe que cuenta con un futbolista diferencial, de esos que emergen cada mucho tiempo. Pero su aportación al equipo ha pasado de tener una proyección de futuro crack a ser residual, pese a que despidió la temporada con dos goles el pasado fin de semana.
Culpa de ello la tienen las lesiones, el punto débil de Ansu Fati. Desde que está en la primera plantilla del Barcelona se ha perdido 86 encuentros. El contratiempo más grande, un desgarro en el menisco que le apartó más de 300 días del césped. Dos lesiones en el muslo, de más de dos meses y casi consecutivas en la pasada campaña, también fueron un contratiempo para su confianza. El extremo ha participado esta campaña en 49 encuentros, pero solo ha contribuido en once goles —siete tantos y cuatro asistencias—.
Ansu Fati ha visto puerta esta campaña cada 245 minutos, un registro muy lejos de lo alcanzado en los últimos cursos —cada 96 minutos en la 2021/22 y cada 119 en la campaña 2019/20. Esto pérdida de protagonismo abre el mencionado debate: ¿es el momento de vender a Ansu Fati? El jugador todavía tiene un buen cartel, con un valor de mercado que ronda los 35 millones de euros, según Transfermarkt. Es, actualmente, el duodécimo español más valioso.
El problema es que hace no demasiado tiempo el Barcelona tuvo la ocasión de sacar mucha más tajada. Según el mismo portal, el delantero llegó a valer 80 millones de euros a finales de 2020 y principios de 2021. Han pasado 18 meses desde entonces. El jugador, en lugar de consolidarse en la élite, ha perdido su sitio en el once de Xavi. Ahora el técnico —con el amparo del club— tiene que decidir.
En el horizonte están dos escenarios, con tres posibilidades diferentes. Vender al jugador o esperar que alcance el nivel esperado. Si el club apuesta por lo segundo, puede ser una pieza fundamental y revalorizarse, o diluirse aún más hasta perder su valor tanto dentro como fuera del césped.
