En el ámbito deportivo, la medicina hiperbárica ha adquirido popularidad recientemente. Sus defensores consideran la cámara hiperbárica casi una solución milagrosa, capaz de aliviar el dolor, acelerar la recuperación de lesiones y mejorar el rendimiento deportivo. Entrenadores y médicos de élite respaldan estas afirmaciones. Sin embargo, ¿realmente funciona este tipo de tratamiento o es simplemente una tendencia pasajera? Para responder a estas preguntas, es necesario analizar los estudios y las pruebas existentes sobre la terapia hiperbárica.
🤔 ¿En qué consiste la medicina hiperbárica?
La medicina hiperbárica consiste en someter a una persona a una presión superior a la atmosférica a través de una cámara especial. Además de aumentar la presión, esta cámara también incrementa significativamente la concentración de oxígeno, lo que supuestamente eleva la presión de oxígeno y la concentración de oxígeno en la sangre.
Curiosamente, la primera cámara hiperbárica documentada se remonta a 1662 en el Reino Unido. En aquel entonces, su inventor propuso que se utilizara para obtener beneficios fisiológicos de diversa índole. No obstante, no fue hasta el siglo XIX que la medicina hiperbárica estableció sus fundamentos gracias al doctor Paul Bert, quien describió por primera vez el efecto barométrico del oxígeno en el cuerpo humano.
Fue este científico quien descubrió el efecto metabólico (y tóxico) del exceso de oxígeno en los organismos vivos. A partir de sus investigaciones, surgió un creciente interés por emplear esta técnica para tratar una amplia variedad de afecciones, como la sífilis, la diabetes, la artritis, el cáncer y el síndrome de descompresión. No obstante, los resultados de los estudios no siempre han sido exitosos.
🏀 Los deportistas de élite se apuntan a las cámaras
La medicina hiperbárica ha estado presente durante mucho tiempo. ¿Para qué se usa en la actualidad? Si observamos el caso de los deportistas, Daniel Carvajal no es el único que ha afirmado beneficiarse de esta terapia. Neymar, Cristiano Ronaldo, Raúl González y Rafa Nadal son solo algunos de los famosos que han probado este tratamiento con diversos objetivos. Incluso LeBron James utiliza regularmente una cámara hiperbárica para recargar su cuerpo antes y después de los partidos.
Uno de los últimos en normalizar su uso fue Vinícius Jr. La estrella brasileña del Real Madrid posteó una story en su cuenta personal de Instagram, acompañada de unos emoticonos de pila y rayo, a modo de recarga, con la mascarilla típica del tratamiento hiperbárico. La cámara hiperbárica se presenta como un tratamiento ideal para complementar algunos de los programas de recuperación deportiva más tradicionales, ya que entre sus muchos beneficios se encuentra la aceleración de la recuperación, así como un efecto antiinflamatorio en caso de lesiones musculares o fracturas, aumenta la capacidad pulmonar y mejora la tolerancia al esfuerzo físico.
Entre los deportistas, se dice que la medicina hiperbárica alivia el dolor de las lesiones, aumenta la resistencia y mejora el rendimiento. Sin embargo, no son los únicos beneficios atribuidos a esta terapia. Sus defensores afirman que también puede curar problemas de sordera neurosensorial, afecciones asociadas con la diabetes, anemia severa, infecciones necrotizantes y muchas más.
🤕 ¿Qué usos tiene en la actualidad?
¿Estamos ante un método prodigioso que puede tratar casi todo sin efectos secundarios? Como suele ocurrir en el campo de la medicina, la cuestión no es tan simple. ¿Qué evidencia respalda estas afirmaciones?
Cuando Bert describió el efecto citotóxico del aumento de la concentración de oxígeno en los tejidos, también demostró que el metabolismo celular aumenta con dicha concentración. Esto significa que cuanto más oxígeno se suministre, mayor será la actividad celular. De hecho, hay estudios que indican que el músculo esquelético de los ratones se recupera más rápido con un mayor suministro de este gas.
Entonces, ¿si pudiéramos aumentar la concentración de oxígeno en la sangre, podríamos incrementar el metabolismo celular? Sí, esto ha sido comprobado, especialmente en células tumorales, que sirven como ejemplo de la relación entre el consumo de oxígeno y el metabolismo. ¿Significa esto que podemos curar úlceras diabéticas, cáncer, anemia o migrañas? No, definitivamente no.
Para cada caso en particular, es necesario examinar las evidencias existentes. Hasta ahora, no existen pruebas de que la medicina hiperbárica sea eficaz en el tratamiento del cáncer en general ni de las migrañas. A pesar de ello, hay quienes afirman que esta terapia podría ayudar en su tratamiento, a pesar de las pruebas en contra. Además, según varias revisiones, tampoco ha mostrado evidencia para tratar quemaduras, intoxicaciones por monóxido de carbono o infartos isquémicos.
En resumen, hasta el momento, no existe suficiente evidencia científica que demuestre que la medicina hiperbárica sea eficaz en el tratamiento del autismo, la diabetes, el SIDA, la enfermedad de Alzheimer, el asma, la enfermedad de Parkinson y muchas otras afecciones. A pesar de ello, el número de pacientes que la utilizan parece estar aumentando.
🦾 Usos en el ámbito deportivo
¿Y qué sucede en el ámbito deportivo? Hay numerosos casos en los que se afirma que la terapia hiperbárica ha ayudado a deportistas a recuperarse más rápidamente. Sin embargo, hasta el momento, los metanálisis indican la necesidad de realizar más investigaciones y señalan que no existen pruebas contundentes que demuestren un beneficio real.
Según estos análisis, muchos de los estudios efectuados hasta la fecha presentan problemas de diseño o han sido probados en circunstancias demasiado específicas para generalizar los resultados. Por ejemplo, ¿cómo podemos estar seguros de que el aumento de oxígeno en la cámara realmente implica un aumento útil de oxígeno en la sangre? Este es un parámetro muy difícil de medir. Si esto falla, los demás argumentos también se debilitan.
Por otro lado, hay quienes argumentan que los deportistas son el mejor ejemplo de que esta terapia funciona. Sin embargo, desde una perspectiva científica, este argumento no es válido. Por ejemplo, el uso de la medicina hiperbárica para tratar el dolor es conocido por su efectividad y ha sido respaldado por celebridades. Sin embargo, lo que rara vez se menciona es que el dolor en sí es una sensación altamente subjetiva, relacionada en gran medida con la percepción individual.
En cuanto a los tiempos de recuperación, tampoco hay pruebas concluyentes que indiquen que la medicina hiperbárica es más efectiva que otros tipos de tratamiento. ¿Significa esto que no funciona? No debemos descartar por completo esta posibilidad, ya que el tratamiento hiperbárico ha demostrado ser útil en ciertos problemas graves, como la oxigenación del tejido cerebral después de un accidente.
Sin embargo, también existen riesgos asociados con esta terapia, algunos leves, como molestias y dolores en los oídos o las articulaciones, pero otros pueden ser más graves, causando daños irreparables en el ADN debido a la oxidación, aunque esto no es común. En general, hasta la fecha, la medicina hiperbárica solo ha demostrado ser útil en circunstancias específicas, como el síndrome de descompresión o lesiones neurológicas muy específicas. Más allá de eso, según los estudios realizados hasta ahora, no parece cumplir con las numerosas bondades que se le atribuyen. No obstante, eso no debe arruinar una buena moda.