Uno de los nombres propios de la temporada en Alemania es el de Niclas Füllkrug. Uno de esos delanteros que crecen en la sombra, explotan en su edad de madurez y personifican es sentir de un equipo del pueblo, que lucha por la permanencia año tras año.
Sin un punta consolidado en la absoluta de su Alemania natal, Füllkrug se postula, incluso, como un serio candidato a hacerse con el puesto de titular, por más que no sume más de cinco internacionalidades en su carrera.
🇩🇪 Nunca es tarde si la dicha es buena
Al atacante alemán le costó recibir la llamada de su selección, a pesar de que desde la retirada de Miroslav Klose nadie ha terminado de llenar ese vacío. Joachim Löw no le dio chances, pero ‘Hansi’ Flick, viendo sus actuaciones en liga y la ausencia de un punta contrastado, le brindó la primera oportunidad a sus 29 años en todo un Mundial. Quién se lo iba a decir cuando solo tres meses antes era jugador de segunda división.
En su debut oficial, contra Japón, estuvo cerca de rescatar a la Mannschaft. Y, prueba de que el que la sigue la consigue, frente a España acabó por obtener premio. Solo necesitó 13 minutos para hacerle un gol que parecía salvador para los germanos.
🫦 Una mordiente peculiar
Se puede decir que tiene colmillo, pero no un incisivo lateral. A diferencia de Callum Willson, que se le partió durante un partido, ‘Lücke’ lo perdió fuera de los terrenos de juego. Aunque, no es de extrañar que ya lo tuviese tocado de algún forcejeo con los zagueros rivales. Lejos de ir al dentista para tapar «El Hueco», que se ha quedado como apodo, confesó en una entrevista al diario Bild que si su mujer se había fijado en él con ese aspecto, para qué necesitaba uno de repuesto.
9️⃣ Füllkrug es un verdadero ‘9’
En la era de los falsos nueves, cosa de la que Alemania sabe un rato en la última década y actualmente con Kai Havertz, Niclas Füllkrug representa ese perfil de atacante clásico teutón. Su juego carece de florituras, es un punta contundente y pragmático. Ojo, porque engaña bastante en sus contactos con el esférico, da continuidad fácilmente a los ataques de su equipo y encuentra la forma de generar ventajas si recibe de espaldas.
Sobre todo, en el Werder Bremen, que acostumbra a compartir el frente de ataque con Marvin Ducksch, otro ‘9’ que se sabe buscar la vida para convertir los balones largos en ocasiones de gol. Se retroalimentan bien y para Ole Werner, su estratega, son un tesoro. Hacen que los centrocampistas sean relativamente prescindibles para llegar a la meta rival. Y perdonan poco. Especialmente, Füllkrug, que en el área se mueve como un murciélago de noche y que, además, se impone en el salto con una facilidad pasmosa. Por no hablar de la facilidad que tiene para orientar e imprimir fuerza a sus testarazos.
🌾 El que siembra, recoge
Una de las decisiones más elogiables de su carrera fue la de permanecer en el Werder Bremen hace año y medio, cuando el histórico club del noroeste cayó a la segunda categoría tras un coqueteo excesivo con el descenso años atrás. Al fin y al cabo, es un canterano de la entidad desde los 13 años, por mucho que saliese en sus inicios como profesional a curtirse en el Greuther Furth, Núremberg o Hanover. Se quedó por arraigo y comandó el ascenso con 19 goles en 33 partidos, que le situaron como el cuarto máximo artillero de la categoría de plata.
Pero ese no era el lugar apropiado para Niclas y, especialmente, para su Werder Bremer. El tiempo les da la razón a ambos. Juntos son más fuertes. Y ahora amenazan con terminar el curso con una clasificación europea y una Bota de Oro que vuelve a ser posible ahora que Robert Lewandowski, ganador de siete galardones (cinco consecutivos), dejó de tiranizar los récords anotadores del fußball.