Con 118 entradas y 95 salidas de jugadoras, los clubes españoles de fútbol femenino lideraron el año pasado ambos tipos de transfers en el mercado internacional, de acuerdo con datos de la FIFA.
Además, sus cifras les situaron muy por delante del segundo país en entradas, que fue Suecia, con 85; y del segundo en salidas, que fue Estados Unidos, con 86.
Desde cualquier punto de vista, el mercado mundial de traspasos experimentó en el fútbol femenino un extraordinario crecimiento en 2022. En el conjunto del ejercicio, se registraron 1.555 operaciones, que involucraron a 500 clubes de 119 federaciones nacionales.
Estos números duplican, en términos generales, los alcanzados en 2018. Desde entonces, las cifras no han hecho otra cosa que crecer.
El Barça realizó en 2022 el fichaje más caro de la historia
Por lo que se refiere a los importes de los “transfer fees”, sumaron 3,3 millones de dólares el año pasado, cantidad de quintuplica la de 2018 y multiplica por 1,5 la de 2021. Solo 98 traspasos internacionales se hicieron sin “transfer fee”.
El de mayor cuantía correspondió a Keira Walsh, la centrocampista que dejó el Manchester City para enrolarse en las filas del Barcelona. La cifra de su fichaje fue de 400.000 euros, lo que le convierte no solo en el más elevado de 2022, sino de toda la historia del fútbol femenino.
En todo caso, el City no fue solo vendedor, sino que adquirió a Julie Blakstad, del Rosenborg, y a Mary Foiler, del Montpellier Hérault, que fueron el segundo y tercer traspaso más caro, respectivamente.
El Top 5 lo completaron el fichaje de Tainara de Souza de Silva, que se fue del Girondins de Burdeos al Bayern, y el de Jackie Groenen, que lo hizo del Manchester United al Paris Saint-Germain.
Es cierto que todas estas cifras se sitúan a distancia sideral que las que registra el fútbol masculino; y que, por ejemplo, la duración de la mayoría de los nuevos contratos del fútbol femenino, aunque también ha crecido notablemente, no llega a los dos años.
Sin embargo, también lo es que la senda de incremento es muy marcada y que refleja la crecientes profesionalización de las jugadoras que se incorporan a las competiciones de primer nivel.