Los deportistas a veces dan una imagen sobrehumana, en la que aparentan ser ajenos ajenos al dolor o la tristeza. La realidad, en cambio, está muy alejada de esto. Ni siquiera los aletas de élite están exentos de problemas de salud o enfermedades crónicas. Fernando Alonso es un buen ejemplo.
Como el asturiano, hay deportistas que en determinados momentos tienen que afrontar sus propias guerras en forma de enfermedades crónicas, desterrando así el mito de que ciertas enfermedades incurables no son incompatibles con una actividad física de alto nivel. Sin ir más lejos, muchos que han roto barreras y han logrado triunfos importantes tienen que convivir con sus propias patologías. Y, aunque no es del todo conocido por el público, Fernando Alonso sufre también de claustrofobia.
Fernando Alonso sufre de claustrofobia
Porque sí; aunque el bicampeón del mundo de Fórmula 1 se suba cada fin de semana a un habitáculo realmente estrecho, se considera una persona claustrofóbica. O lo que es lo mismo; le da más miedo quedarse atrapado en un ascensor que pilotar un coche a 300 km/h.
Esto es una de las cosas más desconocidas del piloto que desveló en una entrevista en 2007, cuando pilotaba para McLaren-Mercedes. Sin embargo, ya pesar de tener este trastorno de ansiedad de tipo fóbico, como se le conoce, el piloto ha demostrado que no es algo incompatible con su labor a bordo de los coches más rápidos del mundo.
«Aunque soy claustrofóbico, para mí no supone problema alguno estar sentado en el habitáculo de un coche. Lo que no quiero ni pensar es en quedarme atrapado en un ascensor«, confesó Fernando Alonso.
«Lo que no quiero ni pensar es en quedarme atrapado en un ascensor»
Como tal, la enfermedad crónica que padece Fernando Alonso es el miedo irracional a los espacios cerrados, como habitaciones pequeñas y sin ventanas, ascensores, túneles, sótanos, coches, metros o aviones.
Es lo que se conoce como fobia o ansiedad al exponerse a una situación en concreto, lo que hace porque las personas que lo padecen intenten evitarlo de todas las maneras posibles.
Esto es cuanto menos curioso, sobre todo si tenemos en cuenta que el habitáculo, el lugar donde los pilotos se encuentran a los mandos de un Fórmula 1 es mucho más pequeño que el espacio de un ascensor.
Este sitio del coche es crucial para la salud y la seguridad del piloto para que, por un lado, el puesto de conducción esté lo mejor protegido posible de los factores externos y, por otro, que el interior sea lo más cómodo posible.
Y es que este ajuste tan estrecho significa que, cuando es necesario sustituir a un conductor por otro, ni siquiera la fabricación de un asiento individual es suficiente para garantizar una comodidad total, ya que un reposacabezas demasiado ancho o demasiado cerca de los pedales de acelerador y freno impediría efectivamente una colocación correcta y segura en el habitáculo.
