«El desayuno es la comida más importante del día». Cuántas veces hemos escuchado esta frase procedente de conocidos, amigos o familiares. Bien, todo depende de lo que se haga durante el día. Hace 100 años, se empezaron a popularizar los desayunos llenos de proteína, con huevos, carne y pan. Después, vinieron los cereales y los productos más vegetales. Todo estaba pensado para arduas jornadas de trabajo en las fábricas o en los campos. Pero ahora que ese oficio es menos común, ¿sigue siendo igual de útil empezar el día con una buena cantidad de proteínas? Incluso vamos un punto más allá, ¿podría llegar a ser beneficioso saltarse el desayuno?
🤔 ¿Es saludable no comer nada durante la mañana?
Cada persona es un mundo. Hay gente que tiene tiempo de sentarse a leer las noticias antes de empezar con su actividad diaria, mientras que otros tienen el tiempo contado para no llegar tarde a sus obligaciones. Una buena cantidad de estudios sugieren que quienes no desayunan tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes y accidentes cerebrovasculares. También se ha observado que quienes se saltan la primera ingesta de alimentos del día tienden a elegir sustentos más pobres a lo largo de la jornada por esa sensación de hambre que dispara los niveles de grelina.
Ejemplo de un desayuno saludable.
Esto no significa que las personas que desayunan tengan una buena salud o un buen control de esta, o que ingieran alimentos más saludables durante el día o en el propio desayuno. Saltarse esta comida provoca una reducción de la ventana en la que se puede comer. Todos tenemos interiorizadas las horas comunes de ingesta de alimentos y si nos saltamos una de ellas se puede provocar un desequilibrio. Sin embargo, esto no significa que estemos atentando contra nuestra salud, siempre y cuando tengamos en cuenta el resto de nuestras comidas y miremos qué valores nutricionales contienen.
🥕 Hay que elegir bien nuestros alimentos
Si alguien pasa de tres comidas a dos, entonces debe centrarse más en las opciones para asegurarse de obtener suficientes proteínas, grasas saludables, vitaminas, minerales, fibra y todos los demás nutrientes beneficiosos, como los fitoquímicos que se obtienen de las verduras. Y, por supuesto, hay muchas personas que no deberían considerar saltarse el desayuno en absoluto, incluidas personas con antecedentes de trastornos alimentarios, diversas afecciones de salud o niños y ancianos. Para ese grupo, una ingesta constante de energía que cubra todo el día es una buena idea.
Lo más importante para tener una buena dieta es saber escoger los alimentos. Y en esta situación, hay que priorizar los más saludables y, si puede ser, los más sostenibles. Si eso significa un par de huevos revueltos y un montón de espinacas a las 7 de la mañana, fenomenal. En cambio, si solo se puede ingerir un café hasta casi el mediodía, hay que procurar tener cubiertas las necesidades básicas en la comida y en el resto de ingestas que se puedan hacer durante el resto de horas. Eso sí, aunque sea algo sencillo, tipo una pieza de fruta o unos copos de avena con yogur natural, a todos nos vendría bien un poco de ayuda por la mañana.
