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¿Cuál es la realidad del uso de drogas por los atletas olímpicos?

Cuando un grupo de hackers rusos comenzó a divulgar docenas de archivos médicos privados sobre atletas olímpicos, explotó un debate mundial que tiene en jaque al mundo del deporte, por más que haya quedado silenciado durante los Juegos Olímpicos: muchos de los principales competidores en una amplia gama de deportes están utilizando de manera privada —y legal— sustancias prohibidas aprovechando las llamadas Exenciones por Uso Terapéutico (TUE, por sus siglas en inglés). Desde las declaraciones de Noah Lyles, en las que reconocía que tenía asma y TDAH, entre otras afecciones, la polémica ha escalado hasta convertirse en un debate moral de alcance planetario.

¿Es una TUE dopaje?

Un atleta que obtiene una TUE tiene permitido usar un medicamento que de otro modo estaría prohibido, siempre que pueda demostrar que está tratando un problema de salud significativo y que la sustancia prohibida no actuará como un potenciador del rendimiento. Hasta aquí, todo claro. El programa de TUE había operado de manera discreta hasta que un grupo de hackers rusos, autodenominado Fancy Bears, comenzó recientemente a divulgar archivos médicos robados de una base de datos de la Agencia Mundial Antidopaje. Las filtraciones que publicaron revelaron que muchos atletas de alto perfil y ganadores de medallas olímpicas tienen TUE.

Por ejemplo, la estrella estadounidense de la gimnasia, Simone Biles, que ganó cuatro medallas de oro y una de bronce en los Juegos Olímpicos de Río y otras tres medallas de oro más una de plata en las recientes olimpiadas de París, obtuvo permiso para tomar medicamentos para tratar el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). La destacada jugadora de baloncesto de Estados Unidos, Elena Della Donne, obtuvo una exención de cuatro años para el uso de Adderall, utilizado también para tratar el TDAH, y de hidrocortisona, un medicamento inmunosupresor que a menudo se usa para combatir reacciones alérgicas.

Otra filtración documentó las TUE de Serena Williams, mientras que los británicos Bradley Wiggins, cinco veces campeón olímpico, y el atleta de origen somalí Mo Farah, dos veces campeón olímpico en los 5.000 m y 10.000 m, también tuvieron aparecían en documentos médicos que exponían sus TUEs.

Las opiniones no tardaron en salir. En primer lugar, no pocas voces condenaron las filtraciones y se centraron principalmente en la violación de la privacidad. «Este es solo otro intento desesperado por desviar la atención del verdadero problema del dopaje patrocinado por el Estado y de manchar la reputación de los atletas y organizaciones de todo el mundo que eligen operar con integridad y cumplir con las reglas», dijo Travis Tygert, CEO de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos. «Estamos seguros de que la gente verá esto como lo que es: una invasión maliciosa e ilegal de la privacidad de los atletas seguida de una campaña de difamación sin fundamento«, recogía el informe de la CBC.

El argumento a favor de las TUE, que se introdujeron por primera vez a principios de la década de 1990, es que nivelan la competición entre aquellos atletas que sufren de problemas médicos legítimos que pueden tratarse con medicamentos de otra manera prohibidos. «El proceso de TUE existe para devolver al atleta a un estado de normalidad«, explicó Paul Melia, CEO del Centro Canadiense para la Ética en el Deporte, que supervisa los esfuerzos antidopaje en el país. «Probablemente siguen estando en desventaja porque, aunque tomen el medicamento, todavía sufren la condición. No creo que debamos preocuparnos por que esto suponga una ventaja«.

Sin embargo, los registros médicos filtrados plantearon preguntas sobre la prevalencia de las TUE para enfermedades como el asma y el TDAH, y si algunos atletas las están utilizando para obtener una ventaja. «Me gusta creer que las TUE se utilizan para nivelar el campo de juego», dijo el patinador canadiense Denny Morrison, cuatro veces medallista olímpico. «Pero ves a un montón de atletas con inhaladores, algo que parece estadísticamente improbable. Alguien que puede llegar a ser un atleta de clase mundial, probablemente no podría empezar su carrera si desde el inicio tuviera que hacerlo con un inhalador».

