Si hace seis meses nos hubieran dicho que el Napoli iba camino de sentenciar, con comodidad, el tercer Scudetto en sus 96 años de historia y el primero sin Maradona en la plantilla, no nos lo hubiésemos creído. Lo que no sabíamos entonces es que un georgiano llamado Khvicha Kvaratskhelia y un nigeriano como Victor Osimhen, iban a poner patas arriba la Serie A a base de goles y filigranas. Juntos y por separado, abusan cada domingo de sus contrincantes, sin el menor atisbo de pudor. Así lo han querido y así lo hacen.
🔢 Máquinas de producir cifras
Osimhen y Kvaratskhelia, no contentos con ser el máximo goleador y asistente de la liga italiana, respectivamente, también son los dos que más anotaciones producen si sumamos ambos registros: 19 en el caso de Victor, que se reparten en 17 goles más 3 asistencias; y 17 para un Khvicha más altruista que nadie en Italia, con sus 10 dianas y 12 pases de gol. Pero la cosa no acaba ahí, porque los angelitos también tienen facilidad para encontrarse. Sobre todo, funciona la ruta Georgia – Nigeria, ya que el punta ha marcado seis goles, en cinco partidos diferentes, gracias a los envíos de un centrador sobresaliente como es el ex del Rubin Kazan y Dinamo Batumi, entre otros.
Luciano Spalletti: «¿’Kvara’ para Osimhen? Ten por seguro que Osimhen también asistirá a ‘Kvara’. Lo suyo es disponibilidad, amistad y valores».
🔪 Eficacia, pero sin dependencia
Entre los dos, han marcado más del 70% de los goles del Napoli en Serie A: 36 de 51. Una cifra que, para los más aguafiestas, podría resultar preocupante, aunque nada más lejos de la realidad, porque el Napoli lleva 20 dianas en Champions y solo tres son obra de ‘Kvara’ y Victor. En la competición de la regularidad del Calcio, el equipo ya ha superado la barrera de los 50 goles en apenas 21 jornadas y no se puede descartar que, con esa proyección, acaben la temporada con más de 100. Lo complicado de esa cuestión será mantener los números del extremo izquierdo y el ‘9’, que va camino de convertirse en el primer Capocannoniere africano de la historia.
🗣 Más de Spalletti en rueda de prensa: "¿Raspadori o Simeone? Tienen características diferentes y los fichamos por eso… No somos adictos a Osimhen como pretendéis que fuera, es más o menos lo mismo que Kvara. Los méritos no deben desequilibrarse, ¡necesitaremos a todos!". pic.twitter.com/dnsxoN7oZ4
— Soy Calcio (@SoyCalcio_) September 17, 2022
📸 Las cámaras les quieren
Para colmo de sus adversarios, también lo hacen bonito. Un conductor de banda, con medias bajas, facha destartalada y esencia informal; junto a un punta voraz, que podría abrir las puertas sin tocar el picaporte y con el hambre propio de un jugador que en sus primeros meses fue criticado solo porque el Napoli invirtió 80 millones de euros. ¿Qué podía salir mal…?
Su especialidad es lucir recursos técnicos. El manejo de diferentes superficies del pie de Kvaratskhelia, su insaciabilidad para tirar caños o el cambio de dirección tan impredecible del georgiano. Y, en menor medida, la paleta de remates diferentes e, incluso, acrobáticos, con la que cuenta Osimhen, por no hablar de los controles previos con los que se orienta el disparo a su antojo. Esto que le hicieron a la Roma de Mourinho no tiene nombre, es un improperio futbolístico.
🖊️ Trovate voi le parole per questo goal
💙 #ForzaNapoliSempre pic.twitter.com/gDP7Dd5A92
— Official SSC Napoli (@sscnapoli) January 30, 2023
👑 Herederos de dos eminencias napolitanas
Realmente, sí hay una cosa que tenía muchas papeletas para salir mal: que sus predecesores eran Insigne y Mertens, dos tronos que se dio por sentado que nadie podría llenar a corto plazo. Y resulta que poca gente se acuerda ya de Lorenzo y Dries, los ratoncitos que auparon al Napoli durante la última década. El cuarto y quinto jugador con más partidos en la historia del club, respectivamente. En el caso del italiano, un capitán fiel, que renunció a marcharse de San Paolo en sus mejores años. Y, en el del belga, el máximo goleador en la historia del equipo de Campania. Necesitamos perspectiva para dimensionar lo que está sucediendo.