Eran Zahavi lo ha vuelto a hacer. El mítico delantero israelí, no contento con ser el máximo goleador nacional absoluto (33 dianas en 70 partidos), o el pichichi histórico en las previas de Champions League, ahora también se ha propuesto aumentar sus registros continentales, de vuelta al Maccabi Tel Aviv, el equipo de su vida. El mismo con el que acaparó muchas portadas en la Champions 2015/2016. Al que estuvo a punto de meter hace solo un año en la fase final de la Conference League, con dos goles en cuatro partidos. Y al que parece dispuesto a quitar ahora esa espinita clavada, tras anotar un hat-trick ante el Celje esloveno en la antesala de la fase de grupos. En total, 38 goles en 89 partidos europeos de clubes. Aunque, más importante aún, es conocer cómo marcó algunos de ellos.
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O, como mínimo, se debería pensar en patentarlo. Porque, a pesar de que su paso por el Palermo italiano entre 2011 y 2012 no cumpliese con las expectativas en las pocas oportunidades de las que dispuso, su puntualidad goleadora una vez abandonó la Serie A evidenció que ese olfato goleador era un auténtico lujo. Especialmente, en verano, su parte favorita de la temporada. En la que, mientras muchos futbolistas apuran sus vacaciones y cometen algún que otro exceso, él se viste de héroe y en lo único que abusa es en marcar goles.
Todo comenzó en el Hapoel Tel Aviv, en 2010. Con 23 años se convirtió ya en el artífice de la sorprendente clasificación de su equipo para la fase de grupos de Champions League. Con tintes épicos, incluso, ya que el segundo de los dos goles marcados en las tres eliminatorias previas, llegó en el descuento del playoff definitivo, para tumbar al Salzburg austriaco. En grupos también se hizo notar y anotó dos tantos contra el Benfica y uno frente al Olympique Lyon.
Tras su efímera experiencia en el Calcio, defendió cuatro años los colores del gigante de Tel Aviv, el Maccabi. En el equipo más prestigioso de la Ligat ha’Al israelí promedió más de un gol por partido. E, incluso, en su último curso en tierras hebreas, marcó 47, con un promedio de 1,3 por encuentro. Siete de ellos, en las previas de la Champions League 15/16. O, lo que es lo mismo, anotó más de la mitad de los tantos de su equipo y selló un récord que nadie ha logrado emular desde entonces. Culpable, en el buen sentido, de que el Maccabi Tel Aviv se clasificase, por segunda vez en su historia, entre los 32 finalistas de la máxima competición continental. Goles cuantiosos e importantes, porque en las tres rondas que superó el equipo israelí, implicaron la remontada a cada eliminatoria. Incluido un doblete en el cuarto de hora final que dejó fuera al Viktoria Plzeň.
De vuelta al fútbol europeo, tras convertirse en ídolo de multitudes en el Guangzhou R&F chino (también conocido como Guangzhou City), donde hizo 92 goles en 106 encuentros en un equipo de media tabla, Zahavi fue capaz de extrapolar su veneno a la Eredivisie de la mano del PSV Eindhoven. No tanto en cuanto a números (37 goles en 79 partidos), sino, más bien, en lo que a importancia se refiere. Mantuvo su idilio con las competiciones europeas y anotó tres en seis encuentros con el cuadro neerlandés en la antesala de la Champions 2021/2022. Aunque, esa vez, no fue suficiente para meter a los suyos en la fase final.
🔪 Eran Zahavi es un killer
Zahavi es un punta o segunda punta más inteligente que veloz y técnico. De esos líderes que, cuando se les necesita, saben estar en el lugar idóneo en el momento adecuado. Esa es su gran virtud. Goleador en la sombra, expertos en ponerle el silenciador a su rifle y sorprender cuando el contrincante menos se lo espera. Puntualidad y olfato, pero también técnica para dibujar disparos que le han llevado a marcar unos cuantos goles de libre directo. Claro esta que, sin esa sangre fría y definición, Eran no habría llegado hasta aquí. Un atacante que ejemplifica bien eso de que más sabe el diablo por viejo que por diablo.