Drogas TUE

Según recoge CBC, el fisiólogo Tucker lamentó la filtración de información sobre las TUE, pero reconoció su inquietud por algunos de los medicamentos para los que se otorgaron exenciones: «Muchos son medicamentos potentes, no cosas inocuas como cuando tienes fiebre o alergias. Cuando hablamos de inyecciones y medicamentos de uso oral, estamos un nivel por encima de tomar un inhalador para el asma, para cuyo uso no se necesita una TUE. Así, estamos hablando de atletas que están modernamente enfermos.

«Me pregunto si no hay algo dudoso ahí. Tenemos atletas que tienen alergias severas, artritis severa, bronquitis severa, una infección severa en el pecho. Muchos deportistas apenas pueden vivir sin medicación y luego salen y ganan los eventos deportivos de más grandes de la élite. Eso no cuadra«, dice Tucker.

Las exenciones, en aumento

La única realidad es que el número de TUE sigue aumento año tras año. Entre 2014 y 2016, la Agencia Mundial Antidopaje confirmo que ha habido un aumento del 48% en el número de exenciones otorgadas. En 2015, se ingresaron 1.330 TUE en el sistema de gestión de datos de la WADA (World Anti Doping Agency). Según un análisis de la Iniciativa de Integridad Deportiva del Reino Unido, el 63% de estas exenciones se otorgaron en tres países: Estados Unidos, Australia y Francia.

«En 2015, Estados Unidos recibió 653 solicitudes de TUE y concedió 402 de ellas; el 61%, lo que supone un aumento del 46% con respecto al año anterior. Un crecimiento masivo», explicó Andy Brown, de la Iniciativa de Integridad Deportiva. «Australia recibió 369 solicitudes de TUE y concedió 234 de ellas, aproximadamente el 60%».

Por ejemplo, hace ya casi de 10 años, en 2015, 78 atletas canadienses recibieron TUE. «No se han roto las reglas. Estas personas pasaron por los canales correctos para obtener estas TUE», explicaba Brown. «Pero sí parece que muchos atletas de alto rendimiento tienen condiciones médicas graves«.

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Diferentes países, diferentes reglas

Gran parte del problema parece derivarse de la amplia variedad de formas en que se solicitan y otorgan las TUE. «Se hace de manera diferente en cada país. No hay una forma establecida de hacerlo», detalla Brown. «En algunos países es la agencia nacional antidopaje, en otros países tienes que solicitárselo a la federación internacional y en otros países tienes que pasar por una agencia médica gubernamental.

«Cuando tienes un espectro tan amplio de intereses, sabiendo que el deporte puede ser manipulado por personas que quieren que sus atletas ganen, podría haber personas otorgando TUE donde no sean necesarias«. Los funcionarios canadienses, por ejemplo, defienden vigorosamente el sistema para otorgar TUE en su país y, según recoge la CBC, un panel de al menos tres médicos revisa el diagnóstico médico del atleta.

«Hemos establecido un proceso muy riguroso que implica controles, involucra a médicos expertos que revisan la información médica del médico del atleta, a menudo acompañada de informes de laboratorio y pruebas físicas. No se trata a la ligera», explica Melia, de Canadian Centre for Ethics in Sports (CCEES). Melia dice que la idea de buscar un médico que otorgue un diagnóstico que conduzca a una TUE no es viable en Canadá: «Eso podría ser cierto en algunos países, pero no aquí».

«Si un atleta tiene TDAH o diabetes, se le diagnosticará en función de una serie de pruebas para esa enfermedad en particular. Todo eso debe presentarse ante tres médicos independientes que son expertos en el área, no tienen nada que ver con ese atleta, ninguna conexión. Solo miran objetivamente y a menudo piden más documentación», explica.

Melia concluye su testimonio clamando por un escrutinio en torno a las TUE y sobre algunas de las dolencias para las que se están otorgando. «Queremos monitorear las estadísticas y queremos ver si hay cambios significativos. Queremos observar a la población de atletas frente a la población general para ver si hay algo que sugiera que hay una prescripción excesiva de estas sustancias prohibidas para condiciones médicas. El debate sigue abierto.

